Borrar
Manuela Heredia y Juan Amador, ayer junto a sus hijos.
«No tenemos nada que celebrar, esto es el tercer mundo»

«No tenemos nada que celebrar, esto es el tercer mundo»

Más de cien gitanos malviven desde hace cuatro décadas en el poblado chabolista de las Casillas de la Vía de Torre del Mar

Eugenio Cabezas

Sábado, 8 de abril 2017, 00:37

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«No tenemos nada que celebrar, esto es el tercer mundo». Con esta dureza respondían ayer Manuela Heredia y su marido, Juan Amador, cuando se les mencionaba que hoy se conmemora el Día Internacional del Pueblo Gitano, una efemérides que pasó inadvertida para los más de cien gitanos que malviven en las Casillas de la Vía de Torre del Mar, el último gran poblado chabolista que persiste en la provincia, descontando la barriada malagueña de Los Asperones.

Sobre las antiguas vías del tren que conectaba la capital malagueña con Ventas de Zafarraya, cuyo último viaje tuvo lugar en 1968, se instalaron a los pocos años las primeras familias de etnia gitana, hasta conformar un poblado en el que actualmente residen una treintena de núcleos familiares, hasta sumar más de un centenar de personas, de los que más de la mitad son menores. «Esto no es digno, aquí estamos como si no existiéramos para nadie. En invierno nos mojamos y pasamos frío, y en verano nos morimos de calor», resumió Heredia, sentada a la puerta de su chabola, pintada de verde, junto a dos de sus cinco hijos.

«Este pequeño es que está enfermo, tiene epilepsia, y cuando le dan los brotes no se le puede controlar, por eso no puede ir a la escuela casi nunca», explicó la mujer, de 34 años. El matrimonio sale adelante con los trabajos esporádicos que consigue Juan Amador «en la venta ambulante y la chatarra». «Los políticos nos tendrían que dar una vivienda de una vez, nos lo han prometido tantas veces, y luego se gastan los dineros en otras cosas», aseguró la esposa. Junto a ella estaban sus padres, que acuden a diario a visitarla, pues Heredia también está «enferma con artrosis».

«Viven como los bichos, tenemos agua porque la cogemos del riego y luz porque está enganchada, pero no tenemos nada más», afirma la madre de Manuela Heredia, quien vivió «muchos años» en Casillas de la Vía pero consiguió un inmueble en la barriada de la Cuesta del Visillo. «Se gastan los dineros en muchas rotondas, esculturas y en jardines, pero para nosotros no hay solución», se quejó el marido.

A pocos metros está la chabola de José Vargas, tío de Manuela Heredia, «porque aquí prácticamente todos somos familia», aclaró este hombre de 58 años, que trabaja también en la venta ambulante. Tiene siete hijos, 14 nietos y un bisnieto, «la mayoría viven aquí», matizó orgulloso, sentado a la puerta de su casa junto a uno de sus nietos.«Tiene asma y por eso no ha ido al colegio», aclaró.

Vargas es de los pocos vecinos de Casillas de la Vía en cuyo DNI aparece la dirección de este poblado totalmente olvidado por las administraciones públicas. «Seremos apenas cinco o seis personas, eso es porque llevamos tantísimos años, ya por último el Ayuntamiento no quiere que se empadrone más gente aquí», apostilló. El poblado recibe ayuda puntual de Cáritas, a través de la parroquia de Torre del Mar. «Cuando empieza el curso nos traen un estuche con colores», dijo Juan Barranco.

La mala fama del poblado chabolista de Torre del Mar es algo que estos gitanos quieren desmentir. «Habrá algunos que estarán metidos en líos y cosas feas, pero por lo general aquí todo el mundo se busca la vida dignamente, otra cosa es que no haya trabajo», manifestó Juan Amador, de 35 años. Preguntado sobre si la Policía acude a menudo a la zona, señaló que «entran de vez en cuando con los coches como si esto fuera suyo, pidiéndonos los DNI».

Último acuerdo plenario

El proyecto para desmantelar el poblado chabolista de Torre del Mar ha venido planteándose desde hace al menos quince años, sin que hasta el momento se haya materializado. En 2003 el Ayuntamiento llegó a firmar un convenio con la Junta de Andalucía por el que recibió una subvención de 800.000 euros para construir viviendas en las que realojar a las familias, una iniciativa que no se llevó a término, por lo que el dinero fue devuelto a la Administración.

En un pleno celebrado a finales del pasado octubre se aprobó una moción para pedir a la Junta la cesión o transmisión de los derechos urbanísticos que tiene en la zona del ensanche oeste del núcleo de Torre del Mar, con el fin de lograr la financiación que permita erradicar el poblado chabolista. La moción, presentada por el grupo del PP y que fue aprobada por unanimidad de todos los grupos (PSOE, PA, GIPMTM, IU y el edil no adscrito, José Antonio Moreno Ocón) propone la fórmula de sumar los aprovechamientos urbanísticos que Junta y Ayuntamiento tienen en la zona para lograr la financiación que permita construir un edificio de pisos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios