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SIlvia Grijalba, pos con un piano en Málaga
«El derrumbre de nuestra forma de vida es un buen argumento de novela»

«El derrumbre de nuestra forma de vida es un buen argumento de novela»

Silvia Grijalbadel amor, la apariencia y la búsqueda de uno mismo en ‘Tú me acostumbraste’

Ana Pérez-Bryan

Jueves, 15 de mayo 2014, 11:55

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Nació en Madrid en el año 1967, pero los mejores recuerdos de Silvia Grijalba están ligados a Torremolinos, donde creció. Allí se hizo como persona, periodista, amiga y escritora y desarrolló «esa retranca tan del sur que valoro y me encanta». De todas estas facetas y de su experiencia tira en Tú me acostumbraste (Espasa), la novela que supone su vuelta a la primera línea editorial después de Contigo aprendí. Con ella ganó el Premio Fernando Lara en 2011 y «muchas cosas positivas», por eso afronta el nuevo reto con presión, «pero de la buena». Ahora toca promoción. Y acaba de hacer parada en Málaga, donde juega en casa...

De Contigo aprendí a Tú me acostumbraste... ¿Le va el bolero?

El Tú me acostumbraste llevaba un tiempo sonándome en la cabeza. Pensé que iba a ser un poco repetitivo después del Contigo aprendí pero también me di cuenta de que en la elección había un punto de superstición por lo bien que había funcionado la otra novela. El título me venía bien, además, para mostrar la dualidad del argumento, porque por una parte se habla del «tú me acostumbraste a cosas estupendas» y por otra de esas veces en la que nos acostumbramos a cosas más dañinas, de esas de las que cuesta más trabajo desengancharse.

El argumento no puede ser más contemporáneo...

Sí, la novela toca temas muy actuales, que a pesar de que son complejos siempre se abordan con cierto humor. Es cierto que también está el sello de los ambientes de los años 30 y los 40, de un mundo en el que se adivinaba una sofisticación que parece que se ha perdido hoy en día.

¿La realidad es la mejor carne de novela?

Yo creo que sí. Cuando me planteé escribirla pensé en dos cosas. Por una parte en la situación que estamos viviendo todos, con la crisis y con el derrumbe de nuestra forma de vida, que es un buen argumento de novela ; y por otra parte me apetecía también recrear un mundo de viajes y de soñar. Ese ambiente sofisticado estaba muy bien porque también pienso que la literatura tiene que invitarnos a la evasión y a conocer otros mundos.

También dibuja el escenario de las nuevas relaciones personales. Parece que se han desdibujado los perfiles que nos ayudaban a comportarnos...

Sí, y en ese sentido en Tú me acostumbraste tienen mucha importancia los secundarios, porque te ayudan a definir al personaje principal. Ahí están una amiga de Marta que es como Pepito Grillo, otra que es la aristócrata excéntrica y por último su amigo del alma, Luis. Desde esos tres puntos de vista se plantea el mapa de las nuevas relaciones; también a través de Sandra, con la que Marta se comunica por teléfono, por mensajes o emails. Es el ejemplo que tenemos con gente muy cercana a la que sin embargo llevamos mucho tiempo sin ver y con los que somos más sinceros, porque muchas veces nos atrevemos a escribir cosas que no diríamos en un cara a cara.

Hablaba de Luis, el amigo con el que se derriba el mito de que la amistad entre mujeres y hombres siempre termina en algo más...

Me parecía muy importante mostrarlo, porque además es uno de los aspectos más autobiográficos de la novela. Esta relación entre Marta y Luis está basada en la amistad con un amigo mío de aquí de Málaga, cuando yo iba al colegio Sierra Blanca y él al Romeral. Juanjo y yo llevamos juntos toda la vida y a él va dedicado el libro. La amistad entre amigos heterosexuales tiene mucho valor porque a veces sus consejos no puede dártelos ni un amigo gay ni una amiga. La literatura en general nunca ha abordado este aspecto, y desde luego las series de televisión tampoco, porque en ellas las chicas o bien tienen un amigo gay o en cambio están en una tensión sexual no resuelta.

El libro llega después de Contigo aprendí, con el que ganó el Fernando Lara, ¿nota cierta presión?

Hombre, noto presión pero la de buena. Sí la sentí más cuando me senté a escribir, aunque la verdad es que esto también tiene su parte positiva, porque al final las editoriales y los libreros se guían por el hecho de que la novela anterior haya tenido éxito y te tratan mejor. No hay que olvidar que escribir es un arte, pero también una industria. Por otra parte el dinero del premio te da margen para estar libre una temporada, y eso es fantástico para un escritor.

Se la ve cómoda en las promociones. Muchos escritores reniegan de esta parte del negocio...

La promoción la disfruto porque soy periodista y me he pasado la vida haciendo entrevistas. Que me las hagan ahora a mí me parece alucinante, porque además normalmente es gente que te ha leído y que es amable. ¿Qué más quiero? Cuando los escritores se quejan de la promoción creo que es para matarlos (risas).

Como aficionada a la música, ¿tiene banda sonora su novela?

Sí, de hecho en mi página web he colgado una en la que mezclo a Dean Martin, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald o Amy Winehouse.

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