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La Junta cierra, 30 años después, la declaración como BIC del primer colegio jesuita de Málaga

La Junta cierra, 30 años después, la declaración como BIC del primer colegio jesuita de Málaga

El BOJA publicó ayer la protección para el conjunto formado por las sedes del Ateneo y de la Sociedad Económica, el Colegio N-1 y iglesia del Santo Cristo de la Salud

Antonio Javier López

Viernes, 28 de agosto 2015, 00:33

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Han tenido que pasar más de tres décadas para que la Junta de Andalucía cierre el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la primera institución docente promovida por los jesuitas en Málaga: el colegio-noviciado de San Sebastián, que ocupó una parcela que ahora se reparten las sedes del Ateneo de Málaga y de la Sociedad Económica de Amigos del País, la iglesia del Santo Cristo de la Salud y el Colegio de Educación Infantil y Primaria Prácticas N-1.

Tal y como adelantó este periódico (SUR, 14-5-2015), la Consejería de Educación, Cultura y Deporte tenía previsto resolver el proceso abierto en enero de 1985 para proteger este conjunto patrimonial situado entre la calle Compañía y la plaza de la Constitución y cuyos orígenes se remontan hasta 1590.

En cuanto al valor patrimonial del antiguo centro educativo, la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) establece: «Destaca en el conjunto edificatorio la fachada del templo, de orden tardo manierista, acabada en 1642, realizada en piedra, elevada en dos cuerpos, con pinturas que imitan mármoles y jaspes de tonos grises; la portada contigua, la principal del antiguo colegio, ejecutada entre 1659 y 1660 por el cantero Miguel Meléndez, y la fachada de las entonces denominadas Escuelas Nuevas, con triple balconada a la plaza en tres alturas, la cual fue objeto de reforma tras la expulsión de la Compañía de Jesús estando ya el edificio en manos del Montepío de Cosecheros hacia 1782, incorporándose entonces la actual portada que se abre a la Plaza de la Constitución».

Un edificio de pasado convulso, testigo de los últimos cinco siglos de historia de la ciudad, al final protegido, al menos sobre el papel.

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