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Los refugiados comparten las clases en el museo con los usuarios de los talleres para artistas.
Refugiados: El difícil arte de recuperar tu vida

Refugiados: El difícil arte de recuperar tu vida

El Museum Jorge Rando promueve talleres para la integración de los migrantes a través de la plástica

Antonio Javier López

Lunes, 6 de marzo 2017, 01:06

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Antonio llega hecho un pincel y no quiere salir en ninguna foto. Antonio luce una alianza en el dedo anular de la mano derecha, pero sólo habla de sus padres cuando le preguntan por la familia que dejó en Alepo hace ya cinco años, aunque un leve temblor en la voz basta para saber que prefiere no seguir la conversación por ahí. Antonio lleva una pequeña libreta donde apunta palabras en español con letra redonda y pulcra. Biblioteca, planta, puente, campana, pintar. Antonio dibuja en un cuaderno a carboncillo, como hacía en la ciudad siria que abandonó bajo las bombas. Allí era joyero. Tenía un taller, un futuro, una vida. Ahora intenta recuperar algo de aquello. Y basta ver cómo sostiene la mirada para confiar en que lo va a conseguir.

Antonio no se llama Antonio, pero eso apenas importa. Importa que salió de Siria al mes de comenzar la guerra, que vivió en Argelia cinco años, que de allí pasó a Marruecos y que logró llegar a Melilla. Importa que lleva cuatro meses en el centro de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en la calle Ollerías. Importa que ya entiende bastante bien el español, que incluso suelta alguna palabra atinada. Firme. Igual que su mirada. Importa que Antonio venció la desconfianza inicial que le hizo rechazar la oferta de Daniel Cuenca, psicólogo del CEAR en Málaga, para que participase en los talleres del Museum Jorge Rando. Importa, sobre todo, que Antonio está vivo para contarlo.

«Al principio no me sentía muy cómodo, pero me di cuenta de que tenía que estar en movimiento. Volví a hablar con Daniel, él había insistido mucho y le dije que sí», recuerda Antonio en el patio interior del museo malagueño, que pone en marcha estos talleres de integración para refugiados a partir de la práctica artística. «Cuando estoy aquí, durante esas dos horas, no tengo que preocuparme sobre si entiendo lo que me dicen o si me entienden a mí. Cuando estoy aquí todos nos entendemos a través de la pintura», resume Antonio.

«Estos talleres fueron de las primeras actividades que empezamos a desarrollar en el museo casi desde nuestra apertura. Se trata de plantear una iniciativa que reivindica el arte como herramienta para la integración social y que además sirve para que las personas refugiadas se relacionen entre ellos», aporta la directora del museo, Vanesa Díez.

La Unesco distingue su labor

  • El Museum Jorge Rando va camino de celebrar su tercer aniversario y en este tiempo una de sus principales líneas de actuación ha consistido en una intensa y extensa agenda de actividades relacionadas con el papel social de la institución. Esa línea programática ha incluido talleres, conferencias, visitas guiadas y otras actividades dirigidas tanto al ámbito más cercano como a la escena internacional, con especial atención a la crisis humanitaria de los migrantes y los refugiados. La labor del museo malagueño ha llegado hasta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que acaba de recocer a la institución como miembro de la Asociación Unesco Prodiálogo. «El Museum no sólo es un espacio de exposición sino un lugar que ofrece la posibilidad de racionalizar, entender y ahondar intelectualmente en los escenarios sociales, para permitirnos comprender mejor la diversidad de un mundo en continuo cambio», defienden desde la institución. Los responsables del museo reivindican así la labor de su Departamento de Educación «con programas específicos para niños y adolescentes como el arte como cultura de paz, a través de coloquios y charlas, de talleres artísticos de convivencia para grupos en riesgo de exclusión social o con un Atelier en el que comparten espacio pintores de diferentes nacionalidades». Eso, y el centenar de citas que promueven al año y que, como la propia entrada al museo, siempre son de carácter gratuito.

Porque en las clases que imparte el artista Jerónimo López, los refugiados comparten sesión con los usuarios de los talleres que el Museum Jorge Rando pone a disposición de los artistas. «En esta ocasión participan dieciséis personas en dos grupos. Hay refugiados procedentes de Ghana, de Costa de Marfil, de países de Europa del Este...», sigue Díez antes de reivindicar la iniciativa como «una forma de inclusión, de expresión y de relación».

Toma la palabra Daniel Cuenca: «Hay que mostrar a las personas refugiadas como personas activas que tienen mucho que aportar y actividades como esta ayudan mucho a conseguirlo». María Gómez, también de CEAR, hace de traductora de Antonio y recuerda que las personas refugiadas cuentan con un periodo inicial de seis meses para «ubicarse» una vez que llegan a España. «Muchos refugiados ni siquiera saben dónde han llegado», ofrece. Luego llega la fase de inclusión, la búsqueda de un empleo, de una vivienda. Antonio va camino de esa etapa con toda la incertidumbre a cuestas.

«Con estos talleres puede manifestar sus sentimientos de otra manera», aporta Gómez. Antonio asiente a su lado. Y Cuenca refrenda: «Este proceso genera mucha frustración, incertidumbre y miedo y actividades como estas ayudan a canalizar esos sentimientos por otras vías».

Una canalización que irá más allá de las paredes del Museum Jorge Rando. «Hemos sido elegidos por la Asociación NADFAS en Londres, fundada en 1965 y dedicada a la difusión del arte, y a través de esa colaboración vamos a realizar una visita a la Cueva de Nerja», anuncia Díez, quien añade que el programa concluirá con un mural en el centro de CEAR y una exposición en el patio interior del museo con las obras de los participantes en los talleres.

Antonio admite que aún no tiene muy claro qué pintará. Aunque sí tiene decidido el asunto general: «Será algo relacionado con España y con Andalucía. Toda España cabe aquí». También él.

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