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La accitana considera un reto personal y profesional esta nueva etapa. :: alfredo aguilar
«No me gusta nada
que los políticos quieran
utilizarnos. Para mí es
un juego sucio»
Imparcialidad e independencia Críticas a los nombramientos Cambios organizativos

«No me gusta nada que los políticos quieran utilizarnos. Para mí es un juego sucio»

Cree que cuando los fiscales asuman la instrucción la justicia será más ágil y reclama más medios para luchar contra la corrupción

YENALIA HUERTAS

Domingo, 26 de marzo 2017, 01:15

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La Fiscalía Superior de Andalucía está en el antiguo edificio del Banco de España, en la céntrica Gran Vía de Granada. En estos días, a las mil y una tareas inherentes a su nueva toga, Ana Tárrago ha sumado otra: reorganizar el despacho desde el que coordinará a los cerca de 450 fiscales andaluces. La habitación es amplia y luminosa, y ha colocado estratégicamente su mesa al final, al lado de las ventanas, para sentirse cerca del exterior. Quiere «abrir la Fiscalía Superior a la sociedad».

Fue la primera fiscal de Almería y de Granada. La primera fiscal jefe provincial de Granada y ahora la primera mujer Fiscal Superior de Andalucía. Va abriendo camino...

Ha sido también por cuestión de edad, porque ahora hay muchas más mujeres que hombres en las oposiciones, la proporción es mucho más elevada, y cuando yo ingresé había menos mujeres que hombres. Pero sí, ciertamente, ha dado la causalidad de que en todos los sitios donde he ido aterrizando he sido la primera mujer.

¿Cómo afronta esta nueva etapa?

Como un reto profesional y personal, y con mucho entusiasmo para poder llevar a cabo un proyecto de actuación para mí muy ilusionante.

¿Y cuáles van a ser sus grandes retos en el cargo?

Creo que los grandes retos tampoco van a depender mucho de mí, pero sí pueden ser la suma de muchos objetivos que me apetece llevar a cabo. Me gustaría potenciar más las relaciones institucionales a nivel de Andalucía y Ceuta y Melilla; conseguir un grupo de trabajo que sea heterogéneo, pero cohesionado, con los fiscales jefes provinciales; y abrir la Fiscalía Superior a la sociedad. Me encantaría que lo único que nos preocupara sea trabajar con sujeción al principio de legalidad y evitar cualquier injerencia en nuestro trabajo. Luego, también puede haber unos retos que pueden ser muy importantes para la labor del fiscal a nivel normativo que nos pueden afectar, como la tan anunciada instrucción, que el Fiscal General del Estado dijo que era una necesidad imperiosa.

¿Cómo repercutirá que el fiscal asuma la instrucción de las causas?

Desde que ingresé en la carrera se está hablando de que se nos iban a dar la instrucción a los fiscales, y ahora lo veo más próximo. No sé si me equivocaré o no, pero creo que repercutirá de una manera positiva. Estoy segura de que se agilizará la justicia, de que los plazos serán mucho más breves, de que se darán soluciones mucho más inmediatas a todos los asuntos. Pero claro, es que para que se nos dé la instrucción, tiene que ir acompañada de unas reformas evidentes y de una dotación de medios personales y materiales y con unas garantías de que el fiscal pueda llevar a cabo su trabajo. Para ello, es obligatorio reformar nuestro Estatuto y el reglamento del ministerio fiscal.

Acaba prácticamente de aterrizar en el cargo, en el que releva a Jesús García Calderón. No estuvo en su toma de posesión.

No, no estuvo. Me felicitó y me dijo que no podía ir.

¿Cómo le ha dejado la Fiscalía Superior su antecesor?

Valoro como muy positivos los 16 años que él ha estado al frente, en los que ha ido resolviendo todos los problemas que se han ido planteando. Su trabajo ha sido un buen trabajo.

¿Prevé realizar algún cambio organizativo?

Me gustaría tener un interlocutor de cada especialidad a nivel autonómico, y no sólo a nivel de la plantilla de fiscales, sino también un interlocutor para cada especialidad dentro la Fiscalía Superior, porque el principio de especialización me parece básico para trabajar mejor. Efectivamente, sí que tengo ideas para hacer algunos cambios, pero primero quiero informarme bien de cómo va funcionando todo y ya incidir en lo que yo vea que no se ajusta a mi proyecto y que pueda funcionar mejor.

¿Será la lucha contra la corrupción un objetivo prioritario?

Creo que es uno de los temas, a nivel de delitos, que más me pueden preocupar en este momento, porque veo que es lo que más le preocupa a la ciudadanía. Pero para que podamos luchar contra la corrupción lo fundamental es que haya órganos de especialización para que se investigue y que haya una mayor especialización y dotación de medios también en los fiscales. Sin medios, poco se podría avanzar.

Si tuviera que hacer una lista de delitos que le preocupan, ¿después de la corrupción qué iría?

