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Muere Khashoggi, el traficante de armas que reinó en la Marbella del glamour

El empresario saudí, que tuvo que dejar su lujosa residencia en 1989 embargado por los bancos, fallece en Londres a los 81 años

héctor barbotta

Miércoles, 7 de junio 2017, 00:07

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héctor barbotta

Reinó en la Marbella de los años 80, donde sus célebres fiestas en su residencia de Benahavís o en su yate Nabila marcaban lo más selecto de la agenda del verano, pero su retirada de la ciudad estuvo alejada de aura de glamur que parecía rodearlo. Se fue después de que su residencia La Baraka (suerte o bendición en árabe) fuese embargada por tres bancos tras un negocio de tráfico de armas que no se coronó con la buena suerte que lo había caracterizado. Hijo de un médico muy bien relacionado con la familia real saudí, Adnan Khashoggi nació en La Meca en 1935y estudió en la Universidad de Stanfford, en California.

Millonario precoz, mientras gran parte del mundo veía en los conflictos de Medio Oriente una amenaza para la paz mundial, él advirtió una oportunidad de negocio que no dejó pasar. Sus buenas relaciones le permitieron convertirse en intermediario entre los países occidentales fabricantes de armas y los gobiernos de aquella zona del planeta, que ya era un polvorín. Los conflictos armados lo convirtieron en una de las personas más ricas del mundo y con ese bagaje aterrizó en la Marbella de finales de los setenta.

Sus fiestas, con los personajes del celuloide más relumbrantes de la época como Brooke Shields, Liz Taylor, George Hamilton o Farrah Fawcett Majors, se convirtieron no sólo en una referencia del glamur en Marbella, sino en una oportunidad para agigantar su red de relaciones comerciales. Las estrellas del celuloide actuaban como un imán para políticos, embajadores y mandatarios. En Marbella todavía se recuerda la presencia en algunos de sus saraos de Mobutu Sese Seko, excéntrico dictador de Zaire y uno de sus principales clientes.

Las versiones sobre el origen de su ocaso difieren, aunque hay quienes lo sitúan en posibles relaciones comerciales con el régimen iraní que fueron mal vistas por la administración Reagan. En 1989, la gigantesca finca de 900 hectáreas donde había construido su residencia La Baraka le fue embargada por tres bancos con los que mantenía deudas millonarias. Salieron a subasta por un precio de salida de 40 millones de euros a instancias del National Commerzbank de Jeddah. Aunque la subasta, realizada por el Banco Exterior de España, quedó desierta, se realizó una segunda que se adjudicó a un grupo de inversores españoles, suizos, alemanes y norteamericanos. Fue el origen de la urbanización La Zagaleta, considerada en la actualidad la más lujosa de Europa.

El yate Nabila también tuvo un destino acorde a la leyenda de su dueño. Fue utilizado en la película de la zaga de James Bond Nunca digas nunca jamás -por supuesto, propiedad del villano- y acabó en manos de otro magnate, el actual presidente de Estados Unidos Donald Trump. Khashoggi puso tierra de por medio, aunque solía volver por Marbella, donde conservaba una propiedad en Puerto Banús. Sin embargo, sus negocios con el dictador filipino exiliado en Hawai Ferdinand Marcos lo acabarían llevando a la cárcel acusado de blanqueo.

Lo último que se había sabido de él era que se había retirado en Riad aunque pasaba algunas temporadas en diferentes ciudades europas. El año pasado sufrió un derrame cerebral que lo llevó a una silla de ruedas. Ayer falleció en un hospital londinense.

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