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Sánchez Haro: «La sequía no es solo por falta de lluvias: hacen falta obras»

Sánchez Haro: «La sequía no es solo por falta de lluvias: hacen falta obras»

El Consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo defiende un límite a las ayudas directas de la PAC por arriba para proteger al pequeño agricultor: «No puede ser que quien más hectáreas tenga reciba más dinero»

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Domingo, 18 de febrero 2018, 01:00

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Para el consejero de Agricultura de la Junta, Rodrigo Sánchez Haro (Turre, Almería, 1969), este es un año de tres grandes desafíos para el campo andaluz: la sequía, el inicio de la negociación de la Política Agraria Común (PAC) con vista al marco presupuestario de la Unión Europea a partir de 2020 y los aranceles de Donald Trump a la aceituna de mesa. Sánchez Haro, abogado de carrera, con experiencia política como concejal de su pueblo y diputado regional, adquirió fama de correoso pero también de buen talante negociador en la comisión de investigación del caso de los cursos de formación en el Parlamento. Un carácter que necesitará para lidiar con esos tres asuntos. En esta entrevista habla además de la primera ley de Agricultura andaluza, que el Consejo de Gobierno aprobará en pocas semanas.

-¿Cuál es la situación del campo andaluz por la sequía?

-Aunque las últimas lluvias han paliado la situación de forma mínima, sigue habiendo problemas de sequía en varias zonas. Las zonas con más escasez de agua están en la Almanzora, en Almería, como consecuencia de haber cortado el trasvase del Negratín. Hay también en algunas partes de Málaga y problemas centrados en la ganadería en Córdoba.

-¿Qué puede paliar el decreto que prepara la Junta?

-El decreto de Medio Ambiente va destinado fundamentalmente a garantizar el consumo humano de agua. Para el campo vamos a tomar determinadas medidas con exenciones y bonificaciones. Se flexibilizará el cumplimiento de obligaciones en los programas de desarrollo rural. Las ayudas directas de la PAC, normalmente se anticipa el 50%, el pasado año anticipamos el 70% y este año haremos lo mismo. La partida para seguros la hemos incrementado de seis a 7,7 millones de euros, se bonifica el precio para que sea más fácil que los agricultores contraten seguros. También hemos tomado iniciativas para que al ganado le llegue agua.

-¿Qué cultivos pueden verse más afectados?

-Los cítricos en Almanzora por causa del trasvase del Negratín, casi 20.000 hectáreas. Por eso hemos pedido al Gobierno de la nación que permitiera un trasvase. La sequía en Andalucía no es solo por escasez de lluvias, hay problemas estructurales, faltan obras hidráulicas que el Gobierno no hace, como las estaciones depuradoras de Adra, El Ejido, Roquetas, la ampliación de la desaladora de Carboneras que vendrían a aportar 150 hectómetros cúbicos de los 170 que se sabe que hacen falta. La Junta también tiene en proyecto depuradoras que vendrían a aportar tres hectómetros cúbicos, por eso digo que aquí lo importante es el déficit y la cantidad de agua para salir adelante. Almería, igual que Granada y Málaga necesitan las obras pendientes.

-En Málaga hay una petición de trasvase de agua del sector del aguacate en la Axarquía para que este cultivo pueda garantizar su expansión. ¿Qué piensa de ello?

-Me parece fundamental. Insisto, hay un problema estructural que solo puede arreglarse con las obras pendientes que el Gobierno no ejecuta. Málaga está pendiente del recrecimiento de la presa de la Concepción y de conducciones, del trasvase de Iznájar a la comarca de Antequera. Son obras fundamentales porque tenemos un problema de déficit hídrico, hay una serie de recursos que están ahí y que deberíamos darle uso. Mientras, en Málaga vamos a sacar una línea de ayudas para ampliar la depuradora de Vélez y poder utilizar aguas regeneradas en los cultivos.

Pacto por el agua

-El PP pide un pacto por el agua...

