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La supercomputadora china Sunway TaihuLight, ubicada en la ciudad de Wuxi. :: ap
La gran computadora china

La gran computadora china

Estos equipos realizan billones de operaciones por segundo y ayudan en la lucha contra el cáncer, crean medicamentos o desarrollan experimentos

MICHAEL MCLOUGHLIN

Lunes, 25 de julio 2016, 00:34

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Sunway Taihulight. Ella es la gran computadora china. Un año más, el gigante asiático ha sacado músculo y se ha alzado a lo más alto del ránking TOP 500, una especie de competición planetaria que reconoce los dispositivos más potentes y veloces.

La de Sunway Taihulight es la séptima victoria consecutiva del país. China ha conseguido desplazar a Estados Unidos, tradicional dominador de esta lista, de la cabeza de carrera. Los resultados se actualizan cada seis meses y el primer equipo 'yanki' que aparece lo hace en el tercer cajón del podio.

Este superordenador norteamericano dispone de una potencia cinco veces menor que Sunway Taihulight y dos veces inferior al segundo clasificado, también de fabricación china y anterior líder del TOP 500. En total, la potencia asiática cuenta con 167 ordenadores en este listado por 165 de EE UU.

En esta ocasión, la particularidad reside en los materiales utilizados. Es un ordenador con ADN 100% chino. Absolutamente todos los componentes son de fabricación nacional, un hito nunca conseguido por sus predecesores.

Este aspecto da fe de la enorme evolución que ha sufrido la industria tecnológica del país, que ha conseguido desquitarse del denostado sello 'Made in China' gracias a firmas como Lenovo, Huawei o Xiaomi, que se han colocado en la vanguardia de mercados tan competitivos como el de los 'smartphones' o el de los ordenadores. Hay que tener en cuenta que hace una década, China no tenía en su haber ningún superordenador.

Y ¿qué tiene de 'súper' un equipo como Sunway Taihulight? Para empezar, su potencia. 93 petaflops por segundo. Una cifra de carácter desorbitante e incomprensible para el común de los mortales. Un petaflop equivale a mil billones de operaciones por segundo. Para soportar este ritmo, cuenta con 500 procesadores compuestos por 10.650.000 núcleos. Para hacerse una idea, un terminal con el iPhone cuenta con un procesador de 8 núcleos.

Para mover una máquina de este tipo, el gasto energético es enorme. La factura mensual de la electricidad se dispara hasta alcanzar los miles de euros. No en vano, en Brasil, el superordenador más potente de Sudamerica fue desconectado recientemente por este motivo.

El equipo Santos Dummont, puesto en marcha hace un año por el Laboratorio de Computación Científica de Brasil, consumía cada 30 días energía por valor de medio millón de reales, lo que viene a ser unos 127.000 euros. Esto suponía más del 80% del presupuesto del organismo. O el mismo gasto que tres mil familias al mes.

Santos Dummont, que estaba al servicio de la comunidad científica para realizar experimentos y otros tipos de cálculos, supuso una inversión de 16 millones de euros, por lo que sus responsables han anunciado que ya han comenzado la búsqueda de apoyo financiero para poder ponerlo en marcha nuevamente.

Aunque el primer superordenador de la historia -fabricado en 1940- fuese construido con fines militares, hoy en día tienen aplicaciones en múltiples campos científicos. Los logros llevados a cabo en el CERN serían imposibles si no fuese por estos equipos.

Tal es la información producida por los choques de electrones y positrones en el acelerador de partículas que solo estas máquinas son capaces de discernir lo ocurrido y procesar todo ese volumen de datos.

A día de hoy, la supercomputación también permite realizar detonaciones nucleares únicamente con simulaciones, sin necesidad de hacer ningún ensayo de campo real. En el campo de la salud, se han visto iniciativas como la de Watson, la inteligencia artificial de IBM, que está siendo empleada para la lucha contra el cáncer, gracias a su ingente capacidad de análisis en tiempo real.

En España, un proyecto del Instituto de Investigación Biométrica y Barcelona Supercomputing Center ha creado un sistema basado en estas capacidades para mejorar la eficiencia en la creación y lanzamiento de fármacos. En vez de tener que recurrir al tradicional ensayo, el equipo identifica moléculas que pueden compatibilizar bien con el fin del fármaco reduciendo así las pruebas y los ensayos necesarios.

Darpa, una agencia del Pentágono, ha anunciado que utilizará superordenadores para realizar comprobaciones y detectar y solucionar en tiempo real problemas de seguridad en los equipos informáticos utilizados en la Administración estadounidense. En el horizonte de esta tecnología aparece IBM. Y es que la multinacional prepara para 2018 un equipo capaz de alcanzar los 200 petaflops. Habrá que ver si es capaz de cortar la racha de triunfos de los equipos chinos.

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