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La presidenta de Afesol, Conchi Cuevas (a la derecha), junto a una usuaria. :: M. Gámez
Objetivo: un hogar para los enfermos mentales

Objetivo: un hogar para los enfermos mentales

La asociación Afesol reivindica una residencia con una veintena de plazas para mejorar la atención a los pacientes

MIGUEL GÁMEZ

Domingo, 31 de julio 2016, 01:13

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Afesol, la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental en la Costa del Sol, reivindica una casa hogar en Mijas. Este colectivo, que nació con un grupo de seis familias y que se constituyó oficialmente el 2 de septiembre de 1999, dispone de centros de día en Benalmádena Costa y en Las Lagunas (Mijas Costa), de 10 pisos para los usuarios (entre Mijas y Fuengirola, cedidos, en alquiler o en propiedad), así como de una casa hogar en Ojén, en un edificio alquilado, pero necesita una casa hogar, una especie de mini residencia, en el término municipal de Mijas. Se trata de una asociación cuyos fines son similares a los que tienen Afenes (Asociación de Familiares con Enfermos de Esquizofrenia de Málaga), Adusnax (Asociación de Usuarios de Salud Mental de la Axarquía) y Alfarala (Asociación de Usuarios de Salud Mental de Málaga).

Conchi Cuevas González (Mijas, 1945) no solo es la presidenta de Afesol, sino también el alma de este colectivo de ámbito provincial que atiende cada día a 35 usuarios en el centro de día de Las Lagunas, con edades comprendidas entre los 19 y los 65 años. «Necesitamos una casa hogar para dar más recursos y crear veinte plazas en una mini residencia para personas con enfermedad mental. Sería para personas muy deterioradas, con lo que albergaría, además, un Centro de Estancia Diurna para atender a 40 personas diariamente», expresa Cuevas, convencida de que el Ayuntamiento de Mijas no pondría ningún obstáculo a la hora de ceder el terreno donde se construiría la casa hogar.

«Estoy segura de que el Ayuntamiento estaría dispuesto a facilitar 1.000 metros cuadrados, que es lo que hace falta, pero para ello se necesita voluntad política», señala la máxima responsable de Afesol, quien nunca ha tenido 'pelos en la lengua' cuando se ha tratado de defender los intereses de los más necesitados, sobre todo de este colectivo que, pese a la trascendencia de su situación, es uno de los más vulnerables hoy en día. «Salvo en países como Inglaterra, donde tienen el doble de recursos para los enfermos mentales, se trata de un colectivo olvidado. Desde el inicio de la asociación, reivindicamos que allá donde se necesite, se pongan en marcha las prioridades de Afesol, que se cumpla el Estatuto de Autonomía y la Ley de la Sanidad. Todos coinciden en que es un colectivo vulnerable y debe tener derecho a actuaciones específicas, pero no es así», recrimina Cuevas, que apunta directamente a la Junta de Andalucía como responsable de la falta de recursos humanos y materiales para atender de una forma más digna en la actualidad tanto a los enfermos mentales como a sus familiares.

«En la Junta de Andalucía son especialistas en poner trabas, cuando deberían dar soluciones. Una ONG como nosotros no debería estar poniendo dinero. La Junta está provocando un perjuicio muy grande a todas las asociaciones que luchamos por personas con enfermedad mental, entre las que se encuentran nuestros hijos, hermanos, padres, etc.», puntualiza.

Más recursos

Y es que a través del convenio que tiene Afesol con FAISEM (Fundación Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental), dependiente de la Junta, tienen contratada a una sola trabajadora en el centro de día de Mijas, Carolina Arbós (psicóloga, pero en calidad de monitora ocupacional), que es quien en teoría debería atender a los 35 usuarios, una misión que según Conchi Cuevas se antoja imposible para un solo empleado, por lo que Afesol decidió contratar en 2013 a otra persona, el psicólogo Gustavo Acín.

