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Salvador Domínguez, de 46 años, a las puertas de la cavidad. :: e. c.
Un suizo en busca del tesoro de la Cueva

Un suizo en busca del tesoro de la Cueva

El abogado y escritor Salvador Domínguez ahonda en la figura del explorador que pasó 30 años en la gruta y que murió en una explosión

EUGENIO CABEZAS

Domingo, 24 de julio 2016, 00:36

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EUGENIO CABEZAS

A Salvador Domínguez (Málaga, 1969) siempre le han apasionado los temas de la historia local de Rincón de la Victoria, donde reside desde que nació. En su primera novela, este abogado profundizó en los llamados sucesos de Benagalbón, ocurridos en 1914, tras la muerte de un guardia civil. Con 'Marengo' consiguió gran éxito, llegando a estar entre los diez finalistas del Premio Planeta en 2012. Ahora, en su segundo trabajo novelístico, 'El helvético soñador' ha elegido la enigmática figura del suizo Antonio de la Nari, quien permaneció treinta años, a mediados del siglo XIX, buscando el famoso tesoro de la Cueva de los Acantilados del Cantal a la que da nombre.

«Apenas hay dos referencias escritas sobre la vida de este hombre. Sólo se sabe que en 1874 Francisco Bergamín García, que llegó a ser ministro del rey Alfonso XIII y decano del Colegio de Abogados de Málaga, escribe en la revista 'El Museo' un texto en el que cuenta que tras visitar la gruta localizó una inscripción a mano de él. Posteriormente, en 1874 hay otra mención en la que se refieren a él como el 'iluso conocido por el Suizo'», comenta Domínguez.

Al margen de estas dos menciones escritas, la persona que más había profundizado hasta ahora en la figura de De la Nari era el profesor rinconero Manuel Laza Palacio, quien en 1951 heredó la gruta. En su novela 'Mismiliana o El Tesoro del Suizo', el que está considerado como el redescubridor de la cavidad que presume de ser la única de origen submarino visitable de Europa, ya apuntó que este explorador helvético podría haber llegado a España para alistarse como integrante de la guardia Valona.

Una leyenda

«A partir de ahí lo que hago en mi novela es recrear la vida de Antonio de la Nari, cómo fue su llegada a España, cómo conoció la leyenda del tesoro en la Cueva, y sobre todo como tuvo que ser su vida en la zona durante 30 años, que los pasó poniendo dinamita para explorar nuevas zonas», describe el autor del libro, de 281 páginas y editado por Ediciones del Genal. Aunque, lógicamente, no quiere desvelar el final de la historia, todo el mundo sabe que este 'helvético soñador' murió como consecuencia de una de aquellas terribles explosiones. De hecho, en la gruta, que recibe hoy en día a una media de 29.000 visitas al año, hay un agujero que se conoce como 'el pozo del suizo'. No obstante, nunca se han encontrado los restos de este peculiar arqueólogo romántico de mediados del siglo XIX.

«Es muy difícil concretar cuándo se produce la muerte, pero está claro que tuvo que ser hacia mediados de ese siglo XIX», considera Salvador Domínguez, quien también se confiesa un apasionado de la política local. De hecho, llegó a ser, en 2009, alcalde accidental de Rincón, durante seis meses, tras el ictus que sufrió el líder del desaparecido Partido Social Independiente (PSIRV), José Miguel Fernández 'Carloni', que en aquella legislatura compartió la alcaldía con el PSOE.

Domínguez no se quiere mojar acerca del futuro de la cavidad, cuyo contrato de alquiler vence en 2022, después de que se abriese en 1992, al alcanzar un acuerdo de arrendamiento con los herededores del profesor Manuel Laza Palacio. «Su hijo Manuel Laza Cerón tiene claro que la cueva tiene que seguir abierta y hay que hacer mejoras para que sea aún más conocida y atractiva», apostilla.

Desde hace años hay en marcha un trámite para su expropiación. El Ayuntamiento tasó la gruta en 2009 en 91.827,45 euros, frente a los entre cuatro y seis millones que piden los dueños de la cavidad rinconera.

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