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Martes, 25 de abril 2017, 00:38
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Comisiones Obreras celebró ayer los 40 años de su legalización con un acto en los Reales Alcázares, que reunió a líderes históricos, como Eduardo Saborido, actuales, aunque de salida, como su secretario general nacional, Ignacio Toxo, y andaluz, Francisco Carbonero, junto a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el vicepresidente Manuel Jiménez Barrios, varios consejeros y los líderes de la Confederación de Empresarios, Javier González de Lara, y de UGT-A, Carmen Castilla.
A punto de celebrar su congreso regional, en el que Francisco Carbonero dejará el cargo, CCOO presumió de su trayectoria, de la que Carbonero destacó los «miles de despidos evitados, las mejoras laborales conseguidas» y Toxo propuso no ceder a la nostalgia, sino mirar adelante para luchar contra las secuelas de la crisis y seguir siendo «referencia del movimiento obrero». Saborido, por su parte, recordó la historia del sindicato, el último en ser legalizado, y recordó que «la dictadura no murió en la cama, sino que murió matando». La presidenta de la Junta, por su parte, proclamo que «el empleo tiene que dar dignidad» y reclamó la «urgente» modificación del sistema de relaciones laborales que vaya al «corazón» de la negociación colectiva, porque «ahora mismo generan indignidad y precariedad».
Díaz llamó la atención de la alta siniestralidad que se está registrando en los tajos y reclamó un «nuevo pacto social» que garantice el sistema de pensiones, porque si no será «más fácil sembrar el egoísmo, el rencor y la insolidaridad».
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