La playa del Soho está en un muro

Se echa de menos tener a mano un sacacorchos durante la conversación con Imon. El joven grafitero malagueño se afana en el mural que pinta bajo el letrero que anuncia la calle Navalón, a espaldas del CAC Málaga, y parece poco cómodo con la charla. Sonríe a menudo, eso sí. Una timidez que muta en decisión cuando toma el bote de espray y se dirige al muro. «Soy Imon para unas cosas y Efrén para otras», explica, casi a modo de excusa, para diferenciar su faceta a uno y otro lado del grafiti.

Imon tiene 24 años, pero ya suma una década de pintura en la calle. «Si me ofrecen la posibilidad de pintar en un muro con mucha visibilidad y me facilitan los materiales, ¿por qué no iba a hacerlo?», cuestiona en relación con la pieza que realiza estos días en el marco de la segunda edición del festival Málaga, Arte Urbano en el Soho (MAUS).

Para la ocasión, Imon se ha decantado por una vista playera en tonos vivos, casi fluorescentes, en el muro de 20 metros de largo por dos y medio de ancho que tiene ante sí y que pretende terminar durante la jornada de hoy. «Me gustan los motivos alegres, llenos de color. Coloco las letras de mi firma en el centro y a partir de ahí voy trabajando», aclara Imon, que la semana pasada colaboró con Javier Calleja en la pieza ubicada en el cauce del Guadalmedina, a la altura de la entrada al CAC Málaga. Calleja realizó el personaje negro ondulante como una macha de tinta y después Imon realizó los motivos vegetales alrededor de la figura.

«Suelo colocarle vegetación a mis trabajos, me gusta el toque de color que le aporta», concede Imon, que se ha mantenido fiel a su costumbre en su nueva pieza, en la que comparte muro en el Colegio García Lorca con la pintada de Boa Mistura y que está al pie de los grandes murales de Obey y D*Face realizados en noviembre de 2013. Él parece asumir con naturalidad el hecho de que su trabajo esté tan cerca de algunas de las firmas más reconocidas del arte urbano: «Está bien, pero lo que quiero es centrarme en el trabajo».

Legal o ilegal

Un trabajo donde combina las acciones sin permisos municipales con proyectos como el del MAUS. «Puedes pintar legal y tranquilo o ilegal y rápido», sigue Imon. Al primer modelo respondería, por ejemplo, la fachada en un edificio de viviendas en La Virreina, mientras que el segundo ofrece su firma en espacios como el muro de contención de la curva de La Araña.

Madrid, Burgos, Granada o Salamanca han sido otras de las escalas de Imon. «A todos los sitios donde voy, echo el espray, como quien echa los calcetines en la maleta», concede el grafitero, para quien su labor con el bote de pintura es una afición «como el que colecciona sellos». Y apostilla Imon, aún tímido: «Te lo pasas bien, conoces gente y viajas mucho». Por ejemplo, a la playa.