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El público abarrotó la explanada del CAC Málaga al caer la noche para ver la actuación de Guadalupe Plata
Los siete magníficos del indie

Los siete magníficos del indie

Atrevidos, divertidos, potentes y diferentes. Así son los grupos que abrieron el SMS

Regina Sotorrío

Sábado, 21 de junio 2014, 00:45

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Son casi las seis de la tarde y el sol aprieta. Y mucho. El lugar más cotizado a varios metros a la redonda es un árbol que no da buena sombra ni para diez personas... Menos mal que de fondo se empiezan a escuchar los primeros acordes alocados de Trepat. Y algo se refresca el ambiente. Así, media hora más tarde de lo previsto, arrancó el SMS Festival en el lateral del CAC. Los granadinos fueron los primeros de los Siete Magníficos de la escena independiente, del auténtico indie, que desfilaron ayer por el escenario del Soho, siete grupos underground que se lucieron con potentes, divertidos y atrevidos directos que, en muchos casos, se quedaron cortos (el tiempo estaba medido al segundo). Poco público al principio (entre ellos familias con carritos de bebés), pero ya no se cabía cuando el reloj daba las doce de la noche y se desconectaron los amplificadores. Hoy se vuelven a enchufar a las 18.00 horas.

El lleno lo logró el trance blues que provocan The Legendary Tigerman y Guadalupe Plata. El portugués Paolo Furtado apareció primero solo en el escenario, cual bluesman-orquesta del siglo XXI, pero después contó con apoyo a la percusión. Empezó con una lección de su blues profundo del Delta del Mississippi y acabó en una fiesta de rock and roll que contagió al SMS. Tiró al suelo porque sí dos micrófonos, se bajó de las tablas para acercarse a la primera fila y hasta se subió encima de la batería. Los espectadores lo disfrutaron, no tanto los técnicos... Pero sin duda los más esperados eran los de Úbeda. Guadalupe Plata salió pasadas las once de la noche y el público se tuvo que conformar con un concierto más breve de lo anunciado, pero aprovecharon el tiempo.

Blues con raíces

Lanzaron una contundente descarga sin pausa de ese blues que busca la raíz del género. Tanto que hasta hacen un guiño a esos orígenes con el bajo de barreño que toca Paco Luis y que acapara todas las miradas. La voz de Pedro de Dios nos remite a los sonidos más pantanosos del blues.

Sorprendente la propuesta de los murcianos Crudo Pimento: con solo dos músicos y extraños instrumentos construidos por ellos con palos o con una lata de pimentón pusieron al SMS a saltar. Y también a gritar con su versión del son Jarocho de Veracruz. Un sonido primitivo y directo, sin artificios, pero de una eficacia brutal que se llevó de calle al público. Detrás del proyecto, la mano (es el artesano) y la voz rota de Raúl y el acompañamiento de Inma.

A decibelios no ganó nadie a Za!, una brutal fiesta de ruido y distorsión que hizo retumbar el Soho. De nuevo, solo son dos músicos son los responsables, dos catalanes de estilo inclasificable que hacen, básicamente, lo que les da la gana. Un caos ordenado en el que Papa Dupau se pasa de la guitarra eléctrica a la trompeta; mientras Spazzfrica Ehd sin camiseta desde el minuto dos cambia la batería por el teclado en segundos. Todo envuelto de efectos, gritos y hasta silbidos. Todo vale en esta música sin normas.

Grupos de la casa

Dos grupos de casa dejaron alto el pabellón indie malagueño. Por un lado, sonó el electrochic de Ultrarouge con una entregada Thalia B en el escenario. A vece sensual, a veces desgarrada y siempre divertida con sus peculiares bailes. La malagueña-parisina lo mismo saltaba que se arrastraba por el escenario o demostraba sus dotes al frente del theremin, el primer instrumento electrónico que genera sonidos a través de las ondas. Con Mr Conde a su lado, deslegó rock, electrónica y psicodelia con toque francés. Por otro lado, convenció una vez más el rock garagero y punk de Puño Americano & His Puñettes. Lo suyo no es solo buena música que recuerda a otros tiempos, sino también actitud y una estética rocanrolera que les diferencia. Con la voz de las Puñettes a pleno pulmón y Dani Romero Gomi a la tabla de lavar, arrancó un concierto recortado a la mitad por los retrasos acumulados desde las mismas pruebas de sonido. El público se quejó, pero el reloj mandaba.

Las gafas de sol de los miembros de Trepat no era una pose. A ellos les tocó la difícil tarea de abrir el festival bajo un sol de justicia y poco público. Y cumplieron la misión interpretando varios de sus mantras de oscura psicodelia incluidos en el disco La fiesta oscura. Con la orden ¡Ruperto sal a bailar!, la voz de Juan Luis Torné (el unico chico de una banda en la que las mujeres mandan al instrumento) rompió el silencio del Soho.

Y mientras sonaba la música, unas calles más allá, en Tomás Heredia, artistas y artesanos mostraban sus creaciones en un mercado con casi 40 puestos organizado por la Asociación de Empresarios del Soho. Arte por partida doble, para ver y para escuchar, en el Ensanche.

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