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Juan Bonilla acaba de ganar el Premio de Novela Mario Vargas Llosa
«Los escritores no podemos esquivar la responsabilidad de por qué no se lee en España»

«Los escritores no podemos esquivar la responsabilidad de por qué no se lee en España»

El autor participa hoy en el ciclo ‘Un café cargado de lecturas’, que organizan el Aula de Cultura de SUR y el Centro de la Generación del 27

Ana Pérez-Bryan

Lunes, 19 de mayo 2014, 19:48

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Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1966) es de esos escritores que se mueve más en las certezas de lo que no espera o no busca que entre los motores que le llevan a identificar una especie de luz al final del túnel. La literatura ha desarrollado en él un sentido crítico que le permite despejar dudas y transitar la vida cotidiana. De todo esto y más hablará con sus lectores esta tarde en Un café cargado de lecturas, el ciclo que organizan mano a mano el Aula de Cultura de SUR y el Centro de la Generación del 27.

¿Qué espera de este tipo de citas?

Supongo que son gratas, aunque normalmente el lector es alguien invisible al que no pones cara; yo conozco a algunos amigos que me leen pero no al resto que está ahí detrás. Ni siquiera soy capaz de hablar de lectores en plural, porque en realidad cada uno es el lector que es y no somos una comunidad intercambiable. A ti y a mí nos pueden gustar Nabokov y Scott Fitzgerald pero sin embargo no ponernos de acuerdo en Tolstoi y en Dostoievski. Ya sólo por esa diferencia somos lectores distintos.

Entiendo que no escribe pensando exclusivamente en ellos...

En realidad escribo para el que fui con veinte años y buscaba cosas que me cambiaran la vida en los libros. Pensaba que en ellos se escondía un secreto, una verdad que te hacía emprender una búsqueda constante. Sin embargo, también asumo que si no hay nadie al otro lado la literatura no tiene ningún valor.

¿Y qué ha encontrado en esa búsqueda? ¿Tiene alguna certeza?

No, ninguna (risas). Ahora quizás estoy peor y sé bastante menos de lo que creía que sabía a los veinte años. A esa edad uno es maximalista y tiende a pensar que tiene la verdad sobre todo, pero los años le van restando trascendencia a las cosas. Al final concluyes que la vida rutinaria que odiabas a los veinte, donde todo tenía que ser una aventura, es la que quieres y que lo otro es un infierno. En todo este proceso los libros te acompañan y te enseñan, pero lo que yo busco en ellos son emociones verdaderas. Nabokov decía una frase que a los veinte me parecía una estupidez y que ahora la valoro como una gran verdad, y es que no se lee con la inteligencia sino con la médula espinal.

Entonces los libros enseñan a vivir

Efectivamente, son una buena compañía, pero a veces peligrosa. Esa frase la repetimos mucho los escritores y los lectores muy lectores, en el sentido de que puede parecer que son más reales Don Quijote, Madame Bovary o Anna Karenina que el vecino del quinto o que el señor del bar. Efectivamente los personajes de ficción nos acompañan mucho, pero son mentira. No hay nada más real que ese vecino, y siempre será más rico y más potente poder acercarte a él que cualquier personaje de ficción.

Hace un mes ganó el Premio de Novela Vargas Llosa con Prohibido entrar sin pantalones, editada hace más de un año. Habrá sido un buen impulso para el libro

Sí, y además me gusta especialmente que la haya premiado un jurado internacional porque mi novela recibió buenas críticas en España y algunos amigos escribieron cosas estupendas sobre ella, pero editorialmente después de un año estaba muerta. Eso pasa con los libros, que ahora duran muy poco en las librerías. El premio la ha resucitado con una edición latinoamericana y además ha recibido un espaldarazo muy importante gracias a lo que escribió Vargas Llosa. Y ahí está el dato: en un año el libro no consiguió agotar su primera edición y ahora, en un mes, va por la tercera.

¿Cree que existe una posibilidad real de unificar el mercado nacional y latinoamericano?

Es que nuestra única esperanza de sobrevivir está al otro lado. España, por muchas razones, no cuenta con un lecho de lectores que mantenga vivo al mercado, sin embargo tenemos un continente entero que habla, lee y escribe en español y cuyos escritores publican entre nosotros. Uno de los grandes errores de la cultura española ha sido olvidarse de Latinoamérica; lo hacíamos porque era pobre, aunque ahora que ya no lo es parece las cosas están cambiando.

Al otro lado, además, se lee más

Sí, las razones son complejas, y seguramente los escritores tampoco podamos esquivar la responsabilidad de por qué no se lee en España. Lo fundamental es el descrédito en el que incomprensiblemente han caído las humanidades, porque a la autoridad le interesa más un ciudadano que sea un cliente que a alguien que hace preguntas incómodas. En este sentido creo tenemos difícil salvación, porque España nunca ha sido un país tan culto como por ejemplo Francia o Alemania, con mercados suficientemente potentes como para resistir el fenómeno de los best sellers o de los presentadores de televisión que hacen sus cositas en la literatura.

Esos presentadores a los que se refiere están muy presentes en las librerías y en las ferias del libro...

Claro, esa es la cuestión, que la invasión siempre ha existido; lo que a nadie se le ocurría antes es darle a esos personajes el protagonismo de una feria del libro. Una vez que se rompe la barrera tenemos estas consecuencias. Hoy en día todo se confunde, aunque por supuesto pienso que estos personajes tienen derecho a escribir sus novelas. Lo único que se demuestra es que hay ciertos editores a los que sólo les interesa la cuenta de resultados y nada la literatura.

¿No cree que algunos de esos consumidores de best sellers podrían ganarse para la (buena) literatura?

Yo tengo casi claro que no. Probablemente el que lea las memorias de Belén Esteban no lea las memorias de nadie más. Ese trasvase es mentira.

Precisamente acaba de visitar la Feria del Libro de Málaga con la Biografía de Pedro Luis de Gálvez...

Bueno, había siete personas y cinco eran amigos (risas).

Vaya...

Es que es lo que hay y es una tontería engañarse... El sábado (por el pasado día 10) era la Noche en Blanco y en Málaga estaba todo el mundo en la calle, pero los fríos datos son estos: se presentaba un libro sobre un malagueño como Pedro Luis de Gálvez con una historia alucinante en plena feria y había siete personas.

Este nuevo proyecto lleva el sello de la editorial malagueña Zut, a la que está muy vinculado desde la dirección editorial, ¿qué tal la experiencia a ese lado del mercado?

He aprendido mucho de cómo funcionan las cosas y de lo difícil que resultan. También a identificar a los agentes que pueden hacer que los libros funcionen aunque sea en grupos reducidos de lectores.

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