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Escultura de Séneca y Nerón
Del rey atrevido al filósofo curtido: Felipe III de Francia y Lucio Anneo Séneca

Del rey atrevido al filósofo curtido: Felipe III de Francia y Lucio Anneo Séneca

Tal día como hoy nacía un rey conocido como «el atrevido» por sus gestas bélicas, y moría el filósofo romano tras cortarse las venas de brazos y piernas y tomarse un chupito de cicuta

teresa lezcano

Domingo, 30 de abril 2017, 01:34

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Tal día como hoy nacía Felipe III de Francia, también conocido como «el atrevido» por sus gestas bélicas, y moría Lucio Anneo Séneca, que tras cortarse las venas de brazos y piernas y tomarse un chupito de cicuta, se metió en un baño de vapor con vistas a la posteridad.

Felipe III de Francia. 30-4-1245 a 5-10-1285

El treinta de abril de 1245 nacía en Poissy el hijo menor de Luis IX, que por su condición de benjamín no estaba destinado a reinar aunque la muerte de su hermano mayor lo convirtió en heredero y la de su padre, de disentería mientras libraba en Cartago la cruzada de turno, en soberano incuestionado. Al rey difunto, cuyo colon prohijó la bacteria que lo mató a diarreas consecutivas a pesar del real apodo de San Luis concedido por su ascetismo franciscano, le aplicaron la técnica denominada Mos Teutonicus, que era una práctica habitual para deshacerse de los muertos de las cruzadas con los que ni Dios sabía qué hacer, y que consistía en eviscerar y desmembrar los cadáveres, tras los cual se hervían los pedazos en agua o vino, dependiendo de las circunstancias y la sed imperante, hasta que la carne se separaba de los huesos en un proceso de estofado lento y se conseguía un esqueleto reluciente aunque fragmentado, que era repatriado en una caja mientras las sobras del guiso, es decir las vísceras y la carne, eran enterradas in situ. Después de cocer a su padre en Túnez, Felipe III, que no tardó en ser conocido como El Atrevido por sus gestas bélicas, se dedicó a engendrar siete herederos en dos reinas consecutivas, a fijar la mayoría de edad de los monarcas galos a los catorce años, a institucionalizar la segregación respecto de los judíos, y a anexionar cuantas tierras pudo invadir aquí y allá, hasta un día se dijo, pues hoy voy a conquistar Cataluña y ésta le respondió, no hay collons, y Felipe se puso a sitiar Gerona a destajo hasta que la disentería que se llevó a su padre en vahídos fecales lo licuó a él también mientras huía de los catalanes. Después lo estofaron como a San Luis aunque con la salvedad de que tuvo el honor de ser el primer rey cuatripartido, siendo enviadas sus carnes cocidas a la catedral de Narbonne, sus entrañas a una abadía normanda, sus huesos a la necrópolis de Saint-Denis y su corazón a tomar viento fresco a París. Cest la vie.

Lucio Anneo Séneca. 3-5-4 a.C al 30-4-65

Mil ciento ochenta años antes del nacimiento de Felipe el Atrevido moría el máximo representante del estoicismo y del moralismo romano. Séneca, tras haber sido cuestor bajo el mandato de Tiberio, fue condenado a muerte por Calígula aunque éste, que había sido informado de que el cuestionado y cuestionante orador padecía tuberculosis, revocó la sentencia para que el condenado fuese succionado lentamente por el bacilo de Koch , recondenado a remuerte cuando llegó Claudio al poder si bien en esta ocasión la pena máxima fue conmutada por un exilio corso que duró ocho años , y reclamado en Roma cuando, tras la caía de Mesalina, la nueva esposa de Claudio, Agripina la menor, le nombró tutor del hijo que tuvo antes de casarse con el emperador. La criatura en cuestión, un tal Lucio Domicio Ahenobarbo, ascendió al poder a los diecisiete años con el nombre de Nerón, después de que su madre envenenara entre sutil y entusiásticamente a Claudio, y el nuevo emperador nombró a Séneca consejero político y ministro. Durante los ocho años siguientes Séneca y Burro no el equus africanus asinus sino un militar de nombre Sexto Afranio gobernaron de facto el imperio, reformando legal y financieramente el estado y, de paso, aumentando financiera y legalmente las posesiones de ambos, mientras Nerón iba y venía con su lira y simultaneaba efusivamente bacanales y orgías, hasta que el emperador dijo, ahora quiero mandar yo, que me aburro, Burro, y dicho y hecho: afiambró a Burro y a Agripina, que no se libró ni por ser la progenitora del afiambrador, y a Séneca lo envió a contar amapolas al sur, a la vez que intentaba envenenarle con escaso éxito ya que Lucio, perro o más bien burro viejo tras el aBurramiento imperial, tenía catadores que vomitaban por él, y Nerón, ya rotundamente encabritado, lo condenó oficialmente a muerte, hecho que refutó Séneca decidiendo que nadie es tan bien matado como por sí mismo, y se cortó las venas de brazos y piernas, tras lo cual se tomó un chupito de cicuta y se metió en un baño de vapor con vistas a la posteridad. Eram quod es, eris quod sum.

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