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Supervivientes de la guerra y la familia

Marc Clotet protagoniza la historia de un campeón español de ajedrez en la II Guerra Mundial y el filme chileno retrata la reconciliación de un hijo con un padre enfermo

REGINA SOTORRÍO FRANCISCO GRIÑÁN

Sábado, 25 de marzo 2017, 00:31

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Dos poderosas historias de supervivencia. La de un campeón de ajedrez para resistir a su reclusión durante la II Guerra Mundial y la de un hijo que encuentra el camino para acercarse a su severo padre cuando éste empieza a perder la memoria. Estas fueron las historias que cerraron ayer la sección oficial a concurso del 20 Festival de Málaga Cine en Español con la película española 'El jugador de ajedrez', de Luis Oliveros, y la chilena 'La memoria de mi padre', de Rodrigo Bacigalupe.

La primera de ellas es una lujosa producción nacional ambientada entre la guerra civil y la invasión nazi de Francia, que tiene como protagonista a un as del ajedrez que utiliza sus conocimientos para jugar con la muerte tras ser acusado de espía. «Es un filme que representa que en la cultura nos podemos entender todos», señaló ayer el productor del filme, Juan Antonio Casado.

Basada en el libro homónimo de Julio Castedo, el director Luis Oliveros afirmó que la película y la novela son «hermanas gemelas, pero cada una tiene su propia personalidad». Por su parte, Casado añadió que el origen del filme está en un préstamo personal que fue a pedir al banco, donde la directora de la entidad le habló de la obra original que finalmente se ha convertido en película. Eso sí, el proyecto ha tardado ocho años en hacerse realidad.

El productor destacó la «ambientación espectacular» de esta cinta rodada en Budapest, que ha contado con el mismo equipo internacional que rodó con Steven Spielberg 'El puente de los espías' (2015). «Es una película cien por cien española, pero muy complicada porque ha sido rodada en tres idiomas -español, francés y alemán-», señaló Juan Antonio Casado, que añadió que le hacía especial ilusión presentar 'El jugador de ajedrez' en el Festival de Málaga por la nueva dimensión del certamen y porque «esta es la ciudad en la que me crié». Momento que aprovechó para comentar su paso por el Instituto de Martiricos y por la Universidad de Málaga.

Por su parte, Marc Clotet, que protagoniza el filme junto a Melina Matthews, Alejo Sauras y Andrés Gertrúdix, afirmó que, antes de la película, sólo sabía lo básico del ajedrez, pero aprendió con la campeona de Europa «a deslizar las piezas sobre el tablero y el trato de los jugadores entre sí». Para el actor, en el juego no todo es vencer al contrario y la película también enseña a «sobrevivir, ya que antes del jaque mate puedes conseguir unas tablas y salir con vida».

El debut de Chile

'La memoria de mi padre' completó ayer la parrilla de cintas a competición, una historia vivida y no solo contada en la pantalla. Explicó el director Rodrigo Bacigalupe que la muerte de su abuela despertó en su abuelo un proceso mental complejo: «Decidió no aceptar la realidad y creer que a mi abuela la raptaron los japoneses para hacer tejidos industriales». El chileno retrata esas jugadas de la mente en 'La memoria de mi padre', la chispa que encendió una película con un trasfondo más profundo: las difíciles relaciones entre un padre y un hijo. «Más que del Alzheimer, habla sobre la posibilidad de reconciliación».

Chile debutó en sección oficial del Festival de Málaga con esta cinta que nace de un hecho particular para contar una historia universal. «A raíz de ese problema, quería hablar de dos personajes que emocionalmente son muy torpes. Se adoran, pero así como vamos a la Universidad para demostrarnos que somos inteligentes, desde el punto de vista emocional estamos maleducados», detalla Bacigalupe. Padre e hijo son «dos personas que se quieren pero que no saben cómo decirlo». Una historia «que toca a todos» los de este filme. «Era mi reconciliación con mi propio padre, pero murió hace cinco meses sin verla», contó al borde de la lágrima el productor Luis la Rivera Rentería.

Jaime Mc Manus interpreta a ese hijo que se reencuentra con su padre, un tipo «impulsivo, nublado, sin saber a dónde va, sin objetivos en la vida e incluso inmaduro». Un hombre que «parte de una oscuridad para llegar a la luz», detalló el actor.

El director y el productor reconocieron el «peso emocional» que para ellos tiene estrenar en Málaga. Hace diez años estudiaban ambos en España cuando Luis le prometió a Rodrigo que le produciría su primera película. «Y aquí estamos».

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