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Oona O’Neill.
De la hija rebelde al hijo rebelado: Oona O´Neill y Luis XIII

De la hija rebelde al hijo rebelado: Oona O´Neill y Luis XIII

Tal día como hoy nacía la hija del premio Nobel Eugene O'Neill y última esposa de Charles Chaplin, y moría Luis XIII, licuado a vómitos y diarreas reforzados por las sangrías y los enemas de los médicos reales

maría teresa lezcano

Domingo, 14 de mayo 2017, 00:39

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Tal día como hoy nacía la hija del premio Nobel Eugene ONeill y última esposa de Charles Chaplin, y moría Luis XIII, licuado a vómitos y diarreas reforzados por las sangrías y los enemas que los médicos reales le aplicaron tenazmente hasta dejarlo más seco que un muñeco de madera.

Oona O'Neill: 14/05/1925--27/09/1991

El catorce de mayo de 1925 nacía la hija de Eugene ONeill y Agnes Boulton en Bermudas, no habiendo sido alumbrada la neófita ya ataviada con unos pantalones cortos más o menos floridos sino en las caribeñas islas de ultramar pertenecientes a la corona británica. Entre el abandono paterno cuando ella tenía dos años, y la continuada desatención materna, Oona creció por su cuenta entre la farándula y la intelectualidad, empinando un poco el codo con Truman Capote a los quince años y ennoviándose castamente con J.D. Salinger hasta que éste la abandonó por la Segunda Guerra Mundial, a la que se entregó en un voluntariado ingenuamente belicoso del que regresó para recuperar a una ya irrecuperable Oona, que en el interín se había convertido en la señora Chaplin.

El matrimonio de su hija con Charles Chaplin, que la aventajaba existencialmente en treinta y seis años, enfureció sobremanera a Eugene ONeill, quien le retiró inmediatamente a la hija rebelde la palabra y la herencia, aunque Oona bastantes problemas tenía con acompañar a Chaplin en la huida de los macarthistas, cuya caza de brujas en busca de comunistas entre las Candilejas chaplinescas desencadenó el exilio del matrimonio. Corría el año 1952 y más corrían los Chaplin hacia Suiza para evitar ser engullidos por la siniestra maquinaria del republicano senador McCarthy que buscaba agentes soviéticos hasta debajo de las piedras demócratas, y aquelarres de actividades antiamericanas en la nueva Salem del imperio conocida como Hollywood.

Ya desmacarthizados, Oona y Charles Chaplin continuaron con un matrimonio que duró treinta y cuatro años, es decir hasta la muerte del cineasta, y engendró ocho pequeños Chaplin cuya primogénita, Geraldine, homenajeó a su madre poniéndole a su hija el nombre de Oona, y ésta a su abuelo eligiendo el apellido Chaplin para desarrollar una carrera sentada y asentada sobre un Juego de Tronos. When winter comes...

Luis XIII de Francia: 27/09/1601--14/05/1643

Doscientos ochenta y dos años antes del nacimiento bermudeño de Oona ONeil, moría en SaintGermain-en-Laye Luis XIII, tras seis semanas licuándose a vómitos y diarreas, reforzados por las sangrías y enemas que los médicos reales le practicaron tenazmente hasta dejar al paciente más seco que un muñeco de madera. Luis XIII había ascendido al trono a los nueve años, cuando a su padre Enrique IV lo escabecharon a puñaladas mientras viajaba en su carroza, aunque su madre María de Médici asumió la regencia asegurando que este chiquillo no tiene edad ni temple para reinar, cuando lo que quería realmente María era gobernar por su cuenta junto a sus favoritos Concino Concini y Leonora Dora, que no era exploradora sino marquesa y condesa, además de hermana de leche de María y mariscala por matrimonio.

Los tres se lo pasaron en grande jugando a gestionar los asuntos de estado y casando al rey adolescente con la infanta española Ana de Austria, hasta que Luisito dijo, todos fuera que ahora quiero reinar yo, y dicho y hecho: mandó ensartar a Concino Concini como a un pincho moruno, a la Médici la envió al exilio en Blois y a la Dora que no era exploradora la acusó de brujería y la conminó a explorar el más allá viajando en hoguera express.

Después Luis batalló un poco contra los protestantes y le declaró la Guerra de los Treinta Años a España, mientras la reina Ana de Austria conspiraba con los españoles para que descabezaran literalmente a su esposo con el fin reinar ella a sus anchas, pero fue descubierta por Richelieu y apartada de la corte aunque no finada ya que no había sido aún engendrado heredero alguno y la corona es lo que tiene. El heredero llegó a los veintitrés años del enlace real y, si bien muchos llamaron al neonato el niño milagro, no faltaron los rumores que más que de milagro hablaron de bastardía, aunque en cualquier caso el que acababa de nacer era el futuro Rey Sol y, aunque el infante hubiese sido alumbrado más feo que un melón disecado, todos callaron la boca para conservar, no sólo metafóricamente, la cabeza. Vive la France.

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