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El remozado cine Albéniz, hoy en día.
"Lo que el dinero me costó y el culo me dolió"

"Lo que el dinero me costó y el culo me dolió"

Esto es lo que decía el público malagueño sobre el precio y la duración de 'Lo que el viento se llevó', que se estrenó en el Albéniz en 1951

Francisco Griñán

Jueves, 1 de octubre 2015, 00:47

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Es el último de los grandes cines del centro. El último clásico que queda en pie de la época dorada del celuloide. Y todavía en activo. Pero el Albéniz no siempre fue tan popular ni estuvo tan bien situado. Este sábado, 3 de octubre, se cumplen 70 años de la primera proyección de esta sala y, entonces, los malagueños no fueron especialmente acogedores con este nuevo local. La Gran Vía malagueña tenía forma de triángulo con vértices en los cines Echegaray, Goya y Málaga Cinema, por lo que la llegada del Albéniz no solo estaba fuera del circuito, sino que además estaba lejos e inhóspito. En aquel 1945, la calle Alcacazabilla todavía no estaba ni puesta.

«Era un cine que estaba en tierra de nadie y que además estaba aislado», recuerda el crítico y periodista Guillermo Jiménez Smerdou, que aporta una explicación sociológica a la pereza del público para llegar hasta las faldas de la Alcazaba y ver cine: «Para los malagueños de entonces, el centro acababa en la plaza de Uncibay». En ello coincide, la historiadora María Pepa Lara que recuerda que en Alcazabilla «no había casas, solamente solares, y no estaba urbanizada». «Cuesta creerlo hoy día pero el Albéniz se consideraba que estaba en las afueras y para el público era una odisea», relata Lara que, antes que cronista, fue espectadora de aquel cine, una vez logró atraer al gran público en los años 50 y 60.

Lara coge un prospecto de mano de la época del «Gran Albéniz» con el anuncio del estreno en 1960 de la cinta religiosa Molokai y exclama: «¡Huy! lo que lloré yo con esta película». En aquella España de posguerra y escasez, en la que todavía la televisión no era ni algo lejano, el gran ocio de los malagueños era el cine. «Los estrenos llegaban dos veces a la semana, los lunes y los jueves, y las películas duraban unos tres días salvo las más taquilleras que podían estar en cartel una semana», rememora Smerdou que cuenta esto para volver al Albéniz y recordar su primer gran éxito y por el que es recordado por muchos malagueños: estrenó en exclusiva Lo que el viento se llevó el 24 de marzo de 1951 y la película estuvo casi un mes en cartelera. «Algo insólito en aquellos años», remacha.

El más importante

La película la adquirió en exclusiva el cine de calle Alcazabilla y la reestrenaba cada año. María Pepa Lara no se la perdió, pese al precio. «Como eran los únicos y el filme tenía mucha fama, el precio era alto», confirma la historiadora, que recuerda con una carcajada el juego de palabras de los malagueños para referirse al coste y al excesivo metraje de este folletín de Vivien Leigh y Clark Gable: «La gente decía, He ido a ver Lo que el dinero me costó y el culo me dolió».

Aquello coincidió con el contrato que el Albéniz filmó con Metro Goldwin Mayer y Warner para estrenar sus películas. También con el cambio en la gerencia cuando los propietarios que lo construyeron se lo vendieron a Braulio Murciano y Juan Herrera. «Lo convirtieron en el más importante de Málaga, pese a los problemas del principio», afirma Jiménez Smerdou que añade que «Don Braulio fue el único empresario que respetó mi trabajo y nunca me persiguió para que hablara bien de sus películas».

La primera que se exhibió en su recién estrenada pantalla, el musical Enamorados (1939), volverá a proyectarse el próximo sábado día 3 en el remodelado Cine Albéniz de cuatro salas coincidiendo con el 70 aniversario del legendario cine. La sala municipal contará además con la actuación de Petiswing, que nos transportará con su música a los comienzos de este local de exhibición. La entrada es gratuita. Y además, el cine ya no está tan lejos como en 1945.

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