Las tunas no pasan de moda

Las tunas pueden parecer de otra época, pero siguen siendo una opción para muchos estudiantes para los que es la mejor forma de disfrutar de la música y de los amigos al mismo tiempo que representan a la Universidad de Málaga. En la UMA hay siete asociaciones de tunas, que reúnen en torno a un centenar de personas, entre las que figuran estudiantes, pero también ex alumnos y personas ajenas a comunidad universitaria.

El día a día de una tuna se traduce básicamente en ensayos, actuaciones por las calles del Centro de Málaga, actos benéficos -como acudir a hospitales a cantar- o participar en certámenes. Un ejemplo fue el último concurso que tuvo lugar el los pasados días 25 y 26 de noviembre en Málaga, el Certamen Provincial de Tunas, una cita que se celebra cada año y en la que interviene la gran mayoría de asociaciones. Se compone de un pasacalles y un 'concurso de rondas'. Este último consiste en que cada tuna dedica canciones a un jurado que se encuentra en un balcón. El jurado finalmente decide cuál ha sido la mejor actuación. La tuna femenina de Ciencias de la Salud fue la ganadora este año.

La forma de vida peculiar que identifica a los tunos se ve representada en cada uno de los grupos. Antonio Martín, componente de la Asociación Juvenil Tuna de Derecho Málaga, explica que en total son 50 personas las que componen el grupo, de las que alrededor de 14 se encuentran estudiando en la Universidad. La asociación nació en el año 1981, cuando dos compañeros que se trasladaron a estudiar la carrera desde Granada decidieron crear la tuna.

Rondas en fiestas

La actividad de esta tuna se centra en realizar 'rondas'. «Los estudiantes nos llaman para hacer fiestas los jueves o viernes, y la tuna acude y les canta», señala Martín, que explica que también realizan giras fuera de Málaga, «que suelen ser en verano». «Alquilamos una furgoneta y nos pagamos el viaje con el dinero que recogemos al cantar», afirma.

También participan en los certámenes nacionales y provinciales, y dedican los martes a ensayar. Además, realizan acciones benéficas: «Vamos a cantar a varios asilos», resalta. En cuanto a la imagen que tienen las tunas, Martín apunta que «nos ponen de machistas, unos anacrónicos». Algo que, a su juicio, es una imagen «distorsionada».

En la Asociación Tuna Universitaria de Magisterio de Málaga, fundada en 1983, la dinámica es parecida a la anterior. «Unos trabajan, otros estudian y otros buscan un empleo», asegura Manuel Sanjuán, perteneciente a la tuna, que está formada por 48 personas, de las que 24 son fijas. Tal y como asegura Sanjuán, el punto en común de todos ellos es que les gusta cantar: «Cantamos en cualquier ocasión que se nos preste, como en la calle, en alguna terraza o bar, y vamos tanto de paisano como vestidos de tunos».

Entre todas sus actuaciones, Sanjuán destaca las que realizan en el Hospital Materno Infantil de Málaga. «Llevamos diez años acudiendo para cantarles a los niños y es muy emotivo», asegura. La canción que más suelen interpretar es la de 'Clavelito'. «Cantamos las típicas de siempre, y luego las hay otras más movidas», añade.

La tuna más antigua de la UMA es la Asociación Tuna de Peritos de Málaga, que se fundó en el año 1959, y que pertenece a la Escuela Politécnica Superior de la UMA. Juan López, miembro de esta agrupación, asegura que en sus inicios «empezó solo con nueve personas». Actualmente son «en torno a 15 y 20 integrantes, de los cuales 10 son estudiantes». Esta cifra varia cada año. «Estamos en constante evolución porque muchos de nuestros tunos al acabar la carrera no pueden seguir y siempre hace falta gente. Pero ahora estamos bien», asegura. Su actividad se centra en «salir todos los fines de semana por el Centro», donde tocan su repertorio de canciones.

