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El joven investigador torroxeño, de 27 años, ha completado un máster de Virología en Madrid. :: e. cabezas
Ingeniería genética para frenar el sida

Ingeniería genética para frenar el sida

El joven investigador Óscar Jurado se marca la meta de recaudar un mínimo de 150.000 euros para una investigación que acabe con el uso de los antirretrovirales en el VIH

eugenio cabezas

Domingo, 11 de diciembre 2016, 00:58

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Descubierto hace apenas 35 años en Los Ángeles (EE UU), actualmente hay cerca de 38 millones de infectados por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), de los que aproximadamente la mitad no lo saben. Esta circunstancia es lo que hace, precisamente, que su propagación sea exponencial, a un ritmo de 4.000 nuevos casos al año sólo en España.

Hasta el momento, no hay una cura para el VIH, de manera que los medicamentos antirretrovirales lo único que hacen es alargar la vida de los pacientes infectados, pero a costa de tener numerosos efectos secundarios, además de un elevado coste para el sistema sanitario público de los países. De media, cada paciente precisa de 7.000 euros al año, por lo que, sólo en nuestro país, el gasto público en este ámbito se eleva hasta los 490 millones de euros, ya que hay unas 70.000 personas con serología positiva, sobre un total de entre 150.000 y 180.000 afectados.

Con estos mimbres, un joven investigador nacido en Torrox hace 27 años, Óscar Jurado, se ha propuesto revertir esta situación y poner freno a una de las mayores pandemias que amenazan al mundo. Para ello, está impulsando un proyecto científico pionero que busca hallar una cura funcional para erradicar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), responsable de la enfermedad del sida, con la aplicación de técnicas de ingeniería genética, una línea de investigación que difiere de las que buscan nuevos tratamientos antirretrovirales. Jurado, que se licenció en Biología por la Universidad de Málaga y posteriormente cursó un máster en Virología en la Universidad Complutense de Madrid, investigó después en el Centro Nacional Microbiología del Instituto de Salud Carlos III.

Bajo el paraguas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y de su Fundación, y a las órdenes del jefe del área de enfermedades infecciosas de este centro hospitalario, Santiago Moreno, Jurado necesita ayuda económica mínima 150.000 euros para costear su contrato durante el desarrollo del proyecto y los gastos derivados del trabajo científico, que comenzará con pruebas en el laboratorio para, en una segunda fase, experimentar con animales. «Si consiguiéramos el dinero, en un periodo de 4 a 5 años podría tener resultados concluyentes in vitro, que en fases posteriores pudieran conducirnos a una posible cura funcional y efectiva contra el VIH », sostiene esperanzado este joven, quien reconoce, no obstante, las dificultades, debido a la reducción de las ayudas para la investigación científica y a las reticencias que despierta su proyecto entre las farmacéuticas.

Según Jurado, su método para la cura consiste en la manipulación genética del VIH para que no sea patógeno, de forma que al introducirlo en un individuo infectado pueda suprimir la expresión del virus. Debido a esta acción, se suprimiría la capacidad replicativa del VIH, que permanece en estado de latencia en las denominadas células de memoria en reposo, frente al cual los tratamientos antirretrovirales que se emplean actualmente resultan ineficaces. «Los antirretrovirales son eficaces y permiten tener una evolución controlada del virus, pero son incapaces de ejercer la función deseada en determinados órganos donde el virus replica en niveles residuales», sostiene el científico.

Ayuda a enfermedades

Esta propuesta se centra en «utilizar la terapia génica, para establecer de forma estable pequeños ARN de interferencia ('siARN') que supriman y eviten la replicación y génesis de nuevos viriones en caso de reactivación», un objetivo que Jurado considera «realista» y que podría tener además sinergias con otras estrategias terapéuticas. «Abriría la puerta a tratar con esta técnica otras enfermedades como la diabetes o algunos tipos de cáncer», aclara.

El científico torroxeño considera «elevadas» las posibilidades de que su proyecto logre erradicar esta enfermedad y se marca un plazo de entre cuatro y cinco años para desarrollarlo «in vitro». El proceso lo hará con el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

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