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Busto, 30 de junio de 1971, de Pablo Picasso.
Colección Abelló, un delicioso festín

Colección Abelló, un delicioso festín

Con piezas que se disputarían los mejores museos del mundo, la magnífica colección del financiero y empresario se expone por primera vez

Miguel Lorenci

Miércoles, 1 de octubre 2014, 16:14

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Museos como el Louvre, el Prado, el Pompidou, el Hermitage, el Moma o la británica Tate 'matarían' por contar con alguno de los magníficos lienzos, dibujos y esculturas de la colección de Juan Abelló y Anna Gamazo. Un deslumbrante tesoro del que, al fin, puede disfrutar el gran público. Se expone hasta marzo próximo en las salas de CentroCentro del Ayuntamiento de Madrid, en la plaza de Cibeles. A nadie le dolerá pagar los seis euros que cuesta la entrada, destinados a fines benéficos, para disfrutar de un delicioso e inaudito festín artístico que deja de ser secreto. Se desvela una de las mejores colecciones de arte en manos privadas del mundo, que mira de tú a tú en España a las de la Casa de Alba o la de Carmen Thyssen.

La deslumbrante colección de pintura conformada por el financiero y empresario junto a su esposa, Anna Gamazo Hohenlohe, recorre cinco siglos de genio jalonados con 160 piezas magistrales. Las ha seleccionado Felipe Garín, ex director del Prado y comisario de la muestra, de entre las más de 500 que forman la soberbia colección.

Con la 'Estigmatización de San Francisco', de El Greco, arranca el recorrido en un homenaje al cretense en el cuarto centenario de su fallecimiento. Se cierra casi quinientos años después con un espectacular tríptico de Francis Bacon que se muestra junto a otras tres obras del genio dublinés. Entre ambos, joyas con la firma de Ribera, Zurbarán, Berruguete Murillo, Goya, Canaletto, Van Gogh, Degas, Modigliani, Gris, Picasso, Bacon, Braque, Klee, Rotkho, Klimt, Kandinsky, Munch, Matisse, Bacon, Palazuelo o Tàpies, por citar solo a algunos.

Son maestros en muchos casos «poco representados en las colecciones españolas» ,según Garín, y cuyas obras están habitualmente en las dependencias de los oficinas y domicilios del matrimio Abelló-Gamazo que cede la recaudación de esta fantástica e insólita exposición a Cáritas Madrid.

Trayectoria

Doctorado en Farmacia, Juan Abelló se inició en el mundo de los negocios administrando su herencia de Laboratorios Abelló, creado por su padre. En 1976, con 34 años, fichó a Mario Conde, de 28. Juntos venderían Laboratorios Abelló por 4.300 millones de pesetas para invertir en Antibióticos, firma que vendería a la multinacional Montedison en 1987 por 58.000 millones de pesetas.

Las ganancias se dirigieron al Banesto que comandaría Mario Conde, donde Abelló quedó en segundo plano, cobijado en la presidencia de La Unión y el Fénix. Aconsejado por Anna Gamazo, Juan Abelló abandonó el banco en 1989 y recuperó un inversión de 15.000 millones de pesetas. No logró plusvalías pero se libró del desastre. Logró luego hacer en solitario excepcionales negocios, como la entrada en Airtel y su venta a Vodafone. Su sociedad patrimonial se llama Torreal y la revista Forbes atribuye a Abelló una fortuna de 1.985 millones de euros.

Anna Gamazo, con quien se casó en 1968 es quien inspira y da el visto bueno a sus compras de arte del matrimonio, que tiene cuatro hijos. «La colección refleja la coherencia y características propias desde su origen y no se limita a periodos históricos, escuelas o géneros concreto» destaca Garín de unos tesoros en el que los genios españoles se miden con flamencos, italianos, franceses o germánicos.

Garín destaca también la importancia del dibujo en la colección, con originales de Francisco Pacheco, Murillo, Picasso, Van Gogh, Schiele o Bacon. Los bodegones y las flores son también género predilecto de loa Abelló-Gamazo, con lienzos de Ribera, Murillo, Francisco Pacheco, Zurbarán, Arellano, Juan van der Hamen o Luis Meléndez.

Son incontables las pieza estelares de le muestra, entre las que destacan los retratos que Goya hizo de sus consuegros o las joyas españolas del XIX firmadas Marià Fortuny, Ramón Casas, Anglada i Camarasa, Beruete, Rusiñol o Joaquín Sorolla, que contrastan con las piezas de Bonnard, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Degas o Amedeo Modigliani, de quien se exhibe una rara y espectacular cabeza de piedra.

Hay hasta catorce obras de Picasso que en el último tramo se disputan la atención del espectador con cuadros de Braque, Léger, Gris, Matisse, Dalí, Munch, Klimt, Kandinsky Klee, Tàpies, Palazuelo, Millares Rothko.

La muestra se incluye en la serie 'Mecenazgo al servicio del arte', que desde 2012 ha presentado en el palacio de Cibeles las colecciones de la Casa de Alba, de Helga de Alvear y de la familia Masaveu.

«Es una oportunidad única para asomarse a una de las colecciones privadas de arte más importantes del mundo y de un ambicioso proyecto que consolida a CentroCentro como referencia dentro del Paseo del Arte», asegura José Tono Martínez, director de la sala que agradece a Juan Abelló y Anna Gamazo «su enorme generosidad al ceder las obras sin interés económico alguno».

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