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Álvaro Guerra, en un partido con su equipo.
Álvaro Guerra: «La frialdad inglesa es un tópico; la mayoría de la gente es cercana»

Álvaro Guerra: «La frialdad inglesa es un tópico; la mayoría de la gente es cercana»

Fisioterapeuta y jugador de baloncesto, estuvo en la cantera del Unicaja y ahora es el fichaje estrella de los Nottingham Hoods, que ya han hecho una oferta para renovarle la próxima temporada

PPLL

Lunes, 30 de marzo 2015, 01:36

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La pasión de Álvaro Guerra por el baloncesto viene de familia. La cancha es su segunda casa desde bien pequeño, cuando su padre jugaba y su hermano entrenaba en Los Guindos. Comenzó a entrenar y con doce años entró a formar parte de la cantera del Unicaja, desde donde accedió a las selecciones malagueñas y andaluzas en categorías inferiores. Ahora, más de una década después, es el fichaje estrella de los Nottingham Hoods, un equipo semiprofesional que conquistó el Campeonato Nacional en 2010.

Graduado en Fisioterapia por la Universidad de Málaga, este torremolinense de 24 años no termina de acostumbrarse al hierático estilo de vida inglés. «Me cuesta adaptarme a los horarios de las comidas. Además, a las seis de la tarde es de noche, ya están todos los comercios cerrados y no hay nadie en la calle. Es complicado para alguien que viene de España», explica. Su experiencia, sin embargo, rompe el cliché de la frialdad británica: «Me llama la atención la cercanía de la mayoría de la gente, siempre dispuesta a echarte una mano si lo necesitas».

Pero la crisis ha golpeado con especial dureza al deporte semiprofesional y Álvaro ya planea regresar a Torremolinos para buscar trabajo como fisioterapeuta. Es el único jugador de su equipo que cobra. «Hay muchos menos patrocinios, y eso se nota», afirma. Entrena cada mañana y dedica las tardes a mejorar su inglés: «Al principio me costaba, sobre todo por el miedo a equivocarme por pronunciar mal alguna palabra, pero he mejorado mucho y es una de las mayores satisfacciones de esta aventura». La amistad con sus compañeros de los Hoods, formado por jugadores amateurs procedentes de países como Grecia, Estados Unidos, Polonia o Italia, le ha ayudado con el idioma.

Vive con una familia inglesa a la que asegura estar «muy agradecido» y después de cada partido es agasajado con jamón y chorizo «nunca he comido tanto embutido como aquí» porque en una ocasión dijo que echaba de menos la comida española. A pesar de que ya ha recibido una oferta de renovación para la próxima temporada, parece que la nostalgia ganará la partida esta vez: «Mi primera opción es regresar a España y aparcar el baloncesto, pero la vida da muchas vueltas».

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