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Activismo. Acción callejera promovida por Ramírez en Málaga con motivo del centenario de Picasso; arriba, el 'Templicón' ideado junto a varios pintores locales. :: sur
En la Arcadia de Juan Antonio Ramírez

En la Arcadia de Juan Antonio Ramírez

La UMA rinde homenaje al recordado profesor, crítico y activista cultural malagueño. El Rectorado estrenará el próximo día 25 una exposición sobre la faceta artística del intelectual fallecido en 2009

ANTONIO JAVIER LÓPEZ @ajavierlopez

Sábado, 6 de enero 2018

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Cuesta encontrar a alguien que haya tenido algo que ver con la vida cultural malagueña de las últimas tres décadas que no hable con admiración, respeto y cariño de Juan Antonio Ramírez. Profesor universitario, escritor, editor, investigador, crítico de arte, creador y activista cultural, la figura de Ramírez trasciende con mucho la escena local hasta erigirse como una figura esencial para entender el tránsito hacia la modernidad de la cultura española contemporánea.

La chiripa le hizo nacer en Málaga en 1948 y a la Universidad de Málaga (UMA) regresó 32 años después. Apenas fue profesor durante dos cursos no consecutivos, pero su enorme huella intelectual y humana sigue fresca en ámbitos diversos. Ahora, la UMA rinde homenaje a Ramírez con la exposición que se inaugurará el próximo día 25 en las salas del Rectorado y que pone el foco enla faceta quizá menos conocida y reivindicada del intelectual fallecido en 2009: la de creador plástico.

  • Propuesta La muestra ofrecerá la faceta artística del intelectual malagueño Juan Antonio Ramírez.

  • Lugar Rectorado de la UMA.

  • Fechas Del 25 de enero al 17 de marzo.

'La ciudad y el 'bricoleur': Juan Antonio Ramírez en Málaga' reunirá piezas ideadas por Ramírez durante dos décadas (1980-2000) para devolverlo al lugar que él mismo consideró su propia Arcadia. «En Málaga nadie te decía no a ninguna propuesta: todo era posible. (...) El clima intelectual y anímico era optimista, favorable a las aventuras... Todos los que hacían cultura se divertían», recordaría Ramírez en 'Los poderes de la imagen: para una iconología social (esbozo de una autobiografía intelectual)'.

Menciona esa cita la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid Rocío de la Villa -comisaria de la exposición en el Rectorado junto a la profesora de la UMA Maite Méndez- en el texto que acompaña a la exposición. Así, el proyecto que ocupará el Rectorado entre el 25 de enero y el 17 de marzo planea un camino de doble dirección: de una parte, la impronta dejada por Ramírez en el ecosistema del arte malagueño y, de otra, la influencia que esta experiencia dejó en su producción artística, intelectual y académica.

Porque, como escribe De la Villa, «en Málaga cruzó (Ramírez) la barrera del crítico y 'voyeur' para convertirse en coautor y autor expuesto al público. Experiencias que únicamente vivió en Málaga y fueron seminales para el desarrollo posterior de su peculiar manera de ejercer la historia del arte y la crítica en el sistema artístico».

Porque Ramírez fue pionero patrio en el análisis de la llamada cultura de masas a través de libros tempranos como 'El cómic femenino en España' y 'La historieta cómica en la posguerra'. Ya en 1976 publica 'Medios de masas e historia del arte', dos años después gana las oposiciones como profesor adjunto en la Autónoma de Madrid y, tras pasar por el Warburg Institute londinense, obtiene una plaza de agregado a cátedra. Elige destino: Málaga.

De la escuela a la calle

En la ciudad «conecta inmediatamente con los agentes del precario pero efervescente mundo artístico malagueño: artistas y gestores con quienes establece relaciones de amistad y camaradería», como recuerda De la Villa. Serán los años de andanzas junto a José Seguí, Diego Santos, Carlos Canal, Rogelio López Cuenca... Tiempos de agitación intelectual que cuajan en proyectos como la acción callejera 'La ascención de Guernica a los cielos', una suerte de procesión lúdica y crítica celebrada el 24 de junio de 1981 con motivo del centenario del nacimiento de Picasso y con la llegaba del cuadro a España como telón de fondo. Un proyecto «serio pero divertido», en palabras de Ramírez. Y quizá esas tres palabras sirvan como lema de su particular escudo de armas vital: serio pero divertido.

Ahí está, por ejemplo, 'El estilo del Relax', el edificio intelectual construido por Ramírez a partir del hallazgo de Diego Santos para dar carta de naturaleza a las edificaciones levantadas a mediados del siglo pasado a lo largo de la Costa del Sol con el objetivo común del esparcimiento: hoteles, bazares y otros inmuebles de estética singular que atestiguan aquella época dorada del litoral malagueño.

También ligado a la arquitectura, la exposición de la UMA recordará aquel 'Templicón' a modo de Templo de Salomón travestido que Ramírez urdió junto a algunos pintores de aquella nueva figuración malagueña en boga por entonces. Y junto a esa actividad 'exterior', la muestra ofrecerá una faceta más íntima desarrollada por Ramírez durante años: sus obras de 'latoflexia' y 'latotomía', emparentadas con las acciones del colectivo Agustín Parejo School que desde la crítica festiva lanzó aquel grito de 'POEZÍA' que aún resuena, como lo hará en las salas del Rectorado.

Un eco, en de la vida y la obra de Juan Antonio Ramírez, recobrado ahora por la UMA en una exposición como una excusa para el recuerdo de una figura irrepetible que ya en 'Tipología del disidente', escrito para una exposición en Málaga, trazaba su testamento vital: «...Ya que no nos está dado elegir del todo el medio en el que vivimos, y puesto que no podemos (ni debemos) evitar el intento de formar parte de la historia (de modificar el marco heredado), deberíamos elegir la disidencia más extremada. Saltar sobre el espacio y el tiempo, aun a riesgo de vivir en una ucronía desesperada. Lanzarse en el vacío, arriesgándolo todo. A fin de cuentas, ¿quién tiene algo en el arte contemporáneo que no sea nada?».

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