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Para acceder al aparcamiento, que tiene 40 plazas, hay que utilizar una tarjeta magnética. :: J. Pachón
El único parking cerrado para bicis habilitado por la UMA en Teatinos, en desuso cuatro años después

El único parking cerrado para bicis habilitado por la UMA en Teatinos, en desuso cuatro años después

La mayoría de las plazas del aparcamiento, situado en Educación y Psicología, no se ocupan a pesar de haber bicicletas en la calle

CARLOS PAJARIÑO

Domingo, 17 de abril 2016, 00:45

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Cada vez son más los estudiantes que se animan a ir a la Universidad en bicicleta. Sin embargo, todavía es un hábito poco extendido. Alonso González, presidente de la asociación Ruedas Redondas, cuyo objetivo es promover el uso de este vehículo, los cifra en unos 500 o 600 actualmente, un número que supone menos del 1,5% de todo el alumnado universitario.

Precisamente este bajo uso de la bici pueda explicar en parte la infrautilización de un servicio único en Teatinos, ubicado en las facultades de Educación y Psicología, inaugurado hace cuatro años y que parece haber caído en el olvido. Se trata del único estacionamiento cerrado para bicicletas habilitado por la UMA en el campus, y que está situado detrás de Conserjería. Al aparcamiento, que desde la parte frontal del edificio resulta difícil divisar porque está algo escondido, se accede con una tarjeta magnética que se adquiere en el servicio de reprografía de Educación y Psicología. Su coste es de 4,5 euros, aunque en el momento en que el usuario la devuelva, éste recupera su dinero. El estacionamiento cuenta con 40 plazas.

A pesar de la seguridad que puede ofrecer este parking en relación a posibles robos, apenas es utilizado. Lo que más llama la atención es que numerosos ciclistas dejan sus bicicletas en la calle en un estacionamiento cercano abierto -en la parte frontal del edificio- mientras la mayoría de las plazas del aparcamiento cerrado permanecen vacías.

Miguel Ángel García, vicedecano de Infraestructuras e Investigación de la Facultad de Psicología, es una de las personas que impulsó este parking. El motivo: los robos. Asegura que «en la parte frontal del edificio, objetivamente, es el lugar de toda la Universidad en el que más se roba». Cuenta que una vez le abrieron el coche en esa zona, y que las quejas de alumnos que dejan la bicicleta en el aparcamiento abierto son continuas. Aun así, el parking cerrado sigue prácticamente vacío. «Es penoso el hecho de que no se use, ya que, al fin y al cabo, está financiado con dinero público», se lamenta García, que explica que el mantenimiento del servicio supone 400 euros anuales.

Promoción

El estacionamiento se inauguró en el año 2012, y fue un proyecto conjunto de las facultades de Educación y Psicología. La primera abonó el 60% del montante económico y la segunda se hizo cargo del 40% restante. «La idea partió de alumnos y profesores de estas facultades», especifica el vicedecano, que cree que la facultad ha hecho todo lo habido y por haber para atraer a los usuarios que dejan las bicicletas en la parte frontal del edificio: «Propuse al Consejo de Estudiantes poner unas cartulinas delante del parking delantero informando sobre la otra instalación, pero no resultó», apunta.

García cree que el escaso uso de la instalación puede deberse al desconocimiento, o a la necesidad de se les vea en su faceta de ciclista: «Mucha gente que va en bici no quiere dejarla escondida en un recinto apartado, quieren ser vistos porque se trata de una actividad sana y buena. Es la única explicación que encuentro».

Entre los alumnos, las opiniones son divergentes. Patricia Caballero, estudiante de Magisterio, utiliza el parking asiduamente y considera una ventaja el hecho de que nadie lo conozca. Por su parte, Rafael León, otro alumno fijo de los carriles bici del campus, no sabía nada del tema, y cree que quizás «falta algo de información sobre instalaciones tan provechosas como esta».

Luis Navajas, encargado de Conserjería, afirma no haber visto a más de cuatro o cinco estudiantes entrar en el aparcamiento cerrado y apuesta por fomentar el uso de la bicicleta. En este sentido, Dolores Madrid, responsable de Secretaría e Infraestructura de la Facultad de Educación, se muestra pesimista ya que en el pasado intentaron animar al alumnado a usar el vehículo más limpio, pero no obtuvieron resultado. «Una de las cosas que hicimos fue instalar duchas para quienes ponían como inconveniente el sudor para venir en bicicleta. Pero han tenido el mismo éxito que el parking».

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