Borrar
El ministro, la consejera y autoridades ante el ‘Nacimiento de Venus’
El alcalde exigente, el amigo del ministro y un pensionista feliz

El alcalde exigente, el amigo del ministro y un pensionista feliz

La visita del nutrido cortejo político al Museo de la Aduana deparó un buen número de anécdotas

María Eugenia Merelo

Martes, 15 de diciembre 2015, 00:55

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Populares y socialistas. De las administraciones central, regional, provincial y local. El cortejo político que ayer visitó el Museo de la Aduana parecía interminable. Que haya más políticos que periodistas en un acto de este tipo es una ecuación extraña. Pero ayer se dio. El recorrido comenzó pasada las once de la mañana, cuando el ministro, un poco retrasado en horario, apareció. Puntualidad británica demostró el exsubdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Hernández Mollar que, para sorpresa de muchos, se sumó al paseo por ser «un buen amigo del ministro». Ante de las doce, todos los políticos hicieron un paréntesis en la visita y se trasladaron al Ayuntamiento para guardar un minuto de silencio por la muerte de los agentes en Kabul. Al pasar por el Parque, se toparon con el nuevo rector de la UMA, José Ángel Narváez, que salía del Rectorado. El alcalde invitó entonces al ministro a admirar los restos arqueológicos que alberga el edificio de la Universidad. De vuelta a la Aduana, el cortejo había crecido en volumen, sumando a Narváez y a su equipo de prensa.

Tras la visita y en la obligada atención a los periodistas, el alcalde de Málaga volvió a sorprender a todos. En octubre, el regidor llegó a anunciar en un pleno municipal que había recibido vía telefónica la confirmación oficial del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, de que «la obra está terminada». La visita de ayer dejaba claro que las obras se prolongarán unos meses y que la responsabilidad en ese retraso es del Ministerio de Cultura. Aún así, el regidor sorprendió a la consejera de Cultura al hablar de la fecha de inauguración: «No le pido que lo diga ahora, ni en público ni en privado, pero le pido que trate de hacer un esfuerzo para programarla con anticipación y que pueda ser conocida a efectos de que el esfuerzo inmenso que se ha hecho aquí tenga efectos positivos en la ciudad cuanto antes». Y volvió a ofrecer la colaboración municipal, «lo que podamos ayudar para que (la inauguración) sea cuanto antes». Con aplomo, Aguilar respondió: «La petición del alcalde no me coge de sorpresa. Estando en Málaga y con el alcalde esto es habitual y me lo esperaba».

Superado el brete del regidor y ya en la calle y a punto de marcharse, la consejera se cruzó con José Luis, un ciudadano que le planteó: «Si esto está terminado, ¿por que no se abre?A ver si el edificio se va a estropear antes de que podamos verlo». Aguilar sacó su vena de alcaldesa y, junto a la directora María Morente, acompañó a José Luis a visitar algunas salas de la Aduana y comprobar que las trabajos siguen todavía en su interior. Más tranquilo con el arte, José Luis, pensionista, le planteó a la consejera su queja y preocupación por la exigua pensión que cobra. Pero eso ya era materia para otros negociados y competencias.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios