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La historia tras el Castillo Sohail de Fuengirola

La historia tras el Castillo Sohail de Fuengirola

Construido sobre una colina a 38 metros sobre el nivel del mar, el enclave ha pasado de ser una fortaleza a un espacio de ocio para los fuengiroleños

Iván Gelibter

Domingo, 23 de abril 2017, 00:32

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El Castillo Sohail es en la actualidad uno de los símbolos más importantes de Fuengirola. Escenario de gran parte del ocio del municipio y casi un icono en el mundo de la música de Andalucía. Destaca por el buen estado en el que se encuentra, un hecho que resulta incluso asombroso dado que la construcción podría datar del siglo X. El Castillo de Sohail se encuentra situado en plena desembocadura del río de Fuengirola, sobre una pequeña colina aislada que se eleva 38 metros sobre el nivel del mar y en el centro de la Autovía de la Costa del Sol. Esta circunstancia lo convierte en un mirador privilegiado de una amplia franja costera dominada por la Sierra de Mijas y en la que se inscribe el municipio de Fuengirola.

Hasta la invasión árabe del siglo VIII, el municipio llevaba el nombre de Suel. Sin embargo, rápidamente pasó a llamarse Suhayl, su adaptación fonética. Tal como explican los historiadores, durante la época musulmana Suhayl era tan relevante como en la época romana, y continuó siendo una villa en la que la mayoría de la población vivía de la pesca.

Fue precisamente en ese tiempo cuando se levantó el Castillo Sohail. Respecto a la construcción del mismo hay diversidad de opiniones entre los diversos estudiosos, y se barajan fechas que oscilan entre el siglo X y el XII. Según unos historiadores, el califa de Córdoba, Abderramán III, decidió construir en lo alto del cerro un castillo a causa de los estragos que los cristianos y los normandos estaban causando en los poblados de la franja costera. Este mismo carácter defensivo aducen otros autores para explicar la ubicación del castillo, si bien datan la construcción a principios del siglo XII, en pleno periodo almorávide. La fortaleza se levanta con las características propias de un 'ribat' enclavado en la frontera marítima y que aseguraba además el control del río, vía de comunicación hacia las tierras del interior y lugar de aguada para los barcos que navegaban en sus proximidades. De igual modo, desde su emplazamiento estratégico, el castillo ejercía una importante labor de control y vigilancia de la vía de comunicación terrestre entre las ciudades de Málaga y Marbella.

Para facilitar la defensa, en cada uno de los laterales se levantó una torre de caras rectas en sus ángulos; uno de los torreones posee mayor tamaño y altura, conocida como Torre del Homenaje. El acceso a esta torre se realizaba a través de un gran arco de herradura y poseía el sistema defensivo de entrada de recodo. De la Torre del Homenaje a la torre contigua partía un muro denominado barbacana. El castillo Sohail contaba en su interior con viviendas para soldados y con habitaciones de hospedaje para los viajeros y comerciantes que buscaban refugio entre sus muros. El máximo esplendor de la fortaleza y del poblado surgido a sus alrededores se produjo entre los años 1025-27, según fuentes históricas. 150 años más tarde, en torno al 1175, Suhayl es escenario de numerosas luchas en las que participaron los meriníes, procedentes del norte de Africa y el reino nazarí de Granada, quedando finalmente estas tierras en el territorio de este último.

El 7 de agosto de 1485 -día de San Cayetano, patrón de Fuengirola- el Castillo es conquistado por las tropas cristianas, convirtiéndose en uno de los mejor dotados económicamente en las tierras de Málaga, a pesar de que la eficacia defensiva de la fortaleza se cuestiona debido en parte a la poca atención que supuestamente le habría prestado su primer alcaide, Alvaro de Mesa, lo que provocó un progresivo deterioro del castillo.

A principios del siglo XVIII, la caída de Gibraltar en manos de los ingleses convirtió la colonia en centro neurálgico del contrabando en el sur de España. La continua entrada de mercancías evitando el pago de impuestos o la prohibición de la comercialización perjudicaba la economía del reino. Para frenar este nuevo fenómeno se hicieron necesarios una serie de cambios en la defensa de la costa. Así, en 1730 el comandante general de la costa, el conde de Montemar, remodela la fortaleza árabe para poder alojar en ella a un escuadrón de caballería. Tras estas reformas el castillo se compone de un gran patio interior en torno al que se distribuyen una serie de edificaciones para albergar las viviendas de los soldados, establos, almacenes, iglesia y la casa del alcaide. En esta época el castillo pierde otra de sus torres, contando ahora tan sólo con seis.

El último capítulo antes de la situación actual, en el que el Castillo se ha recuperado para el uso ciudadano, tiene lugar en el siglo XIX. Con la llegada de la desamortización la fortaleza es subastada y pasa a ser propiedad de la condesa viuda de San Isidro, Bárbara de Obregón y Puente. El paso a manos privadas trajo consigo el deterioro progresivo del castillo. Una vez que la fortaleza es abandonada, las gentes que habitaban los alrededores lo desmantelaron de todos aquellos elementos -como por ejemplo, tejas, piedras o vigas de madera- que podían resultar útiles en otras construcciones.

En estos últimos años, especialmente en el siglo XXI, el Castillo Sohail es el epicentro del ocio en Fuengirola. Además del reconocido mercadillo medieval, ha sido escenario de decenas de conciertos nacionales e internacionales, entrando el circuito de la iconografía musical. Este verano, Sting, uno de los músicos más importantes del mundo, dará su único concierto en la provincia en las faldas del Castillo.

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