Conchi Cuevas asegura que en Afesol necesitan contar con dos trabajadores más. «No necesitamos una bomba de cobalto ni un quirófano de última generación, sino solo espacio y personal», defiende Cuevas, que también solicita a los ayuntamientos de Benalmádena, Torremolinos, Fuengirola y Mijas aparcamientos para que puedan llevarlos los usuarios y así facilitarles trabajo. «Ya los hemos pedido. Aunque tengan una enfermedad mental, hay gente capacitada para trabajar. Los discapacitados intelectuales dan pena, mientras que los mentales dan miedo. El enfermo mental no es un delincuente. Por uno que mata, pagan todos los demás. Los estigmas se dan porque no tenemos los recursos adecuados. y acabarán cuando se les trate como a iguales. ¿Cuántas personas matan a sus mujeres, cuánta violencia de género hay en España?», se pregunta la presidenta.

Por su parte, la única empleada contratada a través de FAISEM, cuenta en qué consiste su trabajo. «Soy monitora ocupacional, pero en realidad llevo todo el centro, ya que me encargo de dar la medicación y el dinero (cada uno suele recibir tres euros diarios, para café o helado, al margen de un paquete de tabaco) a los que están por FAISEM e intento que estén ocupados durante dos horas», expresa Arbós, satisfecha aunque visiblemente estresada.

Desde las 9.30, cuando entran los usuarios al centro de día, momento en el que se reparte la medicación, hasta la hora de salida (13.30), salvo aquellos enfermos que tienen comedor (salen a las 17.00), todos los usuarios cuentan con una serie de actividades programadas, entre las que destacan el taller de manualidades (cerámica, pintura, jabones, pulseras y otros objetos) o la informática a través de ordenadores (de 10.00 a 12.00) y el paseo por la calle bajo la supervisión de un trabajador (12.00-13.30), salvo para aquéllos que prefieran ver la televisión, practicar juegos de mesa o formar parte del taller de lectura. «La mayoría de las enfermedades que tratamos tienen mejoría, pero no cura. Se puede hacer mucho, trabajando desde unas perspectivas conocidas de antemano y que varían según la persona», comenta Gustavo Acín, responsable del programa de Acompañamiento Integral, si bien especifica que se trata «de un trabajo en equipo» en Afesol, atendiendo a las personas con ansiedad, depresión mayor o trastornos de la personalidad. Además, Acín conduce de forma voluntaria, un programa de radio en Marbella llamado 'Travesías'.

«Los usuarios tienen más autonomía, viven en un piso, a veces en la casa familiar. Se les da más posibilidades de integración social. Hubo un caso de un usuario que salió del internamiento psiquiátrico a un piso. En otros países este trabajo está más desarrollado. Se pretende integrarlos a la salud en su conjunto. Países como Inglaterra o Polonia tienen el doble de trabajadores en la Salud Pública», sostiene el psicólogo, que explica los motivos por los que resulta clave contar con una casa hogar.

Diferente tratamiento

«Es muy importante. No es lo mismo tratar a una persona en un centro de salud, que sería de cinco a ocho minutos, que tenerlos en observación y tratamiento. Todos los días, de lunes a viernes, les acompañamos a hacer las compras y les enseñamos lo que deben saber para ser autónomos. Pretendemos que se deterioren poco, aunque necesiten una supervisión continua. Queremos que cada vez tengan más iniciativa», argumenta Acín.

Cuevas insiste en que la casa hogar es un reclamo permanente, asegura que las relaciones son buenas con los ayuntamientos y con FAISEM, y señala que los representantes públicos «deben replantearse que los recortes deben venir por ellos y no por colectivos como Afesol».

Juan Francisco del Campo, responsable provincial de FAISEM en Málaga, indica que «la necesidad de la casa hogar es la primera noticia que tengo. Lo normal es que lo planteen directamente a la gerencia. Los recursos que nos pongan son buenos, pero debe haber un equilibrio entre la oferta y la demanda».

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