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Este hito supondrá una revolución en el reparto de fuerzas en la provincia
Los Dólmenes, un icono llamado a revolucionar el mapa cultural de la provincia de Málaga

Los Dólmenes, un icono llamado a revolucionar el mapa cultural de la provincia de Málaga

Hoy es el día. La inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco servirá para crear un potente foco de atracción en la zona de interior

Ana Pérez-Bryan

Viernes, 15 de julio 2016, 02:19

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No es un secreto que Málaga se ha convertido en los últimos años en una referencia imprescindible en el mapa cultural del sur de Europa. Considerada ya por méritos propios como un destino de moda para ese turista que busca algo más que el sol y la playa, la capital disfruta de la velocidad de crucero que imprime ese nuevo motor cultural y artístico y ahora aspira a compartir protagonismo con otro foco de atención tan poderoso como el de la marca museos: el Sitio de los Dólmenes de Antequera. Cuando apenas faltan horas para que la Unesco confirme si incluye el entorno en la Lista de Patrimonio Mundial, los especialistas celebran la llegada a la meta y avanzan que este hito supondrá una revolución en el reparto de fuerzas en la provincia: si hasta ahora el peso (casi) indiscutible lo ha llevado la capital, el aval de la Unesco para esta zona de interior servirá para compensar los equilibrios. Y todo gracias a los monumentos megalíticos de Menga, Viera y El Romeral; El Torcal y la Peña de los Enamorados, que se convertirían en el primer conjunto megalítico español y el primer bien europeo de su tipología reconocidos por la Unesco.

A pesar de que el máximo responsable del nuevo Museo de Arte de la Diputación (MAD) en Antequera, Fernando Francés, prefiere ser cauto en su euforia y celebrar la decisión de la Unesco sobre los Dólmenes una vez que ésta sea firme, sí tiene claro que la catalogación del sitio como Patrimonio de la Humanidad tendría un efecto inmediato sobre la zona: «Sin duda desequilibraría esa forma de entender Málaga como un sólo imán: inmediatamente se ampliaría a dos», observa. A su juicio, la revolución a la que se expone toda la comarca de Antequera es además el resultado de un trabajo conjunto que no sólo ha servido para poner en valor la construcción megalítica, sino que además esta labor se apoya en la creación de una red de museos, como el MAD, «que ha servido para fomentar esas sinergias».

En cualquier caso, Francés insiste que los dólmenes, por sí solos, ya merecen este reconocimiento internacional por ser «únicos en el mundo». «Siempre tendemos a ser muy modestos con nuestras cosas, pero es un hecho que el conjunto geológico de Antequera no existe en ningún otro lugar», celebra el director del MAD y del CAC Málaga, convencido de que esta riqueza en lo natural se verá reforzada en el corto plazo por las otras fortalezas de la ciudad de El Torcal, caso de su patrimonio barroco o del nuevo espacio para el arte y la cultura que la Diputación Provincial puso en marcha hace apenas cuatro meses.

El tirón de esta nueva oferta podría servir, por otra parte, para sumar puntos en esa estadística del turismo que mide el interés de una zona concreta por el número de pernoctaciones que registra, y que en el caso de Málaga se sitúa en una media de 3,4 noches. El revulsivo de Antequera, dice el director del MAD, «podría servir» para escalar posiciones en este capítulo. Aunque Francés aporta otro detalle a su diagnóstico: «La cultura tiene que hacerse pensando en el turista, pero también ha de ser concebida como un derecho ciudadano». Es decir, pensando en el vecino que tendrá la ocasión de mejorar sus condiciones de vida gracias al impulso económico -«y sobre todo educativo», añade el especialista- que aporta la cultura.

Emilia Garrido contempla con «envidia sana» el extraordinario esfuerzo que ha hecho Antequera para conseguir un lugar de privilegio en el mapa interior de la provincia. Y lo hace, además, destacando por encima de todo el valor que en este caso tiene «el trabajo en equipo». «Lo que han hecho es absolutamente admirable y estoy convencida de que lo van a conseguir», aplaude la directora del Museo Joaquín Peinado de Ronda. Por su amplia experiencia como gestora cultural en otra de las ciudades de interior a las que miran los turistas más allá del sol y la playa, Garrido considera que el éxito de esta estrategia está en la «suma de fuerzas», que a su juicio ha de hacerse más allá de los territorios. «La puesta en valor no sólo va a afectar a los dólmenes, sino también a toda la comarca de Antequera, pero a ese fenómeno hay que sumar la extraordinaria gestión cultural que se ha hecho en los últimos años desde Málaga capital», reflexiona Garrido, al frente de una de las pinacotecas más representativas de la provincia una vez que se abandona el circuito estricto de la ciudad de Málaga.

