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Retrato de Casagemas :: R..C.
Picasso coleccionista, modelo y amigo

Picasso coleccionista, modelo y amigo

Una muestra en Barcelona reúne las primeras obras que el pintor intercambió con colegas para los que posó o a los que retrató

M. L. E.

Martes, 11 de abril 2017, 19:10

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Barcelona. Durante toda su vida Pablo Ruiz Picasso intercambió obras con muchos de sus colegas. Amigos y conocidos a los que retrató, por los que se dejó retratar o con los que colaboró desde el inicio de su carrera. Su agudeza le permitió hacerse con obras relevantes, muchas de las cuales donó su familia a la ciudad de Barcelona en febrero de 1970. Una treintena de ellas se exhibe ahora, junto a siete de la mano y la paleta del genio malagueño, en el museo Picasso de la ciudad condal. Conforman una muestra titulada Otros artistas en la donación de Picasso. 1970.

Se trata de un conjunto «poco homogéneo», según el museo barcelonés, formado por 31 obras de otros artistas, principalmente de amigos y colegas de Picasso como Carles Casagemas, Santiago Rusiñol, Manuel Pallarés, Manolo Hugué y Julio González. A todos los trató en su periodo de estudios en la Llotja y en el entorno del café modernista Els Quatre Gats. También hay piezas de pintores más desconocidos y de compañeros y alumnos del padre del artista, como Rafael Blanco Merino y Leandro Oroz Lacalle.

La muestra presenta por primera vez en conjunto las pinturas y dibujos de estos artistas, y las compara en siete casos concretos con obras del propio Picasso. Se divide en tres espacios: el primero, circunscrito al ámbito familiar y académico; el segundo, a las obras de artistas del entorno de la cervecería y cabaré Els Quatre Gats, y el tercero, con obras de los artistas con quienes la relación trascendió el ámbito de Barcelona.

En memoria de su amigo Jaume Sabartés Picasso donó a su museo barcelonés todas las obras que había dejado arrumbadas en el domicilio de sus padres al irse a París en 1904. Eran 236 pinturas al óleo, 1.149 dibujos, 17 álbumes con dibujos, dos grabados, cuatro libros de textos con dibujos marginales y 47 obras de otros artistas. Unas piezas que María Picasso, la madre del pintor, su hermana Lola y sus sobrinos Vilató Ruiz custodiaron en su peregrinaje por sus sucesivas residencias barcelonesas, las de la calle de la Mercè, 3, el paseo Colom, 7 y el paseo de Gràcia, 48.

Malén Gual, comisaria de la exposición y conservadora del museo, precisó al presentarla que el punto de partida de la exposición es 1970, «cuando el artista decide hacer la donación al Museo Picasso de Barcelona». Ha optado por mostrar en la primera sala dos obras de Rafael Blanco Merino, regaladas quizá por el artista a su amigo José Ruiz Blasco, padre de Picasso. No en vano Paisaje con iglesia (1881) «aparece en un dibujo de un álbum de Picasso de su etapa coruñesa, en 1894, cuando el pintor retrató a su hermana Lola bordando en una habitación y reprodujo en la pared la escena», señala la comisaria. También se reúnen un retrato de su hermana Lola junto con un dibujo que la hermana de Picasso realizó en 1897: Jardín de un convento. En el espacio dedicado a la academia de la Llotja hay otros dos retratos de Picasso, uno realizado por su compañero de pupitre Ramón Riu en el que aparece con aspecto de niño, y un autorretrato de 1896 «en el que Picasso aparenta más edad de la que tenía, como es habitual», según la comisaria.

En otras salas se reúnen las obras de artistas que frecuentaban Els Quatre Gats, epicentro artístico barcelonés que acogió un sinfín de actividades culturales.

Retratos

Picasso presentó allí su primera exposición individual en 1900 y compartió tertulia con artistas e intelectuales. Hay obras de su amigo Carles Casagemas, con quien viajó a París para la Exposición Universal de 1900, y un dibujo de Rusiñol, Cabeza de hombre (1900), al lado del retrato que le hizo Picasso. Se reúne también el retrato que Picasso hizo de su padre en 1896, junto con el que le hizo Leandro Oroz Lacalle, compañero de oposiciones del genio malagueño.

La muestra se cierra con ocho dibujos de Julio González, amigo de Picasso durante toda su vida, estrecho colaborador para muchas de las piezas escultóricas y compañero de su tercer viaje a París, en octubre de 1902. La comisaria destacó «la similitud de los dibujos de González con la época azul de Picasso».

En la última sala también se puede contemplar un autorretrato de Manolo Hugué, otro de las grandes amigos de Picasso, junto a una caricatura del artista realizada por Lluís Bagaría y un autorretrato del artista malagueño

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