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Algunos de los estudiantes que disputaron el Trofeo Rector el pasado año posan en la entrada de la Facultad de Medicina. :: m. rivas
Deportistas de bata blanca

Deportistas de bata blanca

Alumnos de Medicina con medallas en diferentes disciplinas del Trofeo Rector cuentan cómo logran compaginar sus estudios con la competición

MARINA RIVAS

Miércoles, 22 de febrero 2017, 00:40

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Cumplen a rajatabla con aquello de que «la mejor forma de decir es hacer». Son futuros doctores y doctoras, pero también son deportistas que sacan tiempo de donde pueden para no dejar la actividad física a un lado a pesar de tener que estudiar para una exigente carrera como esta. Y en este empeño, lograron situar a la Facultad de Medicina el pasado año en el primer puesto del 'ranking' de centros con mayor número de medallas obtenidas en la popular competición universitaria del Trofeo Rector.

EL MEDALLERO

  • Fútbol sala

  • Equipo Masculino. Puesto

  • Baloncesto

  • Equipo Femenino.

  • Puesto Primeras en el Trofeo Rector y ganadoras del trofeo al Juego Limpio.

  • Voley-playa

  • Participante María Martín, que hizo pareja con su hermana Marta Isabel, de Industriales.

  • Puesto Subcampeonas del Trofeo Rector.

  • Tenis de mesa

  • Participantes Jesús León Gonzalo y Pablo Antonio García.

  • Puesto Campeón y subcampeón, respectivamente, del Trofeo Rector.

En total obtuvieron seis galardones que recayeron sobre el equipo de baloncesto femenino, con dos; el equipo de fútbol sala masculino; la pareja de voley playa femenino y dos estudiantes en la modalidad de tenis de mesa.

«Llevo cinco años participando en el Trofeo con Medicina y siempre hemos llegado a la final e incluso hemos ganado en dos ocasiones el torneo», explica una de las baloncestistas, Paloma Márquez, que cursa el último año de la carrera y apunta que el equipo «siempre o casi siempre ha seguido siendo el mismo a lo largo de las distintas ediciones», apunta. Un equipo en el que la mayoría de las jugadoras ya cuenta con experiencia previa, ya que algunas como Márquez o Rocío García juegan en el Club de El Palo y otras como Marta García forman parte del Salesianos. El año pasado se hicieron con el oro del Rector y, además, con el Trofeo al Juego Limpio.

Por salud

«Es imprescindible tener una afición con la que poder despejarte cuando estás en una época fuerte de estudios. Además, el deporte es indispensable para la prevención primaria de todo tipo de enfermedades cardiovasculares», aconseja Márquez como futura doctora.

«Al principio pensé que no iba a poder compaginar estudios y deporte, pero los años que he estado jugando al baloncesto diría que han sido los mejores en cuanto a resultados académicos», afirma Carmen Somavilla, ya graduada, que juega actualmente en una liga de colegios de Málaga, compitiendo con el San Estanislao. De su etapa de universitaria recuerda que nunca se ha perdido un partido por tener que estudiar: «Durante la carrera tenía clase por la mañana, estudiaba por la tarde y después iba a los entrenamientos, sobre las 20.30 horas, y así conseguía llegar a todo».

«El deporte es mi vía de escape después de todo el día de prácticas y estudiando, así que siempre aprovecho y voy a entrenar y a jugar algún partido con mi equipo por la tarde-noche y el resto del día lo dedico a la carrera», explica Marta García.

También ganó dos premios, en este caso el del Trofeo Rector y el de la Copa Intercentros, el equipo masculino de fútbol sala, aunque su historia es algo diferente. Edu Pérez formó parte del equipo del doblete, aunque su futuro no pasa por ser médico. Graduado en Magisterio de Educación Física, se encontraba el pasado año cursando un Máster en Investigación en Actividad Física y Deportes, el cual se imparte en la Facultad de Ciencias de la Salud por su vinculación con diferentes conceptos biomédicos, de nutrición y de cardiología, entre otros. «No había gente suficiente para conformar un equipo de fútbol sala y, junto a unos compañeros del Máster e incluso profesores de la facultad, decidimos apuntarnos. De ellos yo era el único que jugaba más profesionalmente, porque competía en Tercera con el equipo de El Palo», comenta.

Encuentros separados

Medicina también acaparó por completo la final de tenis de mesa, que disputaron dos estudiantes de esta facultad: Jesús León Gonzalo y Pablo Antonio García, campeón y subcampeón, respectivamente, en el torneo. Aunque García no fue el único de esta carrera en llevarse la plata el pasado año. También lo hizo María Martín en la competición de voley playa. Eso sí, en una pareja mixta en cuanto a lo académico se refiere. Y es que su compañera en la arena fue su hermana Marta Isabel, de la Escuela de Industriales.

Aunque a veces no se trata de llegar a lo más alto, sino de demostrar un rendimiento favorable. Mario Tomás cursa cuarto de Medicina y el curso pasado formó parte del cuadro de fútbol 7 de Medicina que lo ganó todo. Eso sí, en la segunda división del torneo. «Este torneo está muy bien en el sentido de que no te quita mucho tiempo al estar tan separados entre sí los distintos encuentros. Al menos en mi caso es positivo, porque me permite compaginar los estudios con el fútbol, que es algo que nunca dejaré de practicar», apunta este joven.

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