Juan Madrid: «La política debe ser una actividad humana ejercida por ciudadanos libres y democráticos»

El escritor, guionista y director de cine Juan Madrid imparte un curso de novela durante todo este año en La Térmica, una ocasión idónea para acercarse a los entresijos de un oficio arduo como es el de la escritura. Pero también para conocer qué piensa de este mundo uno de los maestros del género negro, pues su literatura es un reflejo de la sociedad en la que vive, como atestigua su amplia producción traducida a más de veinte idiomas.

A sus alumnos les dice que su papel como docente es evitarles perder el tiempo

Claro que sí, decirles que en un año van a convertirse en escritores sería una estafa. Mi pretensión es mostrarle que el oficio de escribir es largo y es necesario el trabajo. La idea de que una novela consiste en ponerse a contar cosas, así sin más, es una idea romántica y perniciosa. Si aceptamos que un músico necesita un ímprobo trabajo hasta controlar un instrumento, o un artista plástico o un coreógrafo, no sé como un futuro escritor no debe hacer lo mismo con su oficio. Pretendo con mis clases, entre otras cosas, que mis alumnos trabajen en la dirección adecuada.

Acaso corremos para no llegar a ningún sitio

Sí, tiene razón, a veces corremos demasiado. Las cosas más importantes en la vida hay que hacerlas despacio y con tino.

El auge de la novela negra en España es necesidad de evasión o es que la novela negra refleja mejor que otras la realidad española.

Bueno, verá, me cuesta trabajo admitir que cualquier novela no esté enraizada en una realidad y en una sociedad determinada. Históricamente la llamada Novela Negra, en terminología francesa, es aquella que refleja mejor las contradicciones y los conflictos de esta sociedad. El problema es que se llama cualquier cosa novela negra.

Esta España oscura y gris de nuestros días dominada por la corrupción es buen material para la novela negra.

La corrupción que menciona y los tonos gris oscuro que atribuyes a esta sociedad son consustanciales al sistema. No es algo añadido. Cuando los dueños del caballo, de la hacienda, de las pistolas y de las palabras, es decir, los grupos dominantes, dueños de todo, hasta de nuestros sueños y de nuestro imaginario, hablan de la sociedad, mienten. No cuentan la verdad. La cruda realidad es que ellos mandan para que aceptemos que ellos son los llamados a enriquecerse con el trabajo de la mayor parte de la población. Y una mentira trae a otra y a otra y a otra. En España, y en cualquier otro país, la novela negra o cualquier otra novela que muestre la realidad real hará bien su trabajo.

Dice Andreu Martín que «Hemos pasado de la sociedad de la paranoia a la sociedad de la psicopatía».

La frase de mi querido amigo Andreu está muy bien. De todas maneras si aceptas sin rechistar las bases reales, y no imaginarias, de este sistema, eres un psicópata. Mejor dicho, este mundo es un fabricador de embusteros, de hambrientos, de explotados, de seres humanos con miserias morales y físicas, con angustias, miedos, enajenamientos y esclavitud.

¿Es un romántico con una gran dosis de melancolía como Chandler?

Es posible que Chandler fuera eso. Me gustan bastantes cosas de él y de su capacidad para crear una literatura de las «cicatrices», según el termino acuñado por mi admirado amigo Juan Carlos Rodríguez.

¿La política es un engaño?

No, la política no es así. Lo es en esta sociedad concreta. La política puede y debe ser una actividad humana ejercida por ciudadanos libres y democráticos. Así se convierte en una actividad luminosa y obligatoria.

En España, y más que en ningún sitio en Andalucía, los planes de lectura y la educación que se supone que es la identidad de un país, son para llorar, ¿qué piensa?

¿Planes de lectura para ciudadanos acosados por la pobreza, el paro y la miseria? ¿Planes de lectura o de ocio responsable y libremente escogidos? Eso es una cruel burla. Cambiemos el sistema de trabajo y ya veremos qué sucede. ¿Quién tiene ganas de leer o de pescar o de aprender el acordeón después de diez u once horas de tajo aburrido y agotador? Cambiar el sistema productivo por otro más racional y humano, ya verás como la gente lee, canta o baila más y mejor.

Recuerda esto: «Siempre que hay poder hay discurso oficial y, mientras haya discurso oficial, habrá una novela negra para desmentirlo».

Sí, es posible que esa frase tenga mi estilo. Y esa es la finalidad de la literatura, sea blanca, rosa, negra o fucsia. Una alternativa a la tiranía de los discursos oficiales del poder.

Ha sido guionista para series de TV y cine, Días Contados se llevó al cine,  también ha sido director, ¿cómo ha sido su relación con el cine?

Escribí como guionista único la serie de TV Brigada Central y he escrito varios guiones y bastantes argumentos para el cine. Tres de mis novelas se han llevado al cine y dos ellas se han convertido en obras de teatro, con mis cuentos se han hecho cortos y medio metrajes y he dirigido, con guiones propios, dos películas: Tánger (2004) y un documental de no ficción La Carretera de la Muerte (2007). No he perdido la esperanza de seguir. De todas maneras, siempre seré un novelista que hace películas y no viceversa.