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Nicola Tesla.
De la corriente alterna a la Punta del Epitafio. Nikola Tesla y Plublio Eneo Adriano

De la corriente alterna a la Punta del Epitafio. Nikola Tesla y Plublio Eneo Adriano

Tal día como hoy nacía Nikola Tesla y moría Publio Elio Adriano. Tesla arrastró una especie de condición segundona y maldita cuando sus méritos científicos tendrían que haberle otorgado el protagonismo reservado al genio. Adriano fue deificado y, ya convertido en Divus Hadrianus, sus cenizas fueron enviadas a tomar per sacco al templo del Campo de Marte

Maria teresa lezcano

Domingo, 10 de julio 2016, 02:10

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Nicola Tesla: 10-7-1856 a 7-1-1943

eEl 10 de julio de1856 nacía en la actual Croacia el serbio Nikola Tesla, con una memoria fotográfica en su futuro paradójico y una corriente alterna en sus circuitos cerebrales. La primera le sirvió para planificar sus inventos sin necesidad de dibujarlos. La segunda, que poética o frankensteinamente podría atribuirse a la tormenta eléctrica que iluminó su primera mirada, proyectaba ante él cegadores haces de luz acompañados de alucinaciones síntoma asociado en la actualidad a la sinestesia y activó una especie de condición segundona y maldita cuando sus méritos científicos tendrían que haberle otorgado el protagonismo reservado al genio. Contratado por Edison, rediseñó por completo los generadores de corriente continua de la compañía mientras era timado económicamente Tesla, usted no entiende nuestro humor estadounidense, le dijo Edison con toda su pachorra milanesa (no de Milán, Italia sino de Milan, Ohio) . Fundó entonces Tesla su propia empresa para desarrollar un motor de corriente alterna, aunque los inversores se le rebelaron, y el inventor se fue a inventar los rayos X pero se le quemó el laboratorio y Galileo Ferraris le pisó la patente, tras lo cual el irredimible Nikola se lanzó a la transmisión de energía electromagnética sin cables pero Marconi le robó la invención de la radio. Consultado durante la Primera Guerra Mundial por el ejército norteamericano, Tesla propuso emplear la energía de ondas para detectar submarinos enemigos pero su idea fue rechazada por ridícula ...y recuperada veinticinco años más tarde para crear el radar. El colmo llegó cuando, tras la muerte de Tesla, agentes del FBI irrumpieron en su casa y se llevaron hasta la comida que le echaba a las palomas, por si contenía algún invento susceptible de ser gubernamentalmente afanado. En la cara oculta de la Luna hay un cráter Tesla que no posee electricidad alterna sino una superficie volcánica, oscura como el carbón, que está ya siendo negociada en parcelas que, a cambio de 60 dólares de nimiedad inversionista, le ofrecen 500 metros cuadrados de cráter dotado de todas las incomodidades. For sale.

Publio Elio Adriano: 24-1-76 a 10-7-138

Mil ochocientos cinco años antes del nacimiento austrohúngaro deTesla, moría Publio Elio Adriano en Bayas, ciudad termal premonitoriamente ubicada cerca de un lugar conocido como la Punta del Epitafio, y como consecuencia de una enfermedad sin calificar pero al parecer tan dolorosa que el emperador había intentado suicidarse en varias ocasiones, si bien fue su efebo de cabecera, Antinoo, quien se inmoló en una ceremonia acuática destinada a prolongar ritualmente la vida de su emperador. Caesar Hadrianus sucumbió finalmente a la naturaleza de su mal y no a algún atajo volitivo o al exceso sulfuroso de las termas, aunque, esto lo sabía hasta el caballo de Calígula, primer Cónsul equino de la historia de nombre Incitatus , lo que sucedía en Bayas se quedaba en Bayas. A Adriano se lo llevaron sin embargo para enterrarlo en Puteoli, cerca de su villa, aunque no tardaron en trasladar su cuerpo a los romanos jardines de Domicia, donde tampoco se detuvo mucho tiempo ya que fue exhumado e incinerado para colocar sus cenizas en un nuevo mausoleo y, cuando el resultado de la imperial combustión ya parecía medio asentado en su urna, Adriano fue deificado y, ya convertido en Divus Hadrianus, sus cenizas fueron enviadas a tomar per sacco al templo del Campo de Marte. Antes de metamorfosearse en ceniciento dios nómada, Adriano había ya viajado lo suyo: lo mismo sofocaba una sedición en Britania, que lideraba una campaña contra los rebeldes mauritanos; de igual manera edificaba una ciudad en Anatolia para conmemorar la caza de una osa, que ordenaba en Asia menor la construcción de un templo dedicado a sí mismo; con idéntica celeridad te proyectaba un acueducto en Atenas, que asistía a los misterios eleusinos, ritos griegos que comenzaban sacrificando un cerdo joven, continuaban con una suerte de impúdico club grecomonologuista de la comedia, y concluían en un festín nocturno aderezado de hongos psicodélicos, cornezuelo al poder, que era posteriormente trasladado al afterhours Perséfone. Animula, vagula, blandula. Ya te digo.

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