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Víctor Navas, alcalde de Benalmádena (archivo).
Benalmádena, la llave

Benalmádena, la llave

Ciudadanos supedita el comienzo de las negociaciones con el PSOE para un posible pacto en la Diputación a que Conejo censure el acuerdo alcanzado entre Navas y los exconcejales naranjas

Alberto Gómez

Viernes, 23 de septiembre 2016, 01:18

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Benalmádena no sale de su atolladero político. A la crisis abierta entre el alcalde, Víctor Navas, y varios de sus concejales y socios de Gobierno se suma ahora la decisión de Ciudadanos de bloquear las negociaciones con el PSOE a nivel provincial hasta que los socialistas censuren el acuerdo alcanzado en el municipio costero. En abril, Navas integró en su Ejecutivo local a los tres concejales expedientados por Ciudadanos, que desde comienzos de legislatura tenían asignado el mismo sueldo que los ediles del equipo de Gobierno pese a estar en la oposición. Los de Albert Rivera entendieron que los salarios del organigrama habían sido pactados previamente por sus concejales a cambio de apoyar la investidura de Navas y en contra de la directriz de dejar gobernar a la lista más votada, en este caso el PP. Ciudadanos acabó expulsando a su portavoz, Bernardo Jiménez, cuya salida propició que sus dos compañeros de bancada solicitaran la baja como afiliados antes de la resolución de sus expedientes disciplinarios.

Ciudadanos señala ahora hacia Benalmádena cuando el PSOE llama a su puerta para un posible acuerdo en la Diputación de Málaga. El portavoz naranja, Gonzalo Sichar, instó la semana pasada al líder del PSOE en el órgano supramunicipal, Francisco Conejo, «a censurar» públicamente la integración de los exconcejales naranjas en el Gobierno de Navas: «No me voy a reunir para hablar de regenerar la Diputación mientras no se resuelva el tema de Benalmádena». Este escenario pone en un brete al alcalde, enfrascado estos días en promocionar su gestión a través de redes sociales después de que se hiciera público que, pese a su reiterado compromiso electoral de retirar de las responsabilidades de gobierno a los ediles imputados, mantiene en el Ejecutivo local al edil socialista Manuel Arroyo, investigado por presuntos delitos de prevaricación continuada, malversación y tráfico de influencias.

El procedimiento judicial abierto contra el concejal de Economía también compromete a los exrepresentantes de Ciudadanos, ahora ediles no adscritos. La imputación de la presidenta del PP local y exalcaldesa, Paloma García Gálvez, por unas presuntas retribuciones ilegales a su exsocio de gobierno, Francisco Salido, fue el principal argumento esgrimido por Jiménez y sus compañeros de bancada para justificar el apoyo a Navas. Al gobernar con Arroyo en una situación judicial idéntica a la de García Gálvez, los exconcejales naranjas quedan atrapados en su propia contradicción. Tampoco el resto de partidos que forman parte de la coalición presidida por el PSOE de Navas -Costa del Sol Sí Puede, Izquierda Unida y Alternativa por Benalmádena- se han pronunciado sobre esta situación.

Jiménez, ahora portavoz del grupo no adscrito y segundo teniente de alcalde, rompió ayer su silencio para acusar a Sichar de tener «una doble vara de medir» y de «ir de farol y engañar» a los votantes de Ciudadanos. «La verdad es que Sichar no se reunirá con el PSOE para regenerar la Diputación porque, de producirse esa regeneración, él podría ser uno de los primeros perjudicados», afirma el exedil naranja.

Por su parte, el PP de Benalmádena solicitó ayer que se investigue la filtración del informe sobre las presuntas irregularidades cometidas en Puerto Marina. Con esta petición, los populares ya han hecho más esfuerzos por saber cómo se han hecho públicas estas supuestas ilegalidades que por frenarlas e investigarlas. Ver para creer. Benalmádena merece más.

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