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Wismichu y AuronPlay, en el Teatro Cervantes.
Los youtubers Wismichu y AuronPlay montan su recreo

Los youtubers Wismichu y AuronPlay montan su recreo

Las estrellas de Youtube se suben al escenario del Teatro Cervantes para disparar un humor sucio e instantáneo, sólo apto para incondicionales

Txema Martín

Domingo, 27 de septiembre 2015, 21:42

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El teatro municipal Miguel de Cervantes nos recibe a ritmo de electrónica machacona con un presentador que se pasea de un lado a otro del escenario de una forma histérica, vocifera por megafonía y anima a la chavalada a ocupar sus localidades. Nos recuerdan unas siete veces que no se puede grabar nada. El olor a hormona frita flota en el ambiente. Sólo con pronunciar sus nombres, las niñas y los niños chillan una forma de grito que resulta primitiva pero a la vez tremendamente tecnológica. Wismichu y AuronPlay son dos de los youtubers más vistos de nuestro país, y esta actuación en el Cervantes, con dos funciones llenas hasta el paraíso de gente dispuesta a pagar 15 euros por presenciar esto, son otro ejemplo de la unión imperfecta de dos universos paralelos: el cibernético y el real.

Una vez superada la edad del pavo, resulta francamente difícil encontrarle la gracia a todo esto. Para la introducción bastaron dos o tres bromas tontas a los miembros de un público entusiasta que se vuelve loco por participar en el espectáculo. Un youtuber con menos éxito hace un monólogo con vídeos que no están mal, pero luego aparecen las estrellas de este espectáculo y el quid de la cuestión pasa a ser una versión extrema del caca, culo, pedo, pis. Es entonces cuando piensas y te compadeces de los padres que acompañan a sus hijos. Se acercan a uno de ellos y le preguntan cuántas veces se masturba al día. El padre pasa por el aro: "menos que mi hijo, seguro". El niño se enciende de rojo. Llama la atención que a día de hoy haya adolescentes que se ríen cuando alguien llama 'vaca' a una mujer, pero es que aquí la transgresión consiste en meterse con alguien más débil que tú, a ser posible a distancia. También hay en este show un espacio para reírse de asuntos que fuera de este ámbito resultarían impronunciables, que el mismo Youtube censuraría sin miramientos. Si Wismichu basa sus bromas y sus chistes en el sexo de mancebía y de granos en la cara, la sección de AuronPlay se antoja una pizca más elegante, dispuesto con soltura y capacitado para hablar durante cinco minutos seguidos sobre una mosca. Las bromas y los chistes fáciles discurren con cierta armonía sobre los braquets de la audiencia mientras los demás, que parece que siempre somos minoría, nos hundimos en la butaca esperando a que termine. Al salir, los padres esperan a sus hijos a la salida. El Cervantes se ha convertido hoy en el salón de actos de un instituto periférico, en un recreo que dura 90 minutos donde la felicidad se busca a golpe de click.

Txema Martín.

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