No sé si antes o después de la corrupción, pero a mí, en general, siempre digo que me preocupan mucho los delitos en los que hay una violencia y una agresividad especial, o aquellos delitos en los que sufren quienes son más frágiles, como los menores, las personas con menos recursos o con una discapacidad. Y, por supuesto, la violencia familiar, que me preocupa una barbaridad porque denota una falta de formación en la sociedad.

¿Es realmente imparcial el fiscal?

Yo creo que sí. En mi experiencia, diría que sin lugar a dudas.

¿Un fiscal superior es un poco político?

Entiendo que no. A mí me molestaría mucho que me pusieran la etiqueta de que los fiscales superiores, o los fiscales jefes en general, porque son cargos discrecionales, somos políticos. Yo me siento una profesional del Derecho y en absoluto política.

¿Y cuando tienen que tomar decisiones y hay implicados políticos, dónde dejan aparcada su ideología?

Igual que en el resto de delitos y con el resto de personas. Yo lo que entiendo en todos es que estoy sujeta al principio de legalidad y que no me afecta en absoluto la implicación que pueda tener en ese tipo de delito la persona que sea o no política. Siempre pretendo, primero, desconocer de qué color político es el asunto que pueda entrar en la Fiscalía y, segundo, sujetarme a la Constitución y a las leyes; y entonces es facilísimo trabajar y ser impermeable a cualquier influencia política.

¿Como fiscal jefe se ha sentido criticada por alguna decisión?

Veo normal que pueda haber críticas, pero ni me han afectado ni me han preocupado demasiado. Sólo a lo mejor me afecta el que den una información que tenga como objetivo causar daño innecesariamente. No me refiero a mí, sino a las personas en general, que den una información que no se ajusta a la realidad. Eso sí que me puede molestar.

¿Se abusa en exceso de la judicialización de la política? ¿Cree que hay partidos que intentan resolver sus conflictos internos a través de ustedes?

Sí, y siempre con fines espurios y un poco vengativos entre unos y otros. Sobre todo lo vemos cuando se acercan congresos de partidos, cuando se aproximan elecciones... Para mí es un juego sucio. No me gusta nada que quieran utilizarnos para conseguir unos fines y que se empeñen en traer asuntos sin ningún tinte penal para decir que se están investigando. En general se utiliza por todos los políticos.

Los nombramientos del ministerio fiscal desataron críticas. Se habló de «purga». ¿Qué opina?

Que es una falta de respeto al trabajo del Consejo Fiscal e incluso del Fiscal General del Estado, porque creo recordar que de 11 nombramientos de fiscal de sala, ocho han sido renovados y sólo en tres casos dos han cambiado pero con apoyo mayoritario del Consejo y el tercero era una plaza vacante. Con lo cual me ha parecido una exageración en las noticias.

¿Cree que ha podido influir en su caso su pertenencia al Consejo?

Creo que no. Y si me insiste en la pregunta, casi podría decir que negativamente.

Presentó su candidatura el último día. ¿Confiaba en ser la elegida?

Viví el proceso con muchísima incertidumbre y desconocía las posibilidades que tenía, pero luego me ha llenado de satisfacción que casi de forma unánime me hayan apoyado todos los vocales.

Al pasar al ámbito regional tendrá casos como los ERE. ¿Va a seguir la línea mantenida?

Desconozco en este momento cómo se encuentra la tramitación. Ya he tenido un primer contacto telefónico con la fiscal jefe de Sevilla y, por supuesto, respetaré la línea de trabajo que los fiscales anticorrupción siguen. Conmigo van a poder seguir contando para todo.

¿Qué opina de los periodistas? Ahora no le van a dejar en paz.

Les tengo demasiado respeto a los periodistas, a los medios de comunicación, y por eso no me gusta mucho que me hagan entrevistas ni estar muy expuesta. Pero insisto, por el respeto que les tengo; porque se puede llegar a conclusiones que no son exactas o se pueden recoger respuestas que no son las que a mí me gustaría.

En Granada acaba de concluir el juicio del 'caso Romanones' y ha habido un cambio radical de postura de la fiscalía, que empezó pidiendo 9 años de cárcel para el cura acusado de abusos y ha acabado solicitando su libre absolución. ¿Ha amparado esa decisión?

En este asunto yo interpuse la denuncia y, cuando se estudió, en un principio, había indicios suficientes para que se acusara por parte del fiscal. Lo que sucede es que, a lo largo de las sesiones del juicio oral, que es lo realmente decisivo, el fiscal del caso nos explicó que no veía actividad probatoria suficiente como para mantener la acusación. O sea, que hemos estado al tanto de su intervención, ha ido informando y yo le indiqué que tratara también el tema con el fiscal jefe provincial en funciones. Le dije que yo respetaba lo que estuviera viendo que sucedía en el juicio. Sí tenía conocimiento de los acontecimientos.

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