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En septiembre, la especialista de la UNESCO visitó los dólmenes.
Antequera plantea despejar el entorno de los Dólmenes y eliminar una planta del museo para cumplir con la Unesco

Antequera plantea despejar el entorno de los Dólmenes y eliminar una planta del museo para cumplir con la Unesco

La candidatura española responde a los requisitos expuesto por el organismo internacional para la declaración como Patrimonio Mundial

Antonio Javier López

Jueves, 3 de marzo 2016, 01:19

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La candidatura de los Dólmenes de Antequera para ser declarados Patrimonio Mundial por parte de la Unesco ha dado un nuevo paso. Los promotores del proyecto ya han remitido al organismo dependiente de Naciones Unidas el informe que da respuesta a los requerimientos planetados por la entidad para otorgar la distinción al conjunto arqueológico.

Según ha podido confirmar SUR, el documento establece cinco puntos básicos de actuación, si bien destacan dos iniciativas concretas: la primera, despejar de manera significativa el entorno urbano que rodea a los enclaves arqueológicos y, la segunda, una importante reducción del impacto visual del Museo del Sitio, que perdería toda la primera planta.

Junto a esas medidas, el informe plantea la conversión de la antigua línea férrea próxima a los Dólmenes en una «vía verde» de más de diez kilómetros, así como la elaboración de un plan especial de protección que articule el cambio de fisonomía en el entorno cercano del conjunto megalítico.

«Creemos que el documento da cumplida respuesta a lo que nos pidió Icomos», sostiene el alcalde de Antequera, Manuel Barón, en alusión a las demandas planteadas a principios de diciembre por el Consejo Internacional de los Monumentos y los Sitios (Icomos, en sus siglas en inglés) como paso previo a la declaración de los Dólmenes de Antequera como Patrimonio Mundial.

«Es un documento para tener el sí definitivo», argumenta el alcalde sobre la doble posibilidad que se abre ante la candidatura antequerana de aquí al mes de mayo: la obtención de la distinción o la apertura de un plazo de un año para desarrollar la propuesta ahora planteada. Si los Dólmenes de Antequera logran el beneplácito de la Unesco, el reconocimiento formal llegaría en la Convención del Patrimonio Mundial que se celebrará en Estambul (Turquía) del 10 al 20 de julio.

Antes de eso, toca convencer a los especialistas de Icomos. En ese afán están los representantes de la candidatura antequerana y en este sentido, Barón se detiene en las medidas propuestas para mejorar el entorno paisajístico entre el Dolmen de Menga y la Peña de los Enamorados, así como entre el Dolmen de Viera y El Torcal.

«La respuesta ha sido coordinada entre todas las administraciones concernidas: la municipal, la autonómica y la estatal, porque el Gobierno de España hace suya la propuesta que han elaborado el Ayuntamiento y la Junta. Esa coordinacción institucional es clave», reivindica el director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, Bartolomé Ruiz

Según ha podido confirmar SUR, en la práctica, el plan presentado se traduce en la eliminación de más de 113 hectáreas de desarrollo urbano en la zona próxima a los Dólmenes. Barón aclara que la medida no afectará a lo ya edificado, sino que traslada el crecimiento de la ciudad a otros lugares. «En Antequera tenemos otras zonas de desarrollo industrial como el centro logístico o el puerto seco que pueden atender a esas necesaridades», esgrime el alcalde de la localidad. En cuanto a lo ya construido, el documento remitido a la Unesco recoge la aplicación de nuevas ordenadas municipales que pogan orden sobre todo estético y volumétrico en el entorno urbano más próximo a los Dólmenes.

Aunque esos recortes se van a notar, sobre todo, en el Museo del Sitio. En este sentido, Ruiz detalla que el edificio pasaría de sus actuales 14 metros de altura de fachada a sólo cuatro, en una reducción incluso mayor a la planteada por Icomos. El centro quedaría con una planta baja y un sótano, reduciendo de manera ostensible su volumen. En esa línea, el documento prevé una nueva cubierta convertida en zona verde, plantando especies vegetales autóctonas, así como un «revestimiento neutro» en la fachada con la intención de integrar el edificio en el paisaje circundante.

A partir de ahora, los especialistas de la Unesco tienen la palabra.

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