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Paula Prentiss, Capucine, Romy Schneider y Ursula Andress junto a Peter O’Toole en el rodaje de ‘¿Qué Tal Pussycat?’, la comedia en la que Woody Allen debutó como actor y guionista en 1965.
El actor de las 1.033 amantes

El actor de las 1.033 amantes

Una nueva biografía 'cataloga' las conquistas de Peter O’Toole. Estuvo hasta con una transexual en casa de Carmen Franco

borja olaizola

Sábado, 11 de julio 2015, 23:34

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1.033. Ni una más, ni una menos. Esa es la cantidad de mujeres que pasaron por los brazos de Peter OToole, el actor irlandés que encarnó en el cine a Lawrence de Arabia, según la última biografía que se ha escrito sobre él. Los autores del libro, Darwin Porter y Danforth Price, han hecho un minucioso recuento de las conquistas del intérprete a lo largo de su agitada existencia y la suma de todas ellas supera con cierta holgura el millar. En la abultada nómina de amantes aparecen desde actrices como Audrey Hepburn, Elisabeth Taylor o Ava Gardner hasta integrantes de la casa real británica como la princesa Margarita.

Que Peter OToole fue un gran bebedor era de dominio público. Que era un tipo atractivo resulta evidente para cualquiera que le recuerde en su papel de Lawrence de Arabia, película que fue rodada cuando acababa de cumplir los 30 años y estaba en su plenitud física. Con sus expresivos ojos azules, su cabello de color tabaco y su alargada figura tenía todo a su favor para que las mujeres cayesen rendidas a sus pies. Tan sugestivo resultaba cuando dio vida en el cine al legendario aventurero y militar británico que las malas lenguas llegaron a decir que más que Lawrence de Arabia parecía Florence de Arabia.

Al malogrado OToole le retrataron como un bebedor compulsivo al poco de que muriese en 2013 a los 81 años. Un libro que se titulaba Hellraisers: The Life and Inebriated Times of Richard Burton, Richard Harris, Peter OToole and Oliver Reed (algo así como Endemoniados: la vida y las épocas alcohólicas de Richard Burton, Richard Harris, Peter OToole y Oliver Reed) narraba la legendaria afición al alcohol de los cuatro actores. Aquella generación de intérpretes sembraba el pánico entre los integrantes de los equipos de rodaje porque pasaban más tiempo borrachos que sobrios. El director Peter Medak recordaba en una de las páginas: «Con OToole, Burton, Harris y Reed siempre era igual. Había esa terrible sensación de peligro en torno a ellos. No sabías si cuando llegaban te iban a besar, a abrazarte o a darte un puñetazo en la cara, eran maravillosos».

En el libro se contaban infinidad de anécdotas, una de ellas narrada por el propio Michael Caine: «Coincidí en un rodaje con Peter OToole y una noche nos fuimos juntos a cenar. Lo siguiente que recuerdo es que nos levantamos al cabo de dos días en una casa que no conocíamos de nada. Peter me miró y me dijo: No preguntes nunca lo que has hecho porque es mejor no saber». El propio OToole recordaba en una de sus últimas entrevistas aquella etapa de su vida: «Yo era tonto, joven y borracho, y además hacía el ridículo, pero tengo un buen recuerdo de la época en que entraba en un bar de París a tomar un trago y acababa despertándome en Córcega».

OToole fue el más longevo de aquel póker de grandes intérpretes. Burton murió con 58 años, Reed con 61 y Harris con 72. El irlandés vivió hasta los 81 años porque en 1976 le extirparon el páncreas y una parte del estómago, y no tuvo más remedio que dejar de beber.

Una apuesta por Anita

Ahora se ha sabido que entre trago y trago OToole tuvo tiempo de coleccionar una increíble cantidad de amantes. En una nueva biografía que acaba de ver la luz, Peter OToole: un endemoniado, un fuera de la ley sexual y un rebelde irlandés, el actor es retratado como un seductor al que no se le resistía ninguna mujer. La nómina de actrices que se rindieron al encanto del irlandés es prácticamente inagotable y pasa por Elisabeth Taylor, Ava Gardner, Vivianne Leigh, Audrey Hepburn o Anita Ekberg. La biografía dibuja un perfil de OToole muy alejado de la imagen de depredador sexual que cabría esperar de alguien que ha tenido más de mil amantes. La seducción era para él un juego, como lo demuestra la apuesta que hizo con un amigo: «Te juego 150 dólares a que conquisto a Anita Ekberg, Diana Dors y Jayne Mansfield». Las tres actrices eran la encarnación de las diosas rubias y carnales que triunfaban en el cine de entonces. OToole, asegura la biografía, se llevó los 150 dólares de la apuesta al bolsillo.

Su iniciación sexual fue a la muy temprana edad de 13 años con una atractiva viuda cincuentona a la que visitaba todas las tardes después de clase en Leeds. Aquello duró cinco meses y le proporcionó la experiencia suficiente para desenvolverse con soltura en cualquier lecho el resto de su vida. En su nómina de amantes hay sitio también para mujeres de sangre azul. En 1963 conoció a la princesa Margarita, hermana pequeña de la reina Isabel II, durante la proyección de una de sus películas y no tardaron en hacerse amantes. Más divertido es que se topó con una modelo transexual, Apri Ashley, en una fiesta ofrecida «en casa de Carmen Franco» mientras terminaba de rodar unas escenas de Lawrence de Arabia en España. Al actor no le importó mucho cuál era el sexo definitivo de su amante cuando terminaron en la cama, se asegura en el libro. Es de suponer que con tantas copas no estaría para sutilezas.

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