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cecilia cuerdo
Miércoles, 16 de mayo 2018, 01:00
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La lancha rápida que el pasado lunes arrolló a un niño de 9 años en una playa de Algeciras (Cádiz) y le causó la muerte había colaborado en la logística de operaciones de contrabando de drogas, según confirmó ayer la Policía Nacional. Esta versión contradice a la ofrecida por el propio ministro del Interior, quien insistió en que la embarcación no es una 'narcolancha'. «Ninguna de las dos lanchas involucradas ha estado dedicada al narcotráfico», zanjó desde Sevilla Juan Ignacio Zoido.
Fuentes de la Policía Nacional explicaron que la barca neumática fue interceptada el pasado 26 de abril en una operación antidroga. Los agentes la localizaron repleta de bidones de gasoil, lo que les hizo sospechar que realizaba labores de apoyo para «probablemente surtir a otras embarcaciones que sí pudieran estar dedicándose directamente al narcotráfico». Pese a estos indicios, fue la falta de documentación lo que les permitió confiscar la embarcación.
El dueño de la misma, el hombre que la pilotaba en la tarde en que murió el menor, acudió ese mismo día junto a un acompañante a dependencias policiales para recuperarla, aportando toda la documentación exigida. Según indican las fuentes, recuperó la barca apenas una hora antes del siniestro. Desde ese momento se dedicó a realizar maniobras temerarias en la playa.
La Policía Nacional estrecha el cerco sobre los responsables de la agresión a un grupo de guardias civiles el pasado sábado en Algeciras. Las detenciones se elevan ya a siete, entre ellos cuatro personas con antecedentes por narcotráfico, aunque hay otras cinco personas identificadas, por lo que se esperan nuevos arrestos.
A los detenidos, de nacionalidad española, se les acusa de los delitos de atentado contra agente de la autoridad, desórdenes públicos y riña tumultuaria. Fuentes de la investigación insisten en que no depusieron su actitud violenta pese a saber que eran agentes. «Solo cesaron de golpear cuando tras el disparo al aire de uno de ellos acudió hasta el lugar una patrulla policial», señalan. Desde el Gobierno se mantiene que los agentes afectados solo trataron de mediar en una pelea, atribuyendo el altercado a un episodio de «violencia callejera». Sin embargo, otras fuentes policiales explican que los atacantes les cortaron el paso y se encararon con los agentes cuando salían de un restaurante, por lo que las pesquisas tratan de determinar si actuaron al saber que eran guardias civiles. La familia de los detenidos, a su vez, responsabiliza a los agentes y apunta que iban ebrios.
La Policía indica que el piloto contaba con antecedentes por temas de narcotráfico y que incluso había sido condenado a tres años de cárcel. Tras ser arrestado por homicidio imprudente, está ahora a la espera de que concluyan las diligencias para ser puesto a disposición judicial. Mientras, los agentes siguen recabando testimonios de los bañistas para confirmar si hubo premeditación. Algunos testigos indicaron que el progenitor del niño se enzarzó en una discusión previa al recriminarle las maniobras peligrosas que estaban realizando y que entonces el piloto «cogió carrerilla, les pasó por lo alto y mató al niño».
Lo que sí parece descartar la investigación es que entre los ocupantes de ambas embarcaciones hubiera «rencillas previas o cuentas pendientes», dado que, según han confirmado fuentes de la investigación, la familia de la víctima también está vinculada a algunos clanes del narcotráfico de la zona. En concreto, la familia de los Pantoja, a la que se relaciona con el 'Messi del hachís', uno de los mayores traficantes del Campo de Gibraltar, según adelantó ayer 'La Voz de Cádiz'. Así, las pesquisas apuntan a que se trató de una bravuconería temeraria y a que el piloto perdió el control de la embarcación.
El copiloto, que también cuenta con antecedentes penales aunque no relacionados con el narcotráfico, fue detenido y puesto en libertad después al considerarse que no participó de forma activa en los hechos. Los agentes han señalado además que se mostró colaborativo y extrajo las llaves del contacto de la lancha para impedir que su acompañante se diera a la fuga.
La muerte del menor ha colmado la paciencia de los vecinos de Algeciras, que en los últimos meses han sufrido varios incidentes, como el asalto con palos y navajas a un hospital de la zona para liberar a un narco recién detenido. De momento, Juan Ignacio Zoido defiende que se ha reforzado la comarca con «efectivos especiales» de las fuerzas de seguridad, e insiste en que el Gobierno «está declarando la guerra de una forma total y absoluta al contrabando de droga». Fruto de ese aumento de medios y plantilla, se han producido en los últimas semanas más detenciones e incautaciones.
La última este mismo martes en el puerto de Algeciras, donde fueron interceptados más de 400 kilos de cocaína. «Todos los narcotraficantes saben que estamos combatiéndolos y que lo estamos haciendo con todas la armas legales y con todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado disponibles», subrayó Zoido.
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