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Patricia, con su madre, repasa un libro en su habitación.
Patricia Fernández, la niña de Fuengirola de 12 años con tumor cerebral, se someterá a un tratamiento especial tras la aparición de nuevos tumores

Patricia Fernández, la niña de Fuengirola de 12 años con tumor cerebral, se someterá a un tratamiento especial tras la aparición de nuevos tumores

La pequeña viaja hoy con sus padres a Madrid tras recibir el visto bueno del SAS

Miguel Gámez

Lunes, 24 de octubre 2016, 00:42

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Patricia Fernández Jiménez, la niña fuengiroleña de 12 años que padece desde los siete años un tumor cerebral, así como también epilepsia y desorientación, viajará hoy lunes con sus padres, Pablo y Marisa, a Madrid para someterse en las próximas semanas a un tratamiento especial llamado Cyberknife tras la aparición de tres nuevos tumores en la cabeza durante el pasado mes de septiembre: dos nódulos de dos milímetros en el cuerpo del ventrículo izquierdo y un nódulo de 10 milímetros en el asta occipital del ventrículo lateral derecho.

Fue el viernes por la tarde cuando los servicios centrales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de la Junta de Andalucía, con sede en Sevilla, dieron el visto bueno a que Patricia Fernández reciba el tratamiento de radioterapia con Gamma Knife a nivel de las lesiones cerebrales, después de que hubieran sido enviado los documentos desde el Hospital Carlos Haya a Sevilla el pasado día 5 de octubre.

La madre quiere mayor implicación del instituto

  • Marisa Jiménez está descontenta con la dirección del IES Eduardo Janeiro de Fuengirola, al que suele acudir su hija Patricia dos horas diarias. La progenitora considera que la directora, Concha Cuevas, «no se ha tomado suficientemente en serio» la enfermedad de Patricia. Desde el 29 de septiembre, último día que acudió la niña al instituto, a raíz de un incidente con una monitora, recibe clases en casa por parte de una maestra del Aula Hospitalaria de Atención Domiciliaria.

  • «Fue tras el incidente con la monitora, que cada día la atendía 15 minutos más tarde y que ese día cogió del brazo a mi niña, la zarandeó y la castigó en el suelo, dándole la espalda pese a que podía haberle dado una crisis, cuando la directora me preguntó qué pautas debía seguir con Patricia, algo que debía haber hecho al entrar al instituto, dos semanas antes. Patri solo cuenta con libros de cuatro asignaturas de las 11 que tiene este año, y además uno de ellos ya ha sido usado años atrás, cuando mi hija necesita, por la enfermedad, libros nuevos o recién desinfectados con alcohol. Nos ha dado algunas fotocopias en blanco y negro, cuando se pide que identifique los colores. Pero lo peor es que la niña viene con la botella de agua llena, sin haber bebido pese a que debe estar hidratada», explica Marisa, que primero solicitó el cambio de monitora, si bien ha reconsiderado la decisión y espera reunirse con ella y con la directora, cuando Patricia se reincorpore al instituto.

  • La Delegación de Educación sí se ha preocupado por la situación de Patricia. «Me han recomendado desde Necesidades Educativas Especiales que le dé otra oportunidad a la monitora. Espero un cambio de actitud de la directora», concluyó Marisa. Este periódico ha intentado contactar con la dirección del IES, sin obtener respuesta.

La diputada por el Parlamento de Andalucía Esperanza Oña se interesó personalmente por la situación de la joven el pasado jueves, cuando llamó por teléfono a la madre y le comunicó que había hablado con el consejero de Salud para agilizar los trámites acerca de la gestión de los documentos para la firma de aprobación del tratamiento, que es muy costoso. Las personas enfermas de cáncer no pueden someterse a este tipo de intervención en cualquier momento, pero los padres, que están sumamente preocupados por el estado de salud de su hija, consideran que no puede dilatarse más la situación y que es el instante de actuar, una vez que tenían en su poder el informe del radioncólogo.

Reconocimientos

«Desde el Instituto Madrileño Oncológico (IMO) nos comunicaron a finales de septiembre que Patri ya era candidata a someterse al tratamiento, que cuesta más de 100.000 euros. Ahora está fuerte para hacerlo. El año pasado estaba casi siempre con la tensión baja, su cuerpo no estaba para enfrentarse a algo así. No podemos esperar a que se ponga peor, y gracias a Dios ya viajamos a Madrid», expresó ayer la madre de Patricia, Marisa Jiménez, visiblemente emocionada.

Será hoy cuando viajen en tren, con el fin de acudir mañana martes al IMO para que le realicen numerosas pruebas y, a partir de la semana próxima, volverán a Madrid para comenzar el tratamiento mencionado en el Hospital San Francisco de Asís de la capital madrileña, una intervención que correrá a cargo del doctor Rafael García García.

La madre llegó a recoger casi 35.000 firmas a través de la plataforma Change.org para que Patricia pudiera ir al Instituto de Educación Secundaria Eduardo Janeiro de Fuengirola, donde cursa estudios, acompañada de su perra de asistencia médica, Dora, ya que el can anticipa las tres o cuatro crisis diarias que sufre la pequeña. Tuvo que recurrir a Change.org, porque Andalucía es una de las comunidades donde no hay una regularización específica para que los alumnos puedan acudir a los centros de enseñanza con perros de asistencia médica o con perros de terapia. Patricia tendrá que despedirse durante varias semanas de Dora, que mientras dure el tratamiento la esperará en K9 Málaga, la empresa donde es adiestrada.

«Con Dora va muy bien, es una perra muy cariñosa. Pero no podemos arriesgarnos cuando tenga las defensas bajas. Llevamos año y medio detrás de este tratamiento. No todo el mundo puede tenerlo, ya que se da en tres o cuatro tipos de tumores. Como el resto de la metástasis está parada, me dijeron que es compatible», indicó Marisa.

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