Por su parte, la Asociación Tuna de Medicina de Málaga -la masculina-, lleva 43 años vigente desde su fundación en 1973. La componen 11 personas en la actualidad. «Luego hay gente residente que suele venir a situaciones concretas», apunta José Ramiro Rivas, miembro de este grupo. «No nos faltan componentes, pero cuantos más seamos, mejor, tanto a la hora de montar nuevos repertorios, como para contar con más voces a la hora de hacer actuaciones», señala.

A lo largo del año, la actividad de la Tuna de Medicina tiene «dos pilares». Son el Certamen Nacional de Tunas de Medicina, en el que participan todas las tunas de España; y el certamen provincial de Málaga, en el que este año quedaron segundos.

Cada semana, su actividad se centra en ensayar, momento en el que preparan las canciones, y van atendiendo los acontecimientos que les vayan surgiendo. Ramiro señala que tienen varias costumbres, «como salir por las calles para hacer un poco de vida de tuna» o ir a tocar a ciudades cercanas.

Hasta la 'veteranía'

Otra tuna femenina en Málaga es la de la Facultad de Ciencias de la Salud, la cual estuvo apadrinada por la de la Facultad de Derecho. Desde su creación en el año 2014 pasaron por un periodo de 'aprendizaje', y no fue hasta el curso siguiente cuando se hicieron 'independientes' de la tuna de Derecho. Actualmente la integran 15 chicas. «Siempre nos falta gente, aparte de las que estamos; siempre hay que renovarse», apunta Raquel Cabrera, componente de esta agrupación. Además de cantar las canciones más conocidas del repertorio de cualquier tuna, Cabrera asegura que «cantamos también algunas de Pablo Alborán o Chayanne». Ellas fueron las ganadoras del último Certamen Provincial de Tunas en Málaga. «Hicimos un espectáculo que nos gustó: cantamos pasodobles y bailamos con la bandera de la tuna», dice.

La Asociación Juvenil Tuna Amigos de Letras y Filosofía de Málaga la componen 13 personas. Su origen se remonta a 1979, cuando diez estudiantes de la facultad decidieron que se creara una tuna propia. Fue la tuna de la Facultad de Económicas -que hoy día no está en activo-, la que les apadrinó. A pesar de ser 13 las personas que la integran de forma permanente, «siempre estamos buscando gente que se una a nosotros. En septiembre solemos ir a tocar a la Facultad para que se sumen estudiantes. Este año se han apuntado unas cinco personas», asegura Juan López, miembro de la tuna.

Más que música

Suelen ensayar los lunes, que es cuando preparan sus próximas actuaciones. «Nos vemos y planificamos el fin de semana», explica López. Los viernes normalmente acuden al Centro de Málaga para tocar su música a las familias que se encuentran por allí. En Navidad tocan en una residencia de ancianos. Las canciones que más suelen interpretar son 'Clavelito' y algún que otro pasodoble.

Pertenecer a una tuna implica muchas cosas, y eso lo saben bien los que forman parte de ellas. «Llevo tres años en la tuna y para mí se ha convertido en una forma de vida, una escuela para todo. Somos como una familia que nos dedicamos a pasarlo bien en torno al mundo de la música», señala Ramiro, de la tuna de Medicina. Aunque apunta que «si no estás dentro no sabes lo que es».

Para Verónica García, de la tuna femenina de Medicina, lo mejor de pertenecer a una tuna es la hermandad y compañerismo que se crea. Eso fue lo que más le atrajo a este mundo. «Queríamos formar parte de ello porque nos gustaba lo que hacían otras tunas, la música que tocaban. Es un estilo de vida, diferente a cualquier otro. Te enseña unos valores, mientras la gente piensa que sólo es música y diversión», defiende.

A Manuel Sanjuán, de la tuna de Magisterio, pertenecer a una tuna «es como tener una segunda familia», y afirma que lo que más valora es «hablar con una persona de 18 y 40 años sin que se note la diferencia de edad». Juan López, de la tuna de Peritos, lleva dos años y medio disfrutando de la música en la asociación, y considera que «es una sensación muy fuerte, somos un grupo de amigos». Estas, en definitiva, son las sensaciones que se sienten al pertenecer a una tuna universitaria.