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El equipo del Reina Sofía vigila el estado del cuadro.
El terror y la compasión en el mural de Picasso

El terror y la compasión en el mural de Picasso

i. esteban

Domingo, 2 de abril 2017, 00:16

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El Museo Reina Sofía ultima los preparativos para lo que será la gran muestra sobre el Guernica en el 80 aniversario del bombardeo sobre la localidad vizcaína y de la primera vez que se expuso el cuadro, en el pabellón español de la Exposición Universal de París en 1937.

La muestra, que se inaugura el lunes 3 de abril y permanecerá abierta en el museo madrileño hasta el 4 de septiembre, se titula Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica. Aborda la visión que proyectó el artista sobre la guerra moderna, desde el aire, cuyo objetivo era la destrucción de poblaciones enteras. De esa perspectiva surgió la singular iconografía de agonía, perplejidad y horror que este tipo de violencia trajo consigo.

Comisariada por T. J. Clark, prestigioso historiador del arte, y Anne M. Wagner, profesora emérita de la Universidad de California en Berkeley, se centra en las raíces del imaginario del Guernica encontradas en obras previas del pintor. En ellas aparecen escenas violentas, bailes desaforados, enfrentamientos entre el artista y la modelo, forcejeos de índole sexual en la playa y mujeres atrapadas en sillones con la boca abierta en un grito o rugido salvaje.

En el Guernica reformuló esta iconografía bajo el prisma de la compasión. El cuadro representa un interior que se desmorona, una habitación rota en mil pedazos por una bomba. La muestra aborda el nuevo tratamiento que Picasso hizo de los interiores a partir de 1924. Los cuerpos rotos o desmembrados invaden salones y estudios, y el mundo exterior presiona para entrar por la ventana. La habitación se acaba poblando de monstruos.

En torno a 1930, las criaturas escapan de la habitación y comienzan a encontrar su sitio en un espacio abierto y público. Los monstruos se vuelven monumentos.

El recorrido planteado por la exposición pone de relieve que no hubiera sido posible para el artista concebir el Guernica esa puesta en escena final de una inmensa tragedia dirigida al ámbito público sin estos experimentos anteriores.

Por esta razón, la muestra arranca con las naturalezas muertas y los interiores de los años 1924 y 1925, para dar paso a cómo Picasso abordó la monstruosidad y la violencia a finales de esa década y durante la siguiente, con sus retratos e interiores realizados al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

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