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qHerbert Bayer. ‘En busca del tiempo perdido’ (1959).
La poesía vuelve a sus raíces

La poesía vuelve a sus raíces

‘Litoral’, la histórica revista malagueña de arte, literatura y pensamiento, dedica su nueva entrega al árbol

isabel bellido

Viernes, 22 de agosto 2014, 01:43

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«Creo que en todo hay poesía», asegura Lorenzo Saval. Y sus litorales así lo reflejan. Desde 1975, el poeta y pintor dirige Litoral, la revista de poesía, arte y pensamiento que fundaron en 1926 los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, pertenecientes ambos a la Generación del 27. Fueron los aviones los protagonistas en El arte de volar (penúltimo número de la revista), el barco en Líneas marítimas, la ciencia en Ciencia y poesía. Vasos comunicantes... Y ahora le toca el turno al árbol. El número 257 de la histórica revista indaga en las raíces, en los troncos, en las ramas, pero, sobre todo, en la savia. «La presencia del árbol en la poesía y el arte trasciende el espacio y el tiempo, y por tanto éramos conscientes desde un principio que este paseo por campos y jardines terminaría en una emboscada», escribe Saval en su editorial para presentar el volumen.

Así, afirma el director: «Cada poeta tiene su árbol». Y bien, ahí está el olmo seco de Antonio Machado, los árboles parlantes de Juan Ramón Jiménez o el cedro de Pablo García Baena. Pero también el árbol del paraíso («con sus manzanas como senos cortados», tal y como escribió Federico García Lorca), el árbol en la mitología (tan bien analizado por Aurora Luque) o visto por los ojos geométricos de Leonardo da Vinci. Y todo eso está presente en este nuevo Litoral.

El árbol, además, es una temática que «toca personalmente» a Lorenzo Saval. Dice que la historia que cuenta en su artículo El ojo de La Marea (el cual se encuentra dentro del volumen) es real. El poeta y pintor, que además vive en una zona «rodeada de árboles», relata cómo el jardinero de la casa familiar (que le hablaba mucho de la naturaleza, pero también de extraterrestres) le animaba a abrazar a los árboles.

Colaboradores ilustres

Este Litoral combina poesías e ilustraciones con textos «casi de ensayo» de colaboradores de todo el panorama nacional. Entre verso y verso, escriben Aurora Luque, Justo Navarro, Jesús Aguado, José Manuel Navia, Julio Llamazares, Luis Muñoz, José Antonio Garriga Vela, Alberto Santamaría, Luis Alberto de Cuenca, Eduardo Chirinos y Miguel Ángel Blanco, artista que Saval destaca especialmente por la directa vinculación con la naturaleza en su obra.

«Es cuestión de buscar, buscar...», dice Saval, y para eso tiene a Antonio Lafarque, una «hormiguita» que se encarga de la parte literaria. «Lo más difícil es la selección», comenta el director de Litoral. La «labor de búsqueda, consultas y preguntas» está generalmente dividida por temas y por épocas. A veces, confiesa, tardan «más de dos meses» en recopilar todo el material literario necesario. En este sentido, el director de Litoral agradece sumamente la existencia de Internet como herramienta. «Lo que antes hacías en tres días, ahora lo puedes hacer en una hora», asegura.

La parte ilustrativa (imágenes, fotografías, pinturas...) está a cargo de Lorenzo Saval. Fruto de una ardua búsqueda (le gusta «pedir libros a los sitios más raros»), el resultado es la perfecta combinación entre imagen y texto, tanto que parece que están «hechas a propósito». Ahí está, por ejemplo, el poema de Joaquín Romero Murube («Tanto quisieran bajas las nubes sobre el jardín/ que se quedaron prendidas a los almendros») junto a Un día en las nubes, obra del artista surrealista francés Samy Charnine, pintada décadas después, que ilustra cómo las nubes quedan enredadas en un árbol.

Lo joven y lo clásico

Dice Saval que «lo bonito de este número fue encontrarle los distintos apartados». Así, el libro está estructurado en los árboles como concepto (árbol del paraíso y árbol clásico), las partes de los árboles (semillas, raíces, troncos, anillos, ramas y hojas), las cuatro estaciones, los árboles y sus circunstancias (bosques, selvas, sombras...) y, por último, un arborem, o lo que es lo mismo, un abecedario de árboles que han inspirado a poetas «de todas las épocas».

De este modo, al igual que aparece Attilio Bertolucci, también saluda desde las páginas Luis García Montero, a los cuales acompañan ilustraciones de la Tumba de Tutmosis III, de Claude Monet y hasta el reciente surrealismo de Patricia van Lubeck, pues si algo ha sido siempre Litoral es vanguardista. Una muestra de ello es que siempre buscan, por ejemplo «compensar poesía joven con pinturas clásicas».

El director adelanta, además, que el siguiente número de la revista tratará sobre «la relación entre la poesía y la pintura», sobre «las obras que han inspirado a autores, y viceversa», y añade que tiene en mente otros dos sobre «el agua» y «los trenes».

Este Litoral temático (hay otros muchos dedicados a autores) «abre a la gente a un mundo increíble», comenta Saval. Sirve, en realidad, de antología poética y artística. «Hay cantidad de gente que no ha leído un poema en su vida, pero descubre en estos números temáticos la pintura, la poesía y el pensamiento», reflexiona el director de la revista. Lo cierto es que este grueso papel satinado entraña «un cofre de imágenes y poemas». Escribió Gómez de la Serna: «Las raíces de los árboles están cruzadas de brazos». En este Litoral se reconcilian con el mundo.

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