Aitana Sánchez-Gijón: «Málaga es una plataforma muy importante para nuestro cine»

Lleva su profesión a todos los ámbitos de la interpretación. Su trayectoria pasa por el cine, tanto español y europeo, como americano y sudamericano y le sigue su amplio recorrido encima de los escenarios, donde su último papel protagonista ha sido La Rosa Tatuada, en la que encarnó a una mujer viuda llena de prejuicios, pero a la que finalmente la vida le impone cambios no esperados. Aitana Sánchez-Gijón reconoce que en el teatro ha sentido «mucho vértigo» y que ha sido una «lucha constante» contra ella misma. Ahora está centrada en hacer más cine, «un cine que me fascine», recalca.

Sánchez-Gijón visitó ayer Málaga para protagonizar el primer encuentro de la cuarta edición de La Edad de Oro, el ciclo de cine clásico que se celebró en el Albéniz promovido por el Festival de Málaga-Cine Español. «Málaga es una plataforma muy importante para nuestro cine», reivindica la actriz. «Muchas de las películas que son premiadas aquí luego tienen muy buen recorrido en taquilla», defiende la intérprete para ilustrar el papel del certamen malagueño como trampolín de muchos títulos en la cartelera nacional.

En cuanto al momento en el que se encuentra el cine español, la actriz señala que hay una doble vertiente. «Por un lado estamos recuperando la conexión con nuestro público», comienza. Sin embargo, luego matiza: «Hay grandes apuestas que sin el apoyo de cadenas de televisión no salen adelante». No es su caso. La actriz lleva una temporada llena de éxitos: Medalla de Oro de la Academia de Cine y Premio Max a la mejor actriz protagonista por su papel en Rinoceronte. También se hizo con el premio Valle Inclán por su interpretación en Medea.

Ahora regresa al cine: está inmersa en un proyecto cinematográfico que se rodará en Vietnam junto a Carmen Machi y el malagueño Dani Rovira, entre otros: Thimay, una película dirigida por Patricia Ferreira que Sánchez-Gijón define como «una comedia con alma».

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