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Chema Lumbreras inauguró ayer la exposición en la Escuela de Arte San Telmo.
Las cuatro estaciones según Chema Lumbreras

Las cuatro estaciones según Chema Lumbreras

El universo del artista malagueño, entre la fábula y la realidad, se expone en San Telmo con su creación más reciente

Regina Sotorrío

Viernes, 27 de mayo 2016, 00:29

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Toda la exposición es una instalación en sí misma. La Escuela de Arte San Telmo puso a disposición de Chema Lumbreras un lienzo en blanco en forma de sala para que colocara las piezas a su antojo. Y así lo ha hecho: las obras en papel cuelgan a distintas alturas de la pared en un desorden ordenado; desde el centro cae una columna de hombrecitos que penden de un hilo; un rostro asoma de un muro con una larga cabellera que se extiende hasta el suelo; y en una esquina sorprende un escarabajo escondido tras un marco. Entre la fábula y la realidad, el desasosiego y la ironía, Chema Lumbreras lleva así a la escuela de Bellas Artes una parte de su particular universo en la muestra 'Brotes verdes', una exposición que reúne su creación más reciente.

En detalle

  • La exposición. Brotes verdes, del artista Chema Lumbreras (Málaga, 1957).

  • Lugar. Sala de exposiciones de la Escuela de Arte San Telmo.

  • Fondos. Esculturas y pinturas con técnica mixta (acuarela, tinta china, bolígrafo) creadas en los últimos meses.

  • Fecha. Hasta el 30 de junio, de lunes a viernes, en el horario de la escuela.

Una obra da pie a ese título: uno de sus conejos humanizados con camiseta y pantalón corre -«como el hombre que corre y corre y no sabe a dónde va»- por un paisaje oscuro en el que empieza a nacer la vegetación ('Tierra negra'). «Porque todo tiene su ciclo y la vida siempre vuelve otra vez a aparecer aunque las condiciones sean horribles», explica el artista. Al final parece que hay esperanza.

Sin proponérselo, de forma espontánea, la exposición recorre las cuatro estaciones bajo la mirada mordaz de Lumbreras. Con esos brotes verdes se anuncia la primavera. El verano llega con 'Nuestro amor es fácil', una pieza sobre papel que justo al lado adquiere tres dimensiones a modo de instalación. El artista reinterpreta aquí el cuento de 'Rapunzel' con una cabeza de mujer de la que sale una melena que guía la mirada del espectador. Por el camino, una mantis religiosa, una bruja y un príncipe transformado en escarabajo. 'Rapunzel' enlaza de esta manera con 'La metamorfosis' de Kafka, en un guiño a la realidad del hombre de hoy que despierta sin saber a ciencia cierta quién es.

'Nuestro amor es fácil' cobra volumen en una instalación, donde de nuevo el cabello marca el sendero al visitante. Su intención era que la larga trenza llegara hasta la esquina de la sala donde el escarabajo ha traspasado la pintura, pero desistió de la idea por una cuestión práctica: obligaría al espectador a saltar por encima de la obra para continuar el recorrido.

Lo que sí hace la melena es proteger otras dos instalaciones esparcidas en el suelo: 'La campana de cristal', donde un vaso enjaula a un hombre-rata; y 'Errata', un juego humorístico donde otra de sus ratas humanas intenta salir de una pila de libros. Chema Lumbreras es un experto en el empleo de la ironía «ante lo insoportable que resulta en determinados momentos la vida». Porque, inevitablemente, la crítica política y social está en su obra, en esa manifestación del individuo atrapado y aplastado.

Hojas en otoño

Pero sigamos el paseo por las estaciones. Las hojas que caen en otoño protagonizan dos piezas en papel y aparece también en la instalación más reconocible de la firma Chema Lumbreras: esa que coloca en vertical a distintos personajes que penden de un hilo. En este caso, hombres, rana y hoja se sujetan como pueden en una representación de «la fragilidad de la vida, porque a veces nos creemos que la muerte no existe».

El invierno está representado por esa rata que corre bajo la lluvia, ese individuo que parece estar en el ojo de un huracán y ese lado amargo de la vida que simboliza 'Nadie al otro lado de mi mejilla'. Es una de las esculturas más singulares de la muestra: un conejo con patas de palo se estampa contra un agujero negro en la pared, «no tiene a nadie en quien apoyarse al lado». «Y, ¿cuántas veces no nos hemos visto así?», reflexiona frente a la obra Noelia García Bandera, profesora del centro y coordinadora de la sala de exposiciones del centro, que cada año acerca a un artista malagueño a los creadores del futuro.

Pero ya se sabe que tras cada invierno vuelve siempre la primavera y, con ella, los 'Brotes verdes'. En San Telmo durará hasta el 30 de junio.

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