Un joven con visión de futuro

Cuando hizo su Trabajo de Fin de Grado (TFG) sobre un soporte para proyectar hologramas, Rubén Ríos no se imaginó que acabaría siendo el germen de su propia empresa, Interactive Movies, una productora que desarrolla un novedoso sistema interactivo llamado Back Black que permite visualizar imágenes en 3D a través de tabletas y móviles.

Este producto, creado por este graduado en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga en 2014, es fruto de un trabajo de éxito que le ha permitido cosechar numerosos reconocimientos en los últimos años por su carácter innovador, entre ellos el Spin-Off de la UMA. Actualmente, este malagueño se encuentra en una aceleradora donde desarrolla su producto tras resultar finalista en el programa de emprendimiento Andalucía Open Future, organizado por Telefónica y la Junta de Andalucía.

Con sólo 24 años, este joven cuenta con una amplia visión de futuro. Tras su experiencia, Ríos lo tiene claro: «Si no encuentras trabajo relacionado con lo que has estudiado, créalo tú».

Su espíritu inquieto y ambicioso ha desembocado en el producto denominado Back Black, que proyecta hologramas a través de un soporte novedoso, para el cual es necesario descargarse una aplicación gratuita para poder hacer uso del mismo y disfrutar de los contenidos, ya sea en un teléfono móvil o en una tableta. Dentro de la aplicación hay una especie de Youtube holográfico, donde hay vídeos categorizados desde bailarines, cantantes, cuentacuentos... en general, contenido para niños y adultos.

El producto permite una nueva forma de ver las cosas, jugar con la profundidad y contemplar los elementos de otra manera. El método de funcionamiento es el siguiente: se selecciona el vídeo que se quiere ver, se coloca el móvil o tableta encima del proyector holográfico y es entonces cuando se puede contemplar el vídeo en 3D, por delante y por detrás.

Al terminar su TFG, Ríos se presentó a la convocatoria de los premios Spin-Off de la UMA para probar suerte en 2014. Para su sorpresa, a él y su equipo les dieron un premio como mejor iniciativa emprendedora. En ese mismo año, consiguieron acceso a las infraestructuras del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial de Málaga (CADE), de la Fundación Andalucía Emprende de la Junta de Andalucía. Allí les mentorizaron y asesoraron y les dieron un espacio gratuito en el Parque Tecnológico, donde actualmente tienen su fábrica. Fue entonces cuando se lanzaron a crear el proyecto holográfico.

Posteriormente, en 2015 presentaron el producto al Premio Junior del Ayuntamiento de Málaga, donde quedaron finalistas. Fue en ese mismo año cuando constituyeron su empresa, denominada Interactive Movies S. L. En 2016 recibieron el reconocimiento por parte del Ministerio de Economía y Competitividad como 'Empresa innovadora' en España. A su vez, presentaron la candidatura a la iniciativa Andalucía Open Future, en la que su proyecto acabó entre los seis seleccionados de la comunidad autónoma. Gracias a esto, pudieron comenzar a trabajar en las instalaciones del centro 'crowdworking' de este programa, La Farola, una aceleradora de empresas donde actualmente están trabajando con el producto para venderlo y comercializarlo.

Precio

En dicho centro se encargan de desarrollar empresas de forma gratuita -correspondería al paso siguiente a una incubadora-. «Nos asesoran, nos ponen en contacto con clientes y nos orientan para que logremos nuestros objetivos», apunta Ríos. Él es el CEO (director ejecutivo) de la empresa, «lo que conlleva dominar diversas materias, aprender más que nadie y saber de corte láser, de impresión 3D, de publicidad, de marketing, finanzas... porque soy el organizador del equipo».

El precio de Back Black varía según el tamaño del móvil o tableta. En concreto, si son cinco pulgadas, cuesta 24 euros, y si son diez, 59. Actualmente, la aplicación se ha bajado 100 veces.

El producto es 100% ecológico, ya que «trabajamos con un plástico biodegradable que no daña el medio ambiente», explica el malagueño.

Back Black es un producto que viene con contenidos ya implantados, pero que no se cierra y permite que sus usuarios puedan crearlos a su gusto. «La idea es que la gente pueda hacer sus propios hologramas y mandárselos por ejemplo a un amigo. Abogamos por que puedan crear sus propios contenidos. Nos gustaría que la gente use el producto y se adueñe de él», asegura Ríos.

Todo ello enfocado a su público, cuya edad oscila entre los 20 y los 30 años, según Ríos. Para un mayor disfrute del sistema, actualizan los contenidos en base a lo que la gente quiere. «Añadimos música, obras de teatro infantiles, cuentacuentos e incluso tutoriales de cocina, donde se puede ver a un cocinero dentro», asegura el graduado de la UMA.

Para publicidad

Ver Back Black es comprobar el resultado de un enorme esfuerzo, y eso se puede observar cuando Rubén lo muestra y empieza a reproducir hologramas, bajo la atenta mirada de sus compañeros -un físico y un diseñador industrial, entre otros-. Pero todo esto no queda ahí, ya que actualmente, además de trabajar para comercializar el producto, promocionarlo y generar contenido, Ríos y su equipo tienen otro proyecto en mente a largo plazo orientado a la publicidad. Están trabajando en el Back Black 2.0. «Se trata de un producto más grande destinado a escaparates para soporte publicitario».

La idea es «que las personas vayan a una tienda o a sitios de comida por ejemplo y vean a un maniquí con la ropa puesta, el cual es un holograma proyectado en 3D a tamaño real». A su vez, Ríos expresa su deseo de dar el salto a nivel nacional. «Cuando empecé, parecía que montar una empresa era algo complicado, pero ya no lo veo así», afirma. En definitiva, una lección para los estudiantes que viven estos tiempos convulsos a la hora de salir al mercado laboral.