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Miembros del grupo de investigación que dirige Javier González, en los exteriores de Telecomunicación. :: crónica
Trabajan en mapas de olores de Málaga para mejorar  su calidad ambiental

Trabajan en mapas de olores de Málaga para mejorar su calidad ambiental

Medir la polución para regular el tráfico u optimizar la recogida de basura, entre los objetivos del proyecto

MELANIE STÜBER

Miércoles, 28 de enero 2015, 01:50

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¿A qué huele Málaga? Un grupo de investigadores de la Escuela Superior de Telecomunicación de Málaga lo sabe. Desarrollan mapas de olores con la ayuda de una 'nariz electrónica', que percibe olores a través de ocho sensores y que mediante algoritmos, procesa la información a tiempo real.

La investigación tiene, según el responsable del proyecto Javier González, profesor del departamento de Ingenería de Sistemas y Automática, múltiples ventajas ambientales: «Disponer de mapas de olores continuamente actualizados ayudaría a detectar qué zonas de la ciudad concentran mayor polución o se podría mejorar el proceso de recogida de basura», explica González.

Para mostrar la efectividad del proyecto el grupo de investigación realizó, durante el verano pasado, un experimento en el municipio de Coín. Esta nariz inteligente, una caja de apenas 30 centímetros, fue colocada sobre una bicicleta con la que se hizo una ruta de 10 kilómetros a distintas horas del día, durante tres jornadas consecutivas. Esta ruta, previamente programada, incluía aquellos puntos de la ciudad donde estaban situados los contenedores de basura. Cuando la bicicleta pasaba por los distintos contenedores el dispositivo detectaba, tras unos segundos, los compuestos orgánicos mezclados con el aire. «Cuando las moléculas volátiles interaccionan con la superficie de los sensores, estos cambian de resistencia», dice González. Los investigadores recogen, por tanto tensiones proporcionales a la concentración. «Mayor tensión significa mayor concentración de olores, afirma González.

Este experimento reveló que los métodos y tecnología usada para generar mapas con robots puede aplicarse a entornos urbanos empleando estos sensores, eso sí, transportados por vehículos moviéndose a más velocidad que una bicicleta. Concretamente han pensado instalar este sistema en autobúses y en taxis porque están en continuo movimiento y recorren distintas zonas de la ciudad.

Una ciudad más limpia

Con este artilugio pretenden «complementar o sustituir» la red de sensores fijos repartidos en cinco puntos de la ciudad. Obtener información continuamente actualizada de todos los puntos de la capital permite reaccionar en tiempo real. «En aquellas zonas donde se detectaría una mayor concentración de polución habría que regular el tráfico», explica González. Los datos extraídos de los mapas de olores también podrían ayudar a optimizar la recogida de basura. «Una ciudad como Málaga, que se dedica al turismo no se puede permitir tener en el Muelle Uno un contenedor con sólo una cuarta de basura, pero que provoca un fuerte olor porque le está dando el sol. «Habría que reaccionar al momento y enviar un camión de basura a ese punto concreto para garantizar una retirada inmediata».

Un idea que hasta el momento no cuenta con financiación. «Los ayuntamientos no invierten en investigación, quieren soluciones a sus problemas con proyectos que ya están probados», lamenta González, quien ha destacado que son unos de los pocos que en España trabajan en robótica olfativa. La negativa no les impide seguir trabajando en la mejora de esta tecnología. Actualmente están implicados en una versión más avanzada que incluirá GPS y bluetooth para sincronizarlo con un teléfono inteligente. El equipo de investigación, que trabaja en percepción artificial está formado por 15 personas de las cuales cinco son profesores y el resto es personal contratado y becarios.

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