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Juan Rebollo
Juan Rebollo reivindica los «valores eternos» en ‘Bajo el cielo protector’

Juan Rebollo reivindica los «valores eternos» en ‘Bajo el cielo protector’

El autor malagueño se vuelve más reflexivo en su cuarta novela, en la que aborda una historia de «fuerte espiritualidad»

Regina Sotorrío

Domingo, 17 de agosto 2014, 02:51

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En una sociedad donde los valores andan de capa caída, en un momento en el que ser religioso no se lleva y cuando la acción se impone a la reflexión, JuanRebollo se desmarca de las modas y escribe una vez más y ya van cuatro lo que quiere y siente. El escritor malagueño publica Bajo el cielo protector (Editorial Córdoba Libros), una novela de «una fuerte espiritualidad» y radicalmente «opuesta al nihilismo» con la que reivindica unos «valores eternos» que van más allá de una doctrina concreta. «Hay que recuperarlos porque la gente hoy está desorientada», defiende el escritor. Esta tarde presenta el libro, como ya es tradición en Mollina, su pueblo.

En Bajo el cielo protector, Rebollo se aleja de las intrigas y aventuras que definían a La Rosa de Gibraltar y Claveles rojos, y se acerca a un tono más profundo, más reflexivo, «sin dejar por ello de ser ameno», matiza. De hecho, cuenta que la novela tiene una primera parte con varios momentos «hilarantes» que brinda su protagonista Daniel Domínguez Guzmán. Es un chico de origen humilde, de inteligencia aguda y mucho carisma que ingresa en un seminario del sur de España a mediados de los años 50 del pasado siglo. Allí le sucederán «extraordinarias peripecias».Tiene un gran sentido religioso, pero a medida que crece «descubre el universo de los sentidos» y se replantea sus creencias. Tanto que decide abandonar el camino del sacerdocio.

Salto en el tiempo

Las páginas dan en ese momento un salto en el tiempo. Casi dos décadas después, en Madrid, Domínguez Guzmán es un próspero empresario que ha olvidado ya sus tiempos en el seminario. «Hasta que uno de los pilares centrales de su existencia amenaza con derrumbarse», añade el autor. Será entonces cuando el protagonista se acuerde de sus orígenes y recurra a ese cielo protector para buscar una solución a sus problemas.

Explica Rebollo que hay situaciones festivas e hilarantes, y otras dramáticas y conmovedoras. En ese equilibrio de emociones se mueve la novela, la tercera en solo tres años. Ese ritmo de publicación le exige una dedicación plena dejó de hecho el periodismo para embarcarse en esta «aventura de locos» que es la literatura, pero todo esfuerzo compensa por una sencilla razón:«Por la ilusión con la que me despierto cada día».

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