«He dejado de creer en Podemos como una herramienta de cambio»

::Isabel Pérez (conocida como Chavela Cervantes) fue candidata al Senado por Benalmádena en las últimas elecciones generales. Seis meses después ha sido desplazada hasta la suplencia, una decisión que considera «profundamente antidemocrática» y que achaca a las críticas que durante el último año ha vertido contra los concejales de Costa del Sol Sí Puede en el municipio costero, a quienes acusa de «haber vendido su labor en la oposición por sueldos y cargos» tras aceptar entrar en el equipo de gobierno liderado por el socialista Víctor Navas, que en junio de 2015 accedió a la Alcaldía tras recibir los apoyos de 15 de los 25 ediles de la corporación municipal.

-En diciembre fue candidata al Senado por Podemos y ahora aparece como suplente. ¿A qué achaca ese cambio?

-Félix Gil pidió en la sede parlamentaria de Podemos en Málaga que me desplazaran o eliminaran de la lista por los supuestos problemas que había causado en Benalmádena. Y así fue. Se me ha boicoteado hasta dejarme como tercera suplente. Ha sido un acto profundamente antidemocrático. Hasta quienes fueron mis suplentes en diciembre me han pasado por delante. Las cuentas no salen.

-¿Cuándo comenzaron tus diferencias con Félix Gil?

-Desde las municipales. Necesitábamos una herramienta para concurrir a las elecciones, en este caso Costa del Sol Sí Puede, y Félix tuvo una reunión con varios secretarios generales de los municipios costeros y con Alberto Montero. Ahí empezaron los problemas.

-¿Por qué?

-Después de que Costa del Sol Sí Puede obtuviera dos concejales en Benalmádena dejaron de usar el consejo ciudadano de Podemos. Cortaron radicalmente la comunicación y dejaron de aparecer en las reuniones del consejo.

-¿Cuáles son sus diferencias con los ediles de CSSP?

-Formaron una mesa de negociación con Víctor Navas (entonces candidato socialista) de la que me excluyeron. Ahí no vi problema, porque aún confiaba en ellos, pero luego vendieron su papel en la oposición por sueldos y sillones. A partir de ahí, obviamente, hubo una ruptura. Yo jamás hubiera permitido eso. Todo se hizo en contra de las directrices de Podemos, violando el código ético del partido.

-Ellos alegan que aceptaron esos cargos para poner en marcha algunas de las líneas rojas de Podemos, como un portal de transparencia o una oficina de rescate ciudadano.