-Cuando el PP me habla del pacto del agua, yo les digo, si por pactar, podemos pactarlo todo, nos sentamos y hablamos, pero cada uno tiene que acometer sus competencias, si mi obligación en Málaga es sacar esa línea de ayudas para las aguas regeneradoras en la zona de la Axarquía, el Gobierno tiene que cumplir también con las suyas. ¿Por qué no lo hace? Estamos teniendo una desventaja competitiva con otras zonas. Nos pasa con el gua desalada en Almería. El Gobierno de España decide bonificar el agua desalada en Alicante y Murcia con ocho millones de euros, y en las desaladoras de Andalucía no. Lo que ha hecho es inyectarle ocho millones de euros a Acuamed para que bajen sus pérdidas. Aquí lo que hay que hacer una ley nacional que regule el agua desalada y no haya privilegios de unas comunidades con otras. Aquí hay un problema serio. A los agricultores de Murcia y Alicante les está costando el agua la mitad que a los de otras provincias andaluzas.

-Cuando hay sequía siempre se recuerda que la agricultura se lleva el 80% de recursos hídricos y el consumo mucho menos. ¿Eso le pone trabas a la expansión de determinados cultivos?

-Si algo hemos hecho bien en Andalucía es el regadío, con independencia de todas las mejoras que hay que hacer para seguir avanzando. El riego en Andalucía es el 75% de la superficie agraria, mientras que en el resto de España está en torno al 49%. Si hay algo puntero en Andalucía es sacar la máxima rentabilidad y eficiencia a cada gota de agua. Hemos hecho de la necesidad una virtud y hemos modernizado mucho nuestros regadíos, hacerlos más sostenibles y eficientes. Entre inversión pública y privada se ha destinado a la modernización del regadío en Andalucía en los últimos años más de mil millones de euros. En Navarra para producir una hortaliza se gasta 15 veces más agua que en Almería o Granada. Ves un campo de lechugas y no ves una gota de agua y, sin embargo, la lechuga está perfecta.

Reforma de la PAC

-El decreto de sequía del Estado con exenciones fiscales y retrasos en pagos a la Seguridad Social dejó fuera a Andalucía. ¿Qué ha hecho la Junta?

-Eso ya se está arreglando, tuvimos una entrevista con la ministra (Isabel García Tejerina) y en el trámite en el Congreso se va a contemplar Andalucía. Eso viene a ayudar, pero del Estado lo que necesitamos es menos declaraciones de intenciones y más obras hidráulicas que tienen pendientes. Que en Andalucía no deberíamos tener limitaciones, que tenemos el mar Mediterráneo para desaladoras.

«No estamos de acuerdo en la cofinanciación. Eso afectaría a todos los alimentos que necesitamos en Europa»

-Sobre la reforma de la PAC, la Junta se ha mostrado en contra de la cofinanciación de las ayudas agrícolas europeas. ¿Por qué? ¿Qué implicaría para el campo andaluz?

-Sobre la reforma de la PAC, lo primero que defendemos es mantener los recursos financieros para el campo y luego hay otros factores. Andalucía ha hecho muy bien con mantener la población en el territorio, ha logrado que no haya despoblamiento, no solo con la política agraria, sino por otras transversales como la sanitaria, educativa, tener en cada pueblo nuestro pequeño centro de salud, colegios, todo eso hace que la gente se quede en el territorio. Eso tenemos que ponerlo en valor y la PAC debe perseguir mantener a la gente en el territorio, por eso defendemos que dé cobertura a los pequeños y medianos agricultores, es fundamental, no solo se debe tratar una PAC para los grandes, los pequeños son los que van a quedarse en el territorio y vertebrar este.

-Le preguntaba también por la cofinanciación y por qué está Andalucía en contra.

-Nosotros no estamos de acuerdo en la cofinanciación. Lo que supondría es romper uno de los pilares básicos de la PAC, porque si dejamos en manos de cada estado que aporte lo que considera oportuno, entonces no va a ser una política agraria común, sino lo que cada estado quiera aportar y apostar. Y eso va afectar a todos los alimentos que necesitamos en Europa. El pilar básico de la PAC no debe estar en la rentabilidad de las explotaciones, sino también en otros valores que aportar a la sociedad, como la fijación de la población en el medio rural, la seguridad de su renta, o, por ejemplo, el medioambiental del olivar, que en Jaén constituye todo un sumidero de C02. Sin la PAC, alguna parte de ese olivar sería desierto. Hay cultivos que no existirían.

-¿Cuáles serán sus peticiones?

