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Las cenizas del artista malagueño fueron depositadas ayer junto a un ciprés en El Jardín del Recuerdo de Parcemasa.
Dámaso Ruano ya es parte del paisaje

Dámaso Ruano ya es parte del paisaje

Familiares, amigos y representantes políticos participan en el homenaje al artista malagueño fallecido el 1 de julio de 2014

Antonio Javier López

Domingo, 26 de febrero 2017, 01:24

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Dámaso Ruano mantenía pegado en la cristalera de su estudio que daba al mar de Pedregalejo un folio con un rectángulo cortado en su interior. Era justo la parte del paisaje que quería captar, transformar, en uno de sus cuadros. Porque para Dámaso Ruano cada obra era «una batalla» que se libraba sobre la línea del horizonte, esa de la que ahora casi forma parte, a ras de suelo, de tierra húmeda y blanda, en El Jardín del Recuerdo del Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa).

Porque las cenizas del pintor malagueño ya descansan a la sombra de un ciprés en ese espacio del camposanto malagueño. Hasta allí se desplazaron en la mañana de ayer familiares, amigos y una escueta representación de políticos municipales encabezada por el alcalde Francisco de la Torre. «Este ciprés. No se me ocurre mejor manera de recordar a mi padre, porque este árbol podría estar en cualquiera de sus cuadros», compartía al cerrar el acto Teresa, hija del pintor fallecido el 1 de julio de 2014.

Ruano formaba parte de aquella Generación del 50 que vino a transformar las artes plásticas en Málaga junto a compañeros de armas artísticas como Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Francisco Peinado, Gabriel Alberca, Eugenio Chicano, Stefan von Reiswitz, Jorge Lindell. A ese grupo de autores se refirió en su intervención el arquitecto y amigo de Dámaso Ruano, Salvador Moreno Peralta, quien no dejó pasar la ocasión para reiterar lo poco que ese grupo está representado en el Museo de Málaga.

«La casa está guardada»

«No te preocupes por nada, Dámaso. La casa está guardada por Pilar y tus maravillosos hijos. Los amigos, por nuestra parte, nos pelearemos por ver quién te quiere más, pero de esa trifulca la culpa es tuya, porque nunca te has contentado con ser un pintor mágico: tenías que ser, además, un hombre machadianamente bueno», ofreció Moreno Peralta en alusión a Pilar Cervera, viuda del artista.

También tomó la palabra el abogado y artista José Manuel Cabra de Luna para glosar la vida y la obra del autor: «Había mucho de ordenación en sus composiciones y mucho de elegancia; me atrevería a decir que de elegancia moral por encima, incluso, de la formal. En ésta se ocultan muchas veces carencias que Dámaso nunca tuvo».

Laura Sánchez y Walter Tejeda interpretaban al violín un 'airoso' y un 'adagio' de Johann Sebastian Bach y luego el 'Invierno' de 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi. Y una cesta de rosas blancas esperaba junto a la lápida que ocupa el lugar donde ayer quedaron las cenizas del pintor. Una piedra clara, modesta y limpia, con un mensaje sencillo, capaz de resumir toda la emoción de la cita: «Tu esposa, tus hijos, nietos, familia y demás amigos, no te olvidan».

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