Desde esa distancia, la especialista destaca la importancia de huir de los clichés que «miran Málaga por un lado, la costa por otro y el interior por otro porque todos estamos en el mismo barco». Lo dice con conocimiento de causa y poniendo como ejemplo «cómo la mayoría del turismo que entra a Ronda lo hace por la capital. Así tendría que ser también con Antequera, como parte de un todo». En este contexto, Garrido celebra que la cultura se haya convertido en un «motor económico» imprescindible para la provincia, y establece cierta analogía entre el efecto que tendrá en la Ciudad del Torcal la catalogación de la Unesco y el que previsiblemente se vivirá en la Ciudad del Tajo con la declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional. «Ronda está en esa zona de influencia, y en el caso de que consigamos la declaración eso supondrá también un enorme revulsivo para nuestro territorio», pronostica.

José Medina Galeote se asoma al extraordinario desarrollo que afronta Antequera desde el corazón de la Ciudad del Torcal, donde reside desde que era un niño, aunque comparte con Fernando Francés esa necesidad de no adelantar acontecimientos ni celebraciones: «Soy escéptico hasta que no esté hecho porque en este tipo de cosas te puedes llevar muchas sorpresas», afirma. Aun así, el artista plástico y profesor de la Facultad de Bellas Artes valora la «enorme visión» que han tendo los impulsores de la candidatura de no centrarse sólo en los dólmenes «sino en ampliar la fortaleza a todo el conjunto geológico». En el caso de que la estrategia sea un éxito y la catalogación de la Unesco una realidad, Medina Galeote insiste en que Antequera debería aprovechar el tirón para mejorar en otros capítulos, como el de las infraestructuras: «La ciudad necesita ya la conexión del AVE con Granada para mejorar así la llegada a Málaga», reivindica el artista plástico, que por su trabajo como conservador del Museo del Artes y Costumbres Populares de Málaga capital echa en falta más facilidades en ese recorrido de ida y vuelta; y no sólo para los habitantes de la provincia, sino «para que los turistas encuentren nuevos estímulos para llegar hasta Antequera». «Para eso -añade- hace falta un último empujón también en lo económico».

Por otra parte, Medina Galeote considera que la ciudad del Torcal «aún puede dar mucho de sí». En este sentido, el artista apuesta por aprovechar al máximo «el motor económico que la cultura puede representar para la zona» y completarlo con otro tipo de ofertas, como la gastronómica o la patrimonial. «Eso funcionaría perfectamente, aunque para lograrlo hace falta un trabajo en equipo en toda la provincia respetando las peculiaridades de cada zona», añade Medina Galeote, que apuesta por ese sano ejercicio de «no compararse con nadie» a la hora de crecer. Sólo deja un último aviso: «La catalogación de la Unesco como Patrimonio Mundial no es sólo el premio que te dan, sino la gestión posterior que haces de él».

A pesar de que su empresa de gestión cultural Transculture se sumó hace apenas dos años y medio al circuito de la provincia que lucha por poner en valor el patrimonio común, la arquitecta malagueña Elena García Crespo tiene un conocimiento profundo de las fortalezas y debilidades de Málaga en materia cultural. Y en este sentido, la especialista en desarrollo urbano enuncia un hito imprescindible a la hora de entender este proceso: «Málaga capital ha dado el pelotazo en materia de museos, y eso ha servido para que otros municipios y ciudades de interior se pongan las pilas». Porque la materia prima existe: «Afortunadamente vivimos en un entorno en el que todos los lugares tienen algo especial por potenciar», celebra.

Para García Crespo, es un hecho más que contrastado que existe un nuevo perfil de visitante que busca los atractivos de las ciudades de interior, caso de Ronda o Antequera: «Son turistas muy interesados por la cultura, que normalmente vienen de Alemania o los países nórdicos».

Pero esas «ganas enormes de cultura» que se traducen en un consumo masivo han de gestionarse con sentido común, advierte la especialista: «El reto que queda por delante en el caso concreto de Antequera es saber sacarle partido a las cosas sin banalizarlas. Es decir, encontrar un equilibrio adecuado para que la zona responda a un proyecto de difusión serio sin convertirse en un parque temático».

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