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Ernesto Artillo, en la cresta de la moda

Desde China a Nueva York. Las imágenes del creativo publicitario malagueño recorren el mundo

PPLL

Jueves, 11 de febrero 2016, 10:55

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Ernesto Artillo responde al teléfono sentado frente al ordenador de su estudio en Madrid. Es lo habitual, en ese lugar pasa horas y horas construyendo las imágenes que después se verán en paradas de autobuses y en fachadas de edificios con los diseños de moda del momento. Ahora en su pantalla toma forma la última campaña de Del Pozo, la cuarta que lleva la firma de Ernesto Artillo. «Se ven unas manos cruzadas con hilos en tonos azules que las envuelven como si fueran venas que salen de la piel», describe. Y hasta ahí puede leer. El resultado se presentará pronto en Nueva York.

Fotógrafo, creativo publicitario y ante todo artista, el malagueño es ya un nombre habitual en el circuito de la moda: Dolce&Gabanna, Oysho, Adolfo Domínguez, Six Lee, Pepe Jeans, Mango, Swarovski o el gigante chino Izzue ya saben lo que es trabajar con él. Pero el joven no se pone límites. «Cada vez me apetece más hacer cosas que se alejen un poco de este campo», explica. Portadas de discos (tiene pendiente una para una artista internacional de peso que aún mantiene en secreto) o trabajos para el mundo del teatro (ya ha hecho colaboraciones con la revista del Théâtre Royal de la Monnaie, la sala de ópera de Bruselas) son algunos de sus próximos objetivos al margen de las pasarelas.

El joven malagueño libra constantemente una batalla interna entre el arte y 'marketing'. Irremediablemente las dos facetas conviven en sus trabajos publicitarios, donde Ernesto Artillo se ajusta a la imagen de marca que quieren dar los clientes, pero con su sello. «Tenía que dar una charla sobre mi trabajo en la universidad y no sabía qué título ponerle. Me acordé de lo que 'The New York Time' dijo de Lola Flores: 'No canta ni baila, pero no se la pierdan'. Pues yo 'Ni artista ni publicista'», cuenta entre risas. Esa mezcla es lo que le gusta y le «divierte». Y quien le contrata ya lo sabe.

Como el gigante chino Izzue. La marca ha vuelto a contar con él tras llenar hace poco más de un año las paradas de metro, los autobuses y algunos edificios de Hong Kong y Pekín con sus creaciones. Para Ernesto Artillo su viaje a China fue una experiencia impactante. Llegaron a él a través de las redes sociales en un país donde el acceso a Google o Youtube está vetado. «Es curioso. Me parecía injusto que me llevarán hasta allí a entrevistarme por los méritos que he conseguido a través de algo a lo que ellos no tienen acceso», explica.

A raíz de aquello, en su segunda campaña para Izzue ha decidido introducir un concepto más personal que le permita explicarse y abordar asuntos quizás incómodo si le preguntan. Se titula 'Las personas y la creatividad', un nombre que la marca ha mantenido en su cartelería en español. En vídeos de promoción, se ve a modelos inmóviles, como estatuas, que empiezan a moverse al ritmo de la música compuesta por la también malagueña Paloma Peñarrubia. «Es como el origen del arte, de la inspiración. Poco a poco empiezan a relajarse, a bailar, a pintarse entre ellos y a pintar la ropa. Acaban semidesnudos con expresión de relajación y de haber vivido una experiencia artística libre», detalla.

Su aventura internacional no acaba ahí. El malagueño también ha diseñado una campaña para el centro comercial Printemps de París, que ocupa un espectacular edificio del siglo XIX en la capital gala. Ya antes había firmado también una colaboración con la marca francesa Yve Rocher.

Nuevas herramientas

Pero si hasta ahora sus herramienta principales eran la fotografía, la ilustración y la técnica del collage, Ernesto Artillo experimenta cada vez más en el terreno del vídeo. «Te abre un montón de posibilidades que se disfrutan bastante», asegura. En estos casos, él crea el concepto y dirige el vídeo junto a un equipo técnico que traslada lo que él tiene en la cabeza a la realidad. Lo ha hecho con la nueva campaña de la línea fitness de Oysho, para la que ha contado con el tema 'Bonzo' de Najwajean como fondo. También en este formato juega con la superposición y deconstrucción de imágenes -su fuerte como maestro del 'collage'- y con composiciones que recuerdan a lo que se ve a través de un caleidoscopio. En su mesa también tiene la siguiente campaña de la línea U de Adolfo Domínguez, que busca una imagen renovada.

Se le acumula el trabajo 'remunerado' y le falta tiempo para dedicarse a su otra ocupación, esa en la que se «mancha las manos» por puro amor al arte, donde da forma a sus creaciones más personales que no responden a ninguna imagen de marca. Algunas de ellas pudieron verse en una exposición en La Casarosa en Málaga hace un par de años. Cuando las obligaciones se lo permitan, tiene muy claro que volverá a «investigar» con sus pinturas, sus fotografías y sus composiones. «Lo necesito», concluye.

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