La Sociedad Económica se pone romántica

Hace ya varias décadas que Aurora Marín vio una acuarela de una escena costumbrista en el sur de España. Le tiró el amor a la tierra, sus raíces andaluzas, y decidió comprar la pieza. "No sabía nada de la pintura, que es como se debe comprar, por amor al arte y no a una firma", recordaba esta mañana la coleccionista, que cede un conjunto de 26 piezas para la muestra 'Pintores británicos. Otra visión de la Andalucía romántica', que mañana abrirá sus puertas en la Sociedad Económica de Amigos del País como estreno de la temporada artística de la centenaria institución malagueña, que hace un año tuvo que cerrar sus puertas por problemas de financiación después de 225 años de historia.

La institución instalada en el antiguo Consulado del Mar levantado en una de las esquinas de la plaza de la Constitución ha logrado recabar el apoyo de las instituciones para regresar a la vida cultural de la ciudad. En esta ocasión, la alianza con el Ayuntamiento de Málaga da como resultado una muestra que ofrece un conjunto de obras de autores como John Phillip, Edwin Long, John Bagnold Burgess o Francis William Topham. La pintura británica del XIX sigue estando poco representada en las colecciones públicas españolas. Sigue siendo una gran desconocida para el gran público, ha defendido esta mañana la comisaria del montaje, Lourdes Jiménez,quien ha destacado como obras emblemáticas del proyecto títulos como 'Aguadora de Sevilla' (1856) de Philip, 'La despedida del bandolero' (1863) de Long o 'Pidiendo limosna a la puerta de la iglesia. Córdoba' (1889), a cargo de Burgess.

Así, hasta el 29 de octubre, la visión de los viajeros románticos que recorrieron Andalucía durante el siglo XIX se instala en las dos salas de la planta baja de la Económica. Un montaje que ha requerido un año de trabajo, en palabras de la concejala de Cultura, Gemma del Corral, quien ha presentado la muestra como una pequeña parte muy importante de una gran colección, el alusión a los fondos atesorados por Marín, cuya colección comenzó con aquella acuarela andaluza comprada en suelo británico.