-Lo primero un presupuesto fuerte. La PAC empezó siendo un 70% del Presupuesto y ahora estamos en el cuarenta y tantos por ciento. Lo que decimos es que si cada estado tiene que aportar más, que lo aporte, es lo que hemos dicho al Gobierno de España. Que se dote financieramente a la PAC, ese es el primer caballo de batalla. Esto es fundamental para el mundo rural. También defendemos que las ayudas tienen que tener un límite por arriba, lo que llamamos 'capping', no puede ser que cuanto más hectáreas tengas, más dinero recibas. Nosotros vamos a defender la figura del pequeño y mediano agricultor, el agricultor activo y los valores ambientales.

-¿Es un mito o es verdad que los que más dinero se llevan de las ayudas de la PAC no son los agricultores sino inversores en tierras?

-Eso es una realidad porque no se ha establecido el límite por arriba. En el momento en que tengamos ese límite, tendremos más ayudas para los pequeños y medianos agricultores. En Andalucía hay 250.000 perceptores de la PAC, pero los que cobraban menos de 300 euros han dejado de recibir esa ayuda, el olivar de montaña no está percibiendo, queremos también que la uva pasa esté recogida, entendemos que tienen que recibir esa ayuda.

-La visita del comisario Phil Hogan esta semana ¿ha tranquilizado sobre el futuro de la PAC?

-No ha tranquilizado. Comparte algunos aspectos, pero no nos garantizó que vayamos a tener presupuestos suficiente.

-Una pata importante de las ayudas europeas en Andalucía van al relevo generacional. Las organizaciones se quejan de que se paga con retraso. ¿Es así?

-El comisario Phil Hogan ya dijo que Andalucía es ejemplo en el relevo generacional en el campo. El marco 2014-2020 tiene de presupuesto 90 millones de euros. En 2018 no solo hemos sacado el programa previsto hasta 2020 sino que lo hemos aumentado hasta los 150 millones de euros. Somos la comunidad que más dedica al relevo generacional. Eso nos ha permitido que se incorporen 2.500 jóvenes desde 2015. En cuanto a los pagos, ha habido dos convocatorias y los plazos se están cumpliendo, pero hay que tener en cuenta que es un plan plurianual y el plazo para ejecutarlo es hasta 2023.

Aranceles de Trump

-¿Qué posibilidad hay de que España le gane la batalla de los aranceles que Trump quiere imponer a la aceituna de mesa andaluza?

-La batalla tiene varias partes. Se han abierto dos procesos, antidumping y antisubvención (europea). La primera era de aportar documentación. Hemos aportado miles de datos y documentación al Gobierno americano. Los inspectores americanos han venido a hacer la verificación y todavía están por aquí, primero fueron a Bruselas, luego a Madrid, a la Junta y ahora están con las empresas. Los datos que le hemos dado los han mirado de forma aleatoria. Hay expedientes que se han ido a los años 90, es una aberración cuando no hay una obligación legal de las empresas de aportar una documentación de tan largo tiempo, nosotros, porque tenemos archivos en la Junta. Imagínese el trabajo. Hasta 15 personas de alta cualificación hemos puesto a trabajar en ello.

-Con esa aportación de datos, ¿qué pretende demostrar la Junta?

-Que las ayudas son legales y son las que se recogen en la caja verde (en las que están todas las que conceden todos los países). Y son ayudas que no distorsionan el mercado, como dicen, porque no están destinadas a la producción. A partir de ahora, ellos tienen que decidir si se corresponde o no. Me parece una autentica barbaridad lo que está planteando Estados Unidos (incrementar los aranceles alegando competencia desleal con las empresas americanas por las ayudas europeas).

-¿Y ahora qué es lo que queda?

-Ahora lo que queda es la principal batalla, la diplomática y ahí es el Gobierno de Mariano Rajoy el que tiene que coger la bandera y ponerlo en su agenda como algo prioritario. Estamos en una situación de alto riesgo, porque cuando entras en la fundamentación que utilizan para calcular los aranceles, han llegado hasta el 22%, pero podían haber llegado al 40%. Trump quiere ventaja en el mercado de las empresas americanas, allí el 30% del mercado lo tienen empresas españolas. Ellos dicen que las nuestras tienen ventajas competitivas porque están subvencionadas, pero las mismas ayudas que ellos allí, que no distorsionan el mercado, lo que pasa es que nuestras empresas tienen más experiencia y están haciendo mucho trabajo en innovación.

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