Isabelita de Jerez

Ilsabel Ramos Moreno, conocida artísticamente como Isabelita de Jerez, fue una de las más destacadas cantaoras jerezanas de la primera mitad del pasado siglo. Sus padres, charangueros de oficio, fueron dos gitanos apodados El Chalao y La Morena. Nacida en 1895, Isabelita se crió en el ambiente flamenco del barrio de San Miguel escuchando cantar a su padre, buen aficionado, y a los maestros Diego el Marrurro, Frijones y José el de Paula. Su carrera artística la inició con el guitarrista Pepe Crévola formando parte de un cuadro flamenco en el que figuraban también sus paisanas La Titi y La Piñonera, recorriendo las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla, con el nombre de La Jerezanita. En 1930 participó en una fiesta que organizó Juan Pedro Domecq con motivo del segundo centenario de sus bodegas, junto a Pepe Durán «El Tordo», su hija Rosa Durán, Perico el del Lunar, Capinetti, Aurelio Sellés, La Requejo, La Pompi, Niño Gloria y Manuel Torre.

Isabelita contrajo matrimonio en la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga, de Madrid, con el cantaor José Durán Mediavilla, padre de Rosa Durán, siendo padrino el duque de Andría. La fiesta duró dos días con sus dos noche. Más tarde intervino en distintos espectáculos con Pastora Imperio en gira por España, acompañada a la guitarra por Manolo de Badajoz. En agosto de este mismo año actuó en la Fiesta de las Actrices Españolas en el Ideal Rosales, de Madrid, junto a su hija Rosa Durán; y al año siguiente intervino en la misma fiesta que se celebró en el Teatro de la Zarzuela, con el Niño Pérez a la guitarra. Unos meses antes, concretamente en febrero de 1934, acompañada a la guitarra por Ramón Montoya, le cantó por alegrías a Pastora Imperio en un homenaje al recitador cartameño José González Marín, que se le tributó en el Teatro Calderón de la capital de España.

Contratada por la casa Odeón, grabó veinticuatro caras de discos, con cantes por saetas, tientos, siguiriyas, bulerías, soleares, etc., con Manolo de Badajoz a la guitarra. En plena guerra civil cantó en el Teatro Alkázar, de Madrid, junto a Caracol, padre, Niño Caracol, Mazaco, José Ortega, Manolo de Badajoz y Perico el del Lunar. Finalizada la guerra ivil volvió a los escenarios la compañía de Pastora Imperio. En 1942, tras actuar en Valladolid, llegó a Zamora donde tuvo lugar el repentino fallecimiento de la cantaora, aquejada de una insuficiencia hepática. El deceso se produjo el día 7 de junio en la pensión donde se alojaba la compañía.