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Sábado, 27 de agosto 2016, 20:45
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Oídos taponados...
Me ha vuelto a pasar. Como la noche que te conocí. La noche que te vi.
Mi codo estático en la barra y mis pies no paraban de moverse.
Hablabas. Yo no te escuchaba. Miraba tu boca. Me sentía contrariado por el paso del tiempo que anunciaba el final... Pero sonreía..
¿Cómo es posible masticar segundos como si fueran ositos de goma?... ¡Si la acabo de conocer!... Es de los pocos momentos en los que me he sentido vivo. Como ahora.
Ahora mismo te miro, aunque no estés delante. Es tal el realismo, que ya no sé si la locura me envuelve con su incierto brazo o de verdad te tengo enfrente.
Sí ... Creo que locura es... Porque ahora, como aquella noche, estoy subiendo la montaña escarpada que empieza en tu pecho y termina en tu boca... Y sin poder evitarlo, se me han taponado los oídos.
(Publicado en SUR el 28 de agosto de